JUEVES, 25 de abril 2024

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“Las garrapatas no son un problema nuevo para los animales y las personas”

El veterinario y experto en parasitología Francisco Rojo explica tras el caso de fiebre de Crimea-Congo en Salamanca que las garrapatas siempre han portado patógenos, muchos zoonósicos, y que animales y personas deben protegerse

Francisco Rojo Vázquez, experto en parasitología y vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.
Francisco Rojo Vázquez, experto en parasitología y vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.

“Las garrapatas no son un problema nuevo para los animales y las personas”

El veterinario y experto en parasitología Francisco Rojo explica tras el caso de fiebre de Crimea-Congo en Salamanca que las garrapatas siempre han portado patógenos, muchos zoonósicos, y que animales y personas deben protegerse

Francisco Ramón López - 12-06-2020 - 15:48 H - min.

Este jueves 11 de junio, los servicios de epidemiología de Castilla y León confirmaban un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en un pueblo cercano a Salamanca. Esta enfermedad está causada por un virus cuyo mecanismo de transmisión principal es la picadura de una garrapata del género Hyalomma.

Desde el sector veterinario se viene concienciando de la importancia de la medicina preventiva para combatir las garrapatas, que en este caso, las del género Hyalomma, parasitan principalmente animales como micromamíferos, aves, o incluso grandes ungulados, como ovejas, vacas, caballos, jabalíes o ciervos.

El experto en parasitología y vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE), Francisco Rojo, explica a Animals Health que, efectivamente, “las garrapatas no son un problema nuevo para los animales y las personas”, especialmente en esta época del año.

“Son un problema continuo de la dinámica biológica”, apunta, y señala que hay zonas en los trópicos en las que las garrapatas “se comen” a las vacas todo el año, aunque en el continente europeo y el hemisferio norte siguen una dinámica estacional, y la temperatura y la humedad son muy favorables para su biología.

Esto ocurre, asegura, independientemente de los efectos del cambio climático. “Simplemente empieza a hacer buen tiempo”, apunta, y señala que ha estado lloviendo durante el mes de mayo, y ha sido una época húmeda.

Otros factores son las temperaturas altas y las zonas boscosas como señala que ha sido el caso en este pueblo cercano a Salamanca donde se ha detectado el virus. La novedad en esta ocasión es que ha sido un virus exótico, pero señala que las condiciones epidemiológicas que favorecen los contagios “son las que son”, y el clima es una de ellas.

PROTEGIENDO A LOS ANIMALES Y PERSONAS DE LAS GARRAPATAS

Al final, apunta que la población que se acerca a un medio natural en el que hay artrópodos que transmiten enfermedades se pueden contagiar. “Las garrapatas son vectores ideales, no es excepcional que haya problemas de este tipo”, indica, exceptuando el caso de que esta enfermedad sea más novedosa.

En cuanto a las medidas para controlar las enfermedades transmitidas por garrapatas, apunta que siempre son las mismas. “Lo primero que hay que saber es la prevalencia de infección del virus”, señala, y apunta que estos patógenos no siempre tienen por qué causar una enfermedad a su hospedador.

Hecho esto, hay que identificar a los vectores más adecuados para la transmisión; los que tienen más significación desde un punto de vista epidemiológico o estadístico. El problema, apunta, “como siempre”, es la financiación.

Ahora, con la Covid, resulta que hay mucho dinero en el Carlos III y en el Ministerio de Sanidad para proyectos de investigación que intenten solucionar problemas, pero para investigar nunca sobra dinero”, apunta, y esto aplica especialmente a la vigilancia epidemiológica animal, que señala que suele estar más en manos de las autonomías.

Luego, explica, en cuanto a los posibles casos, hay que proteger a la población que esté en riesgo, y que sea más proclive a contactos, que respecto a este tipo de enfermedades con garrapatas como vector son las que más contacto tienen con el medio donde viven las garrapatas.

“Las medidas son las de siempre, higiene y utilización de insecticidas”, apunta, y añade que los perros también juegan un papel importante. Y es que señala que si una persona tiene un perro y le pone un collar repelente que evite el contacto de las garrapatas, ya no hay garrapatas en el entorno del perro. “Tú eres parte también del entorno del perro, por lo que tendrás menos opciones”, explica.

En esta línea, Elena Carretón, primera española en presidir la Sociedad Europea de Dirofilariosis y Angiostrongilosis, que es otra enfermedad transmitida por vectores, en este caso mosquitos, destacó positivamente, durante la presentación del concepto RESPET, el hecho de que los propietarios cada vez valoren más la medicina veterinaria preventiva, y quieran los mejores tratamientos y medicamentos, como antiparasitarios, avanzando hacia una atención clínica cada vez más respetuosa con los animales.

LOS VIRUS “LLEGAN PARA QUEDARSE”

Respecto a este tipo de virus importados, como la fiebre de Crimea-Congo, pero también el coronavirus SARS-CoV-2, Rojo asegura que “han llegado para quedarse”. “Claro que se quedan, si llevamos cien años con la gripe y no nos la quitamos de encima, y eso que incluso hay vacunas”, apunta.

Eso sí,  señala que la fiebre de Crimea-Congo es solo uno de los patógenos que pueden presentar las garrapatas. De hecho, recuerda que la primera vez que se demostró que un artrópodo podía transmitir un patógeno fue a finales del siglo XIX y a través de una garrapata.

Se trataba de la conocida como fiebre de Texas, que sucedía en las vacas de Estados Unidos, y que se trataba concretamente de una babesiosis. Eso fue unos años antes de que se demostrara que el paludismo lo transmitía un mosquito. Además, apunta que el descubrimiento se llevó a cabo por un médico y un veterinario: Theobald Smith y Frederick L. Kilbourne.

Muchos de estos patógenos, señala, además afectan tanto a animales como a personas y, de hecho, existen babesias presentes en rodeores que pueden afectar a personas, especialmente enfermas o inmunodeprimidas.

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