Tanto el Colegio de Veterinarios de Alicante como el ministerio fiscal han pedido la misma pena para un acusado por un supuesto delito de intrusismo profesional
La Fiscalía se alinea con los veterinarios de Alicante en un caso de intrusismo
Tanto el Colegio de Veterinarios de Alicante como el ministerio fiscal han pedido la misma pena para un acusado por un supuesto delito de intrusismo profesional
Redacción -
03-08-2022 - 14:23 H - min.
Según ha comunicado el Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval), la Fiscalía se ha alineado con la institución en una causa abierta por intrusismo profesional.
En este sentido, desde Icoval explican que los hechos se remontan a 2017 pero la apertura del juicio oral se ha señalado en fechas recientes. Tras una denuncia de un colegiado, el Icoval realizó sus pesquisas, recabó varios testimonios coincidentes y confirmó que el individuo no tenía los estudios de veterinario.
De esta manera, en noviembre de aquel año, un detective contratado por la corporación entró al centro veterinario de Santa Pola del que se sospechaba y preguntó si podían vacunar al perro que le acompañaba contra la rabia.
“El investigador grabó la escena: alguien con bata blanca en una consulta señalizada como del ‘veterinario’ atendió al animal e incluso se atrevió a diagnosticar un posible problema ocular al mismo”, indican desde Icoval.
Tras una segunda visita —también documentada con las pertinentes imágenes grabadas—, se presentó denuncia por un delito de intromisión. La Fiscalía, en su escrito de acusación, se alineó con Icoval y ahora queda por resolver cómo acaba el juicio que pronto se iniciará en el Juzgado de lo Penal Número 2 de Elche.
“Tanto Icoval —que se personó en la causa— como el ministerio fiscal pidieron para el acusado, por tal delito de intrusismo, 18 meses de multa con cuota diaria de 6 euros, el cese inmediato de la actividad ilegal denunciada y el pago de las costas”, aseguran desde el Colegio, explicando que, por la vía de los hechos, el centro fue cerrado temporalmente al poco de comunicarse la denuncia y el inicio de las acciones legales.
El Colegio indica que el acusado reconoció al perro en dos ocasiones y en ambas fue grabado. En la primera —sin requerirlo el detective— revisó los ojos y la boca del animal y dijo haber observado alguna dolencia, motivo por el que le administró en ese momento un colirio, que pasó a regalar para que continuara tratándolo y recomendó una limpieza dental.
En la segunda visita, según aseguran desdel el Colegio de Veterinarios de Alicante, este supuesto profesional dijo haber comprobado la buena evolución del animal y le vendió un producto. Cobró por sendos servicios.
“El centro, una tienda con consulta al parecer, sí disponía de un veterinario licenciado que debía de estar contratado a tiempo parcial. Y cuando éste no estaba, atendía el acusado haciendo las veces de lo que no era”, concluyen desde Icoval.