Las temperaturas más altas en invierno y primavera pueden usarse como una señal de alerta temprana de una circulación más intensa del virus del Nilo Occidental entre la vida silvestre, con consecuencias para los humanos
Los inviernos cálidos incrementan la circulación del virus del Nilo Occidental en España
Las temperaturas más altas en invierno y primavera pueden usarse como una señal de alerta temprana de una circulación más intensa del virus del Nilo Occidental entre la vida silvestre, con consecuencias para los humanos
Francisco Ramón López -
23-05-2024 - 11:00 H - min.
El virus del Nilo Occidental (VNO) es el flavivirus transmitido por mosquitos de mayor distribución en el mundo, que puede infectar a los humanos provocando en algunos casos una enfermedad neurológica mortal y las aves son los principales huéspedes reservorios. El VNO es endémico en España y se han notificado casos en humanos desde 2004.
Aunque diferentes estudios analizan cómo las condiciones climáticas pueden afectar la dinámica de la infección por VNO, muy pocos utilizan conjuntos de datos a largo plazo. Teniendo esto en cuenta, un grupo de investigadores del CSIC analizó un total de 2.724 muestras de suero de 1.707 fochas comunes (Fulica atra) de las marismas del Guadalquivir, en el suroeste de España, para detectar la presencia de anticuerpos específicos del VNO entre 2003 y 2020.
La seroprevalencia anual media (DE) fue del 24,67%, pero mostró altas variaciones interanuales que oscilaron entre el 5,06% y el 68,89%. Se observaron correlaciones positivas significativas entre la seroprevalencia y la temperatura máxima invernal y la temperatura media primaveral.
“El brote sin precedentes de VNO en humanos en el sur de España en 2020 fue precedido por un período prolongado de aumento de la circulación local del VNO. Dadas las tendencias climáticas globales y locales actuales, se espera que la circulación del VNO aumente en las próximas décadas”, advierten.
Esto, afirman los autores, subraya la necesidad de implementar enfoques ‘One Health’ para reducir el riesgo de futuros brotes de VNO en humanos. “Nuestros resultados sugieren que las temperaturas más altas en invierno y primavera pueden usarse como una señal de alerta temprana de una circulación más intensa del VNO entre la vida silvestre en España y, en consecuencia, resaltan la necesidad de un control y vigilancia de vectores más intensos en áreas habitadas por humanos”, concluyen.