El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos trata de frenar una reforma que propone que los veterinarios puedan dispensar algunos medicamentos sin prescripción
Los farmacéuticos mueven hilos para evitar que los veterinarios puedan dispensar medicamentos
El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos trata de frenar una reforma que propone que los veterinarios puedan dispensar algunos medicamentos sin prescripción
Redacción - 15-10-2021 - 16:10 H - min.
Ante las informaciones que apuntan a que el Ministerio de Sanidad está estudiando modificaciones legislativas para que los veterinarios puedan dispensar algunos medicamentos, el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) está distribuyendo un argumentario que pudiera presionar y frenar posibles reformas que puedan restar competencias a los farmacéuticos.
Se trata de un documento que el Consejo ha intentado por todos los medios mantener en secreto, alegando que es de carácter interno. Es más, la corporación de derecho público que representa a los farmacéuticos en España habría llegado a interceder para evitar que otras entidades y terceros pudieran filtrar el documento, según ha podido saber este medio. Sin embargo, Animal’s Health ha conseguido tener acceso a este documento con las consideraciones que la entidad colegial pretende que las autoridades sanitarias valoren.
Todo esto sucede en un momento en el que la legislación sobre medicamentos veterinarios se encuentra inmersa en un tiempo de cambio, debido a la inminente entrada en vigor del reglamento europeo 2019/6 de medicamentos veterinarios que podría conllevar algunas modificaciones en la legislación española.
Uno de los cambios que se está contemplando es la reforma del Real Decreto Legislativo 1/2015 de la Ley de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que regula, entre otros asuntos, la dispensación de fármacos veterinarios.
Sobre los cambios que se pueden terminar produciendo en esta norma se han pronunciado distintas instituciones, entre ellas la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que adelantó en una reciente jornada que se están sopesando algunas medidas relativas a la dispensación de medicamentos veterinarios, aunque aclararon que todo está en un estadio muy incipiente.
En concreto, se está barajando que se modifique el régimen de incompatibilidades y que los veterinarios puedan dispensar algunos medicamentos sin prescripción destinados a perros, gatos, animales de terrario, pájaros domiciliarios, peces de acuario y pequeños roedores, que actualmente se pueden vender tanto en farmacias, establecimientos comerciales detallistas, e incluso por otros establecimientos, el conocido como ‘cuarto canal’ (grandes almacenes o tiendas de animales, por ejemplo).
Estos movimientos legislativos no solo han suscitado el interés del sector veterinario, sino que han puesto en guardia a los farmacéuticos, el sector profesional que en estos momentos acapara la dispensación de medicamentos veterinarios en España, que han comenzado a mover hilos para presionar a los legisladores y que ninguna modificación que les puediera restar competencias se lleve a cabo.
De hecho, en su argumentario, el Consejo, se refiere a problemas como posibles “abusos” y “utilización masiva” de medicamentos que podrían producirse si los veterinarios consiguen dispensar, e incluso recurre a una “protección de la salud pública”. Por ello, no solo piden que esta reforma no vea la luz, sino que abogan por eliminar directamente este ‘cuarto canal’.
Entre los asuntos que los farmacéuticos consideran que “las autoridades sanitarias deben valorar”, está la defensa del principio legal de garantía de independencia en el proceso prescripción-dispensación, que definen como “uno de los pilares básicos de la regulación del medicamento”.
“La separación legal del ciclo prescripción-dispensación persigue garantizar la independencia de la actuación profesional para evitar la existencia de conflictos de interés y asegurar un uso responsable de los medicamentos, objetivo principal de la Ley que se pretende modificar”, afirman.
En este sentido, indican que el farmacéutico se encuentra sujeto a unas normas deontológicas respecto de la dispensación de medicamentos que derivan de “una práctica profesional prolongada” que califican como “diferente” a la de los veterinarios, y que garantiza el mantenimiento “de unos estándares éticos elevados”.
El documento continúa explicando que el veterinario también se encuentra sujeto a sus propias normas deontológicas que le imponen unos deberes y obligaciones entre las que se encuentra el no recibir incentivo económico de cualquier naturaleza por sus prescripciones.
Esto permite un “doble filtro”, que para los farmacéuticos evita un mal uso de los medicamentos. “Siendo dos profesionales independientes quienes deben participar en el proceso, se potencia el uso racional”, añaden.
Este principio garantiza, afirman, la independencia, y es un “elemento fundamental” para que los pacientes reciban una atención “basada exclusivamente en criterios orientados a salvaguardar la protección de la salud del animal y de la salud pública”.
Los farmacéuticos también advierten de los problemas que se podrían terminar produciendo si esta reforma sale adelante. Y es que defienden que los “abusos” que se producen hoy en día, derivados de la puesta a disposición del público de medicamentos veterinarios, se deben precisamente a la venta a través de medios diferentes a los establecidos actualmente en los que no hay presentes farmacéuticos.
“Convalidar por medio de una reforma legislativa esta situación, supone dar carta de naturaleza a estos incumplimientos, lo cual presenta un elevado riesgo de provocar, en todo caso, un aumento de los malos usos del medicamento veterinario”, insisten.
Por otro lado, no consideran que haya motivos relativos a mejorar la accesibilidad a los medicamentos para impulsar esta reforma, “que justifiquen los riesgos que entraña”. “La dispensación de medicamentos veterinarios se encuentra plenamente garantizada por los profesionales farmacéuticos que desempeñan su actividad a través de la extensa red de más de 22.000 farmacias comunitarias y los botiquines, así como en los establecimientos detallistas y asociaciones ganaderas que cuenten con servicios de farmacia”, aseguran.
Estos riesgos de los que hablan, se deben a que los medicamentos que se terminarían dispensando, aunque no necesitan prescripción veterinaria, “tienen los mismos condicionantes y controles de uso, tanto desde el punto del uso adecuado como de la posibilidad de aparición de efectos adversos o interacciones con otros medicamentos o sustancias”.
“Por tanto, no es adecuado desde un punto de vista sanitario, que tengan un tratamiento diferente al del resto de medicamentos y deberían estar en todos los casos bajo el control y asesoramiento de un farmacéutico”, afirman.
Asimismo, señalan que los medicamentos autorizados para estas especies de destino pueden contener algunos principios activos (corticoides tópicos, anestésicos locales, levamisol, permetrinas, etc.) susceptibles de ser usados en seres humanos con fines medicinales “al margen de cualquier control médico-farmacéutico”.
Además, advierten de otra serie de posibles riesgos de esta reforma, como la “banalización de los medicamentos veterinarios”, que podría dar lugar a “complicaciones sanitarias de carácter público”. “Un medicamento, ya sea veterinario o humano, solo puede ser recomendado y controlado por personal cualificado, esto es, por un farmacéutico”, añaden.
“La utilización masiva y sin control de algunos medicamentos veterinarios no sujetos a prescripción veterinaria puede tener importantes consecuencias tanto sobre la aparición de resistencias microbianas y parasitarias, como en aspectos de ecotoxicidad, al carecer del debido asesoramiento sobre las condiciones adecuadas de uso y eliminación de los productos”, indican además.
Todas estas supuestas contraindicaciones de permitir que los veterinarios dispensen se deben, aseguran, no a motivos de defensa de competencias, sino a “razones de eficacia terapéutica, seguridad toxicológica y protección de la salud pública”.
Sin embargo, hay que recordar que la dispensación y venta de medicamentos por parte de los veterinarios es una realidad en muchos países, como Alemania, Holanda, Reino Unido, Francia, así como en Estados Unidos, y no han trascendido grandes problemas de salud pública por ello.
A pesar de todos los inconvenientes que los farmacéuticos encuentran para que otra profesión sanitaria, como la veterinaria, dispense medicamentos, aseguran que su argumentario tiene una visión ‘One Health’, y abogan por que “cada una en su ámbito de actuación”, trabaje para “lograr una salud óptima para las personas, los animales y medio ambiente”.