JUEVES, 28 de marzo 2024

JUE, 28/3/2024

PROFESIONALES

La dependencia de Agricultura y Sanidad, un lastre para el veterinario

La separación de los servicios oficiales veterinarios entre ambos departamentos sigue generando deficiencias en los controles sanitarios que pueden afectar a la salud pública, según denuncian los profesionales

La dependencia de Agricultura y Sanidad, un lastre para el veterinario

La dependencia de Agricultura y Sanidad, un lastre para el veterinario

La separación de los servicios oficiales veterinarios entre ambos departamentos sigue generando deficiencias en los controles sanitarios que pueden afectar a la salud pública, según denuncian los profesionales

Ángel Espínola - 22-05-2018 - 14:00 H - min.

La separación de los servicios oficiales veterinarios entre las administraciones de Sanidad y Agricultura, tanto a nivel nacional como autonómico o local (aunque hay excepciones) que se produjo en los años 90, lleva mucho tiempo siendo un motivo de preocupación para los profesionales.

Y es que, como explica Marco Aurelio Sánchez, presidente de la Sociedad Científica de Veterinaria de Salud Pública y Comunitaria (Socivesc), en declaraciones para Animal’s Health, esta separación de los veterinarios de salud pública genera deficiencias reales en la práctica diaria que se reflejan una y otra vez en las auditorías de la Comisión Europea.

De esta forma, el hecho de que la veterinaria de salud pública en la producción primaria, que incluye el control sanitario en los animales vivos y sus explotaciones respecto a los peligros biológicos, químicos y nutricionales que puedan representar un riesgo para la salud de la población, dependan generalmente de las consejerías de Agricultura provoca que, cuando el animal llega al matadero, y en las fases sucesivas de la producción alimentaria, el veterinario dependiente de Sanidad carezca de información suficiente respecto a los controles sanitarios que ha podido tener el animal previamente.

“El veterinario del matadero, por ejemplo, no tiene acceso a la medicación que ha aplicado el ganadero cuando el animal estaba vivo. El acceso a esta información la tienen los veterinarios de Agricultura. Esto obliga a que sus veterinarios verifiquen sistemáticamente en el 100% de los movimientos a matadero los registros analíticos y vacunales obligatorios de sanidad animal, (vacunas de lengua azul en rumiantes, de Aujeszky en porcino), irrelevantes para el consumidor, pero impone una mecánica de trabajo que no permite verificar registro alguno sobre si esos animales que van a matadero están medicados (antibióticos, antiinflamatorios, etc.), lo que sí es importante para el consumidor“, señala Sánchez, que defiende que la labor que realizan los veterinarios que llevan a cabo los controles en las explotaciones ganaderas también suponen una actividad de salud pública que repercute en la salud humana.

A nivel laboral, además, la dependencia de dos departamentos distintos también genera deficiencias, puesto que, como señala el portavoz de Socivesc, los veterinarios del sistema sanitario regional o de Sanidad tienen consideración de “agentes de autoridad sanitaria” mientras los de Agricultura no (solo agentes de la autoridad), según cada comunidad autónoma.

En la práctica esto supone que, a la hora de hacer una intervención, por ejemplo sobre una partida de huevos que puede suponer un peligro de salud pública, el veterinario de sanidad tiene autoridad para hacer esa inspección e inmovilizar cautelarmente la partida en el área de embalaje de la granja. “Pero si ese peligro se detecta en la nave de gallinas, el veterinario de Agricultura tiene que pasarlo al director general, generándose una serie de trámites que, cuando acaben, seguramente la partida ya no esté allí ”, añade Marco Aurelio Sánchez.

POSIBLES SOLUCIONES

La solución, como llevan años reivindicando varias organizaciones veterinarias, pasa por la unificación de servicios bajo una misma administración, como ocurre en buena parte de los países europeos. Si bien, en este ámbito los profesionales no terminan de consensuar si los veterinarios de salud pública deberían depender de los ministerios y consejerías de Agricultura o de los de Sanidad.

En el caso de Socivesc, la propuesta es que se establezca una doble dependencia, orgánica y funcional del sistema sanitario y funcional de Agricultura, en distinto grado, en todos los puestos de Veterinaria de Salud Pública. “Esta estructura y esta doble dependencia en todo caso orgánica del sistema sanitario, resuelve situaciones irregulares de la profesión veterinaria como la falta de consideración como profesión sanitaria,  o como agentes de autoridad sanitaria, o como la carrera profesional sanitaria”, recalca la organización.

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