Los tres casos detectados entraron en contacto con jabalíes en la zona de Liébana y fallecieron a causa de una patología que también se conoce como la “pseudorrabia”
La enfermedad de Aujeszky reaparece con tres positivos en perros en Cantabria
Los tres casos detectados entraron en contacto con jabalíes en la zona de Liébana y fallecieron a causa de una patología que también se conoce como la “pseudorrabia”
Juan León G. -
08-02-2022 - 12:58 H - min.
La Enfermedad de Aujeszky (EA), conocida como “pseudorrabia”, se ha cobrado tres nuevas vidas de perros, esta vez en Cantabria. Fue el pasado diciembre cuando el Servicio de Sanidad y Bienestar Animal del Gobierno regional recibió información sobre la existencia de tres casos sospechosos en perros que habían participado en batidas de jabalíes.
Tras tomarse muestras de los animales, estas fueron remitidas al Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), como laboratorio nacional de referencia frente a dicha enfermedad. El día 17 de enero se recibieron los informes de análisis “con resultado positivo” a la EA, según indican desde la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural Gobierno de Cantabria.
Las batidas tuvieron lugar cerca de la zona de Liébana, una localidad de interior muy próxima al Parque Nacional de los Picos de Europa. Los tres perros que contrajeron la EA fallecieron a causa de una enfermedad, que en perros no tiene cura ni vacuna y se extiende de manera muy rápida.
El virus, explica la Consejería, penetra a través de las terminaciones nerviosas en la mucosa oral y se propaga hasta el cerebro produciendo una encefalitis, además de afectar a otros órganos del tracto respiratorio y el aparato digestivo. No obstante, este no afecta al ser humano.
La EA se suele contagiar a causa de la ingesta de carne de jabalí. Por este motivo, los perros de caza son el principal grupo de riesgo. Desde la Consejería advierten que existe un “especial riesgo de que se repitan”, pues estas infecciones son un indicativo de la circulación del virus en las poblaciones existentes de jabalíes.
Esta se trata de una enfermedad en vías de control en el cerdo doméstico en España (existe un Programa de vigilancia y control a nivel nacional que conlleva la vacunación obligatoria), pero que resulta endémica en jabalíes, que constituyen un hospedador natural, donde el virus puede mantenerse de forma latente o multiplicarse y difundirse en el ambiente.
Por parte de las autoridades cántabras se han elaborado una serie de recomendaciones. Entre ellas, la necesidad de “gestionar y eliminar adecuadamente” los despojos de las cacerías, impidiendo su consumo por los perros que participan en ellas; evitar alimentar a los perros “con restos crudos o escasamente cocinados” de jabalíes, y también que los perros tengan un “contacto prolongado con los jabalís abatidos” o muerdan la pieza una vez cobrada.
En Francia, varios medios locales han informado de varios casos de EA por distintas partes del país desde comienzos de año. Dos de ellos han sido en zonas próximas a los Pirineos: una en el departamento de Gers y otra en el departamento de los Altos Pirineos, en la localidad de Castelnau-Magnoac.
Hace un año se publicó el primer estudio que describía la EA a varios perros de caza en España. La autora fue Elena Diéguez, veterinaria clínica de Anicura Abros, en Ourense, que detalló el caso clínico concreto de uno de los perros que llegó a su clínica. Se trataba de un miembro de una rehala de 14 animales, que compartieron cacería siete días antes de acudir a la consulta.
Tal como ha ocurrido también en esta ocasión en Cantabria, los perros hicieron frente a un jabalí y, tal como detalló Diéguez en el informe, hasta 13 de ellos pudieron acabar contagiados por esta patología, cuyos síntomas evolucionan muy rápido.
La autora explicaba que el prurito facial es un signo clínico clásico de la EA, y en este brote, todos los perros presentaron este síntoma. Aunque recordaba que según la literatura científica la incidencia varía entre el 18% y el 57% de los casos, por lo que advierte de que su ausencia no descarta la enfermedad.
“Es importante que los veterinarios de pequeños animales tengamos presente esta enfermedad, no sólo en perros de caza, ya que teniendo en cuenta la sobrepoblación actual de jabalíes en nuestro país y su acercamiento a núcleos urbanos, muchos perros y gatos pueden estar expuestos”, aseguraba.
Finalmente, la veterinaria señalaba que, de hecho, la EA es una enfermedad poco reportada e infradiagnosticada en la especie canina y que aunque solo es de declaración obligatoria en ganado porcino, es importante notificar a los organismos oficiales los casos con diagnóstico presuntivo en otras especies para conseguir identificar el virus y obtener el diagnóstico definitivo.