DOMINGO, 1 de diciembre 2024

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La inmunoterapia, único tratamiento que cura la dermatitis atópica

La inmunoterapia es el único tratamiento específico para el control de la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria y pruriginosa de la piel con elevada prevalencia en las clínicas veterinarias

La inmunoterapia, único tratamiento que cura la dermatitis atópica

La inmunoterapia, único tratamiento que cura la dermatitis atópica

La inmunoterapia es el único tratamiento específico para el control de la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria y pruriginosa de la piel con elevada prevalencia en las clínicas veterinarias

Redacción - 20-12-2018 - 10:00 H - min.

La inmunoterapia ha permitido crear un punto de inflexión en la lucha contra la dermatitis atópica. Esta terapia induce a un cambio en la respuesta inmunitaria, y según los especialistas “puede considerarse como el único tratamiento que cura la dermatitis atópica”.

La dermatitis atópica es una de las dermatitis alérgicas que se presenta con más frecuencia en las clínicas de pequeños animales. Es una enfermedad compleja, crónica y muy frecuente en la población canina. Se calcula que entre un 10% y un 15% de los perros son atópicos, cifra semejante a la de la dermatitis atópica de los humanos, aunque hay algunas razas especialmente predispuestas, cuya prevalencia es todavía mayor.

El prurito es el síntoma más característico que presentan tanto el perro como el gato, sin la necesidad de que haya presencia de lesiones, aunque es frecuente que como consecuencia del rascado intenso y persistente, se acompañe de pérdida del pelo y la piel del animal pueda infectarse con bacterias o levaduras que causarán un mal olor, entre otros.

Las dermatitis alérgicas son causadas habitualmente por tres tipos de alérgenos, que son los pólenes, los ácaros ambientales y los hongos.

Actualmente, existen múltiples tratamientos que van a permitir el control de los síntomas de la dermatitis atópica de forma rápida, pero sin llegar a ser capaces de actuar sobre el origen de la propia enfermedad. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la inmunoterapia como el único tratamiento capaz de alterar el curso natural de las enfermedades alérgicas, siendo tal y como apuntan diversos expertos veterinarios, el único capaz de “curar” la dermatitis atópica, ya que ataca directamente las causas que la originan, mientras que el resto de fármacos simplemente se centran en controlar sus síntomas.

¿Pero qué sabemos de la inmunoterapia? La inmunoterapia consiste en la administración de concentraciones progresivamente crecientes de uno o varios alérgenos a los que el animal es hipersensible, hasta alcanzar una dosis máxima y conseguir una tolerancia a los mismos.

Es decir, esta terapia, conocida popularmente como la “vacuna de la alergia”, consiste en suministrar repetidamente pequeñas dosis de alérgenos a los que el animal es hipersensible hasta conseguir que los tolere y mejorar así los síntomas que causan la dermatitis atópica o incluso que desaparezcan por completo.

ADMINISTRACIÓN

La inmunoterapia es un tratamiento totalmente personalizado, preparado de forma individualizada para cada animal según sus síntomas clínicos, hábitat y niveles de IgE.

En el perro la vía de administración más habitual es la subcutánea. A lo largo de las semanas se irán inoculando pequeñas cantidades que se irán espaciando en el tiempo.

Como alternativa a la administración subcutánea, desde hace unos años existe la opción de una administración oral, más utilizada en la medicina humana. Este protocolo de aplicación es totalmente diferente, administrándose diariamente.

SIN EFECTOS SECUNDARIOS

Los efectos adversos son muy poco frecuentes (1% de los casos). El efecto secundario más habitual es el aumento transitorio del prurito cuando se incrementa la concentración de los alérgenos.

En conclusión, la inmunoterapia se consolida como el único tratamiento específico capaz de cambiar el curso de la enfermedad y recomendable para los casos de dermatitis atópica, ya que además no presenta prácticamente ningún efecto secundario. 

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