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PROFESIONALES

La experiencia de una veterinaria vacunando a personas de Covid-19

Teri Ann Oursler, veterinaria de pequeños animales en Estados Unidos, ha contado algunas de sus vivencias vacunando a personas ante el coronavirus Covid-19

La veterinaria Teri Ann Oursler llegó a trabajar 52 turnos en 44 días vacunando a personas contra el Covid-19.
La veterinaria Teri Ann Oursler llegó a trabajar 52 turnos en 44 días vacunando a personas contra el Covid-19.

La experiencia de una veterinaria vacunando a personas de Covid-19

Teri Ann Oursler, veterinaria de pequeños animales en Estados Unidos, ha contado algunas de sus vivencias vacunando a personas ante el coronavirus Covid-19

Yohanna Hernández - 25-05-2021 - 15:35 H - min.

El camino hacia la inmunización masiva frente al Covid-19 que está teniendo lugar en todo el mundo, ha obligado a incluir en el proceso de vacunación a profesionales de todas las ramas dentro del sector sanitario. 

Aunque en España la propuesta de contar con veterinarios para la vacunación fue rechazada en el Congreso de los Diputados, otros países como Francia o Estados Unidos sí han dictado a favor de que los profesionales de este sector puedan vacunar.

La veterinaria Teri Ann Oursler, es uno de estos profesionales que, acostumbrados a trabajar con animales, tuvieron que cambiar de tipo de pacientes durante un tiempo. Ahora, Oursler ha compartido su particular visión de esta experiencia en el portal Vin News.

Oursler trabajó durante 19 años como veterinaria de pequeños animales en Powel y, según explica en su relato, estuvo vacunando a personas en Nevada contra el virus SARS-CoV-2 desde enero. “Al principio, yo era la única veterinaria que suministraba inyecciones a la única especie que mi profesión no trata. Finalmente, se sumaron más veterinarios”, afirma.

“Desde que comencé a vacunar, solo me he tomado dos fines de semana libres. En total, he trabajado 52 turnos en 44 días; ocho fueron turnos dobles de 10 horas y media”, explica.

En cuanto al trato con los pacientes, la profesional ha querido compartir algunas de las reacciones que escuchó al enterarse que les vacunaría una veterinaria: “Me parece bien que me vacune un veterinario, siempre y cuando no me esterilice”, “¿Me frotará también la barriga?” o “¿Necesitaré un collar isabelino?” son algunas de las expresiones más originales que recuerda.

También destaca que tuvo que escuchar a pacientes pedir una golosina o incluso ladrar, maullar, relinchar o mugir. “El 'muu' de un chico era tan bueno que de hecho busqué una vaca a mi alrededor”, afirma.

Además de las reacciones divertidas, Oursler ha descrito las diferentes emociones que experimentaban las personas que acudían a vacunarse, y cómo estas evolucionaron del entusiasmo al miedo.

“Al principio, la gente estaba emocionada con el hecho de vacunarse. Una noche a principios de febrero, vacunamos a 1.400 profesores. Estaban tan agradecidos que una mujer le dijo al controlador de tráfico que me amaba, y es que conseguí que recibir la vacuna fuera divertido. Eso me hizo sonreir”, explica.

Sin embargo, señala que “se fue produciendo un cambio y las personas que ingresaron pasaron de estar emocionadas a tener miedo. Si bien mis inyecciones nunca hicieron llorar a nadie, varios ya llegaron llorando. Una joven pasó de llorar a reír cuando se dio cuenta de que le había puesto la inyección sin que ella se enterara", recuerda.

BULOS Y MENTIRAS SOBRE LA VACUNA

Por otro lado, Teri Ann Oursler reivindica, además, que le entristece la información errónea que se difunde constantemente. “Hacer que las personas sientan miedo innecesariamente está mal y empeora una situación aterradora”, afirma. Por ello, ha querido desmentir algunos de los rumores más comunes que circulan sobre la vacuna.

No hay microchips en la vacuna. Sé cómo son los microchips, e incluso los más pequeños son demasiado grandes para pasar por estas pequeñas agujas”, subraya. Además, afirma rotundamente que “la vacuna no provoca Covid, no altera el ADN, no contiene trozos de embrión humano, no es peligroso si ya se ha pasado el Covid y tampoco es menos eficaz que inmunizarse mediante contagio natural”.

“Estoy aún asombrada de todas las buenas personas que hay en este mundo. Muchos se acercaron para ayudar con el esfuerzo masivo de vacunación: enfermeras, médicos, dentistas, farmacéuticos, técnicos de farmacia, veterinarios y asistentes clinicos veterinarios jubilados o que trabajan actualmente”, destaca la veterinaria.

Además, advierte que “si alguien se desmaya al ver las agujas, es mejor que pida a otra persona que conduzca de vuelta a casa. Vi a dos conductores desmayarse”. Por último, la profesional recomienda vestirse “de manera que la parte superior de su brazo sea lo más accesible posible. He sido testigo de muchos problemas con la ropa cuando la gente venía vestida con camisas de cuello abotonado que no eran elásticas y varias capas de abrigos”.

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