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España ha registrado más de 1.000 casos de tularemia en humanos desde 2006

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha publicado un nuevo informe sobre la tularemia en humanos en España en el que destaca que el 98% de los casos registrados desde 2006 se han producido en Castilla y León

El contacto con roedores como los topillos es la fuente de contagio más común.
El contacto con roedores como los topillos es la fuente de contagio más común.

España ha registrado más de 1.000 casos de tularemia en humanos desde 2006

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha publicado un nuevo informe sobre la tularemia en humanos en España en el que destaca que el 98% de los casos registrados desde 2006 se han producido en Castilla y León

Redacción - 21-02-2023 - 11:52 H - min.

La tularemia es una zoonosis causada por la bacteria Francisella tularensis. Se trata de un agente altamente virulento, tanto para humanos como para gran variedad de especies animales, y requiere una dosis infectiva muy baja, lo que favorece su transmisión.

El número de especies susceptibles a la infección por F. tularensis es mayor que para cualquier otro microorganismo zoonósico conocido. Destacan los roedores, los lagomorfos (liebres y conejos) y otros mamíferos (incluidas especies domésticas), aunque también se encuentra en aves, garrapatas e insectos.

Los reservorios más importantes para la subespecie europea son los roedores (topillos, ratones), lagomorfos, mosquitos y, fundamentalmente, garrapatas, que actúan como importante reservorio y vector interepizoótico. Además, se encuentra en peces, anfibios, cangrejos de río, y en cierto tipo de protozoos acuáticos, que actúan como reservorios ambientales y potenciales vectores.

Teniendo en cuenta su impacto en humanos y animales, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado un nuevo informe epidemiológico sobre la situación de la tularemia en humanos en España durante los años 2019, 2020 y 2021.

El ISCIII explica que la tularemia era una enfermedad poco conocida en España hasta finales del año 1997, cuando se inició un brote asociado a la manipulación de liebres en Castilla y León, y verano de 1998, en el que apareció otro brote, menos importante, relacionado con el contacto de cangrejos de río en la provincia de Cuenca.

A partir de ese momento, la tularemia se incluyó entre las enfermedades de declaración obligatoria en España y se establecieron medidas especiales de vigilancia, debido a la alta probabilidad de que se hubiera establecido una enzootia y, por lo tanto, de que existiera el riesgo de aparición de nuevos casos.

BROTES EN LIEBRES, PERROS, ZORROS Y CANGREJOS DE RÍO

Desde 2007 hasta 2020, se notificaron en España brotes de tularemia asociados a humanos y a animales domésticos y salvajes, con casos en liebres ibéricas, conejos de monte, campañoles, ratones, musarañas grises, ovejas, perros, zorros, lobos, garrapatas y cangrejos de río. Los brotes más importantes ocurrieron en la Comunidad de Castilla y León en 2007-2008, 2014 y 2019.

De 2006 a 2021, se notificaron en España un total de 1.055 casos de tularemia (confirmados y/o probables). Durante todo este periodo los casos han sido notificados mayoritariamente por Castilla y León, donde ocurrieron los brotes más importantes, con un total de 1.033 casos notificados que suponen el 98% de todos los casos notificados durante los 16 años analizados

Durante 2019 se notificaron 187 casos autóctonos de tularemia (48% confirmados y 52% probables); durante 2020, 22 casos, (71% confirmados y 29% probables) y durante 2021, 7 casos (57% confirmados y 43% probables).

En 2019 notificaron casos 4 comunidades autónomas: Castilla y León (181 casos); Castilla La Mancha (1), Comunidad Valenciana (1) y País Vasco (4). En 2020 notificaron casos 3 comunidades: Aragon (1 caso) Castilla y León (20 casos) y País Vasco (1 caso); y en 2021 se notificaron 7 casos: Aragón (4), Cantabria (1), Comunidad Valenciana (1) Navarra (1).

El informe señala que en estos 3 años estudiados (2019-2021), un total de 43 casos requirieron ingreso hospitalario, lo que supone un 20% de los 213 casos que disponían de esta información. Entre los hombres, fueron ingresados 30 casos. Respecto a las mujeres, ingresaron 13.

BROTE DE TULAREMIA EN PALENCIA

Hay que recordar que entre mayo de 2019 y enero de 2020 la comunidad de Castilla y León notificó un brote de tularemia. El brote se localizó en la provincia de Palencia, entre el 22 de mayo de 2019 (primer caso) y el 13 de enero de 2021 (último caso).

Se notificaron 171 casos asociados al brote (76 confirmados y 95 probables). El 77% de los casos eran hombres y el 33% mujeres, con una edad media de 50 años (rango: 6-92. años). El microorganismo aislado fue Francisella Tularensis variedad holoarctica.

Los factores de riesgo de exposición que pudieron haber contribuido para contraer la infección fueron: contacto con roedores (77,8%), contacto con otros animales como perros, gatos, caballos y aves (61,7%); manipulación de paja y heno (labores de agricultura) (38,1%), trabajos relacionados con la jardinería y el cultivo de huertos (28,2%), contacto con ganado (14,7%), manipulación de cangrejos (6,5%), picadura de artrópodos (5,9%), consumo de agua no tratada (5,3%) y manipulación de liebres (1,8).

Asimismo, en 2021 la comunidad de Aragón comunicó otro brote de tularemia. En este caso, afectó a 4 hombres, de edades entre 55 - 75 años, que pescaron o manipularon cangrejos en el río Jalón. La clínica de presentación fue ulceroglandular con comienzo a los 3- 5 días de la exposición a los cangrejos.

LA IMPORTANCIA DEL ONE HEALTH ANTE LA TULAREMIA

Para el ISCIII, la vigilancia de esta zoonosis, tanto en humanos como en animales, es de gran importancia debido a su fácil diseminación, rápido desarrollo, capacidad para producir enfermedad grave y la dificultad diagnóstica por su falta de especificidad clínica e identificación y cultivo del microorganismo.

Por lo tanto, el abordaje de la enfermedad debe realizarse bajo un enfoque colaborativo y multidisciplinar, de forma coordinada y con intercambio de información entre los servicios de salud pública y de agricultura o sanidad animal, lo que facilitará la detección y control de esta enfermedad y evitará brotes en personas.

En general, es una enfermedad asociada a la época estival y considerada de carácter profesional, relacionada con personas que desempeñan actividades cinegéticas, manipulación de carnes y otros trabajos agropecuarios, por ello es fundamental informar de los riesgos de contraer esta enfermedad a estos profesionales, establecer áreas de riesgo y garantizar la correcta inspección sanitaria veterinaria en piezas de caza y en mataderos.

Cabe destacar que los riesgos de exposición y/o nuevos brotes en humanos suelen ir precedidos de la aparición/detección de la enfermedad en animales silvestres, por lo que la vigilancia de la fauna silvestre (poblaciones de los topillos y las liebres son buenos indicadores) es fundamental.

La tularemia es una enfermedad con una epidemiología multifactorial. En su diseminación intervienen la fauna silvestre, su densidad y movilidad, la interacción entre especies reservorio y vectores, así como condiciones climáticas, factores agrícolas o el contacto del ser humano y de los animales con el medio terrestre y acuático contaminado; por tanto, es de difícil control.

“Todos estos aspectos subrayan la importancia del enfoque dentro de una perspectiva ‘Una salud’ para abordar la vigilancia y control de esta enfermedad, estableciendo colaboraciones entre las distintas unidades de salud pública, sanidad animal y responsables de la vigilancia epidemiológica y vigilancia de la fauna silvestre”, concluyen.

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