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En busca de una cura contra la mielopatía degenerativa en perros

La fundación de salud animal Morris informa de los avances en sus estudios para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa que no tiene cura

Un pastor alemán requiere de apoyo ortopédico debido a la mielopatía degenerativa
Un pastor alemán requiere de apoyo ortopédico debido a la mielopatía degenerativa

En busca de una cura contra la mielopatía degenerativa en perros

La fundación de salud animal Morris informa de los avances en sus estudios para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa que no tiene cura

Francisco Ramón López - 04-03-2019 - 14:40 H - min.

‘Morris Animal Foundation’, una fundación que lleva tres décadas apoyando la investigación de la mielopatía degenerativa (MD), una enfermedad neurodegenerativa que termina paralizando los cuartos traseros de los perros, ha explicado el estado de las dos líneas de investigación que está financiando para mejorar el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Esta enfermedad crónica y degenerativa, que afecta más a los ejemplares de avanzada edad y de razas grandes, ataca la médula espinal, causando un lento deterioro de la función en las patas traseras, lo que finalmente termina desembocando en una parálisis.

Los factores que añaden más gravedad a esta enfermedad son que es difícil de diagnosticar y actualmente no tiene cura. Debido a esto, muchos dueños optan por la eutanasia cuando la enfermedad llega al estadio de la parálisis, algo que suele ocurrir en un periodo de un año.

Morris explica que en un principio, la investigación de la fundación se centró en identificar las causas de la MD, valorando distintas teorías, como que se debía a deficiencias de vitaminas o incluso a una infección viral, pero sin éxito. Debido a que la enfermedad es más común en ciertas razas de perros, como el pastor alemán, se sopesó también que hubiera un componente genético subyacente.

En esta línea de investigación genética, veterinarios encontraron una pista para comprender la mielopatía degenerativa, al observar las similitudes entre esta enfermedad  y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una dolencia que afecta a personas y de la que tampoco se conoce cura.

Esta similitud se encuentra concretamente en una mutación del gen SOD1, que está relacionada tanto con la DM en muchas razas de perros como con el ELA. Además, recientes estudios han identificado también una mutación característica de este gen en el boyero de Berna.

Así, se ha llegado a un consenso científico que considera que el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta cuando ambos progenitores cuentan con esta mutación del gen SOD1 y se la transfieren a su descendencia—también existen factores ambientales—, por lo que detectar esta mutación podría servir de ayuda para una detección temprana de la enfermedad.

AVANCES EN DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

De hecho, gracias a estas investigaciones, actualmente el diagnóstico se basa, además de en los signos clínicos neurológicos, en una prueba genética SOD1. Y es que las lesiones medulares son muy difíciles de detectar a través de las herramientas de diagnóstico de uso común, como los rayos X, la resonancia magnética y el análisis de líquido cefalorraquídeo.

Es por esto por lo que los investigadores financiados por Morris están recopilando datos utilizando diferentes tipos de tecnología de diagnóstico por imagen, como las imágenes por tensor de difusión (DTI) o una técnica avanzada de resonancia magnética que podría ayudar a detectar estas lesiones medulares.

Esta última técnica, que ya se utiliza con éxito para detectar lesiones medulares producidas por ELA y otras enfermedades neurodegenerativas en pacientes humanos está teniendo unos primeros resultados en perros “prometedores”.

En cuanto al tratamiento, la fundación informa de que no existe ningún fármaco o terapia comercial para combatir la MD, por lo que los esfuerzos de sus grupo de trabajo se centran en crear inhibidores para prevenir la acumulación de la mutación del gen SOD1. 

De momento, un pequeño ensayo clínico en cuatro perros afectados por la enfermedad parece que está reduciendo la expresión de la mutación, por lo que Morris adelanta que si los resultados siguen siendo positivos y no generan efectos secundarios se podría estar ante el primer paso para encontrar una cura a la enfermedad.

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