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PROFESIONALES

Españoles avanzan en el conocimiento de la enfermedad descompresiva en tortugas marinas

Una tesis doctoral, defendida por el veterinario Daniel García Párraga en Visavet, ha realizado avances en el conocimiento de la fisiopatología del buceo en tortugas marinas

El veterinario Daniel García Párraga (dcha) junto a una tortuga marina.
El veterinario Daniel García Párraga (dcha) junto a una tortuga marina.

Españoles avanzan en el conocimiento de la enfermedad descompresiva en tortugas marinas

Una tesis doctoral, defendida por el veterinario Daniel García Párraga en Visavet, ha realizado avances en el conocimiento de la fisiopatología del buceo en tortugas marinas

Redacción - 17-11-2021 - 09:23 H - min.

La enfermedad descompresiva (DCS), diagnosticada clínicamente mediante la reversión de los síntomas tras el tratamiento de recompresión, no había sido nunca antes reportada en vertebrados buceadores en apnea, a pesar de la previsible aparición en sus tejidos de tensiones de gas suficientemente elevadas como para dar lugar a la formación de burbujas y lesiones en base a los estudios en modelos experimentales terrestres.

En mamíferos marinos, han sido descritas lesiones compatibles con DCS en estudios post mortem, en casos en los que se presupone una alteración del comportamiento de buceo como consecuencia de la exposición a fuentes acústicas submarinas de alta potencia (por ejemplo, el sonar militar activo) y en casos de animales atrapados accidentalmente a profundidad en pesquerías.

En las tortugas marinas, a pesar de la abundante literatura sobre la fisiología del buceo y los trabajos sobre la disrupción que causa en los animales las capturas accidentales, este es el primer reporte de embolismo gaseoso (EG) y DCS en este grupo.

En este sentido, una tesis doctoral realizada por el veterinario Daniel García Párraga, y dirigida por José Manuel Sánchez-Vizcaíno y por A. J. Fernández Rodríguez, defendida en Visavet, es el recopilatorio más completo existente hasta el momento sobre la enfermedad en cualquier vertebrado buceador. En este sentido, se aportan las evidencias de su existencia incluyendo los síntomas y lesiones asociadas, se describen las opciones diagnósticas y terapéuticas y se facilitan datos preliminares sobre el impacto de la enfermedad en el entorno clínico de un centro de recuperación (CR), así como en condiciones de campo a bordo de buques pesqueros.

El estudio compendia por primera vez la información relativa a esta nueva entidad clínico-patológica en base a más de 300 tortugas bobas (Caretta caretta) afectadas, así como de ejemplares aislados de tortuga verde (Chelonia mydas), tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) y tortuga laúd (Dermochelys coriácea).

El trabajo parte de un total de 497 casos recuperados de pesca accidental en redes de arrastre y enmalle de pesquerías de la Comunidad Valenciana, así como en arrastreros de Brasil e Italia, estudiando la presencia de enfermedad y su impacto en los animales tanto a la llegada al CR como en su fase temprana a bordo de buques pesqueros.

Daniel García Párraga durante la defensa de su tesis

La severidad del embolismo, así como la caracterización de las lesiones asociadas en órganos vitales, se ha podido evaluar en los diferentes trabajos compendiados a través de la radiografía convencional, tomografía axial computarizada, resonancia magnética, ecografía y el examen post mortem.

En estos últimos, el EG ha sido también confirmado y caracterizado de forma muy similar a la que se describe en los cetáceos sospechosos de sufrir EG asociado a la descompresión. Las tasas de incidencia de EG fueron del 57% a la llegada al CR y del 100% inmediatamente tras la captura en arrastre de fondo. "Aportamos evidencias de que algunos factores ambientales como la temperatura del agua, la profundidad o los tiempos de calado de las redes se correlacionan con la mortalidad de las tortugas capturadas accidentalmente. Asimismo, el tipo de pesquería (arrastre/trasmallo), la aspiración de agua de mar, la severidad del embolismo, o el nivel de consciencia en el primer examen neurológico tras la recuperación de las redes a bordo de buques pesqueros, también condicionan la supervivencia", apuntan los investigadores.

Por otro lado, la severidad del embolismo sufrido en animales recibidos en el CR se asoció al tipo de pesquería, la profundidad del arte, la presencia de aspiración de agua de mar y el tamaño de la tortuga (LCC y peso). En el CR, la mortalidad (incluyendo los que ingresan ya muertos) asociada a los casos de embolismo (28,91%) fue prácticamente 8 veces superior a la mortalidad en el grupo de los no afectados por la enfermedad (3,76%).

Sin embargo, la tasa de supervivencia de los animales afectados que llegaron vivos y pudieron ser tratados mediante terapia específica con oxígeno hiperbárico (HBOT) superó el 90%. En los estudios a bordo de buques pesqueros, la mortalidad total a 30 días se situó entre el 44% y el 63%.

La supervivencia de los animales que estando en buena condición pudieron ser marcados y devueltos vivos directamente al mar (excluyendo los ejemplares que murieron a bordo) fue del 63,88%, lo que implicaría la muerte de 1 de cada 3 reintroducciones directas.

El descubrimiento de la DCS en tortugas marinas abre una nueva era para la investigación en fisiología del buceo no solo en las tortugas sino también en otros vertebrados buceadores, planteando nuevas hipótesis o modelos potencialmente aplicables a otros grupos de vertebrados pulmonados incluyendo la especie humana y otros vertebrados marinos buceadores.

Además, exige revisar y replantear nuevas estrategias de mitigación de la mortalidad asociada a corto, medio y largo plazo con la captura accidental para minimizar el impacto de las pesquerías sobre las poblaciones de tortugas, favoreciendo su conservación.

Imagen de los asistentes a la defensa de la tesis

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