El mundo no está preparado para combatir la peste bovina

Según ha indicado la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los países que en sus laboratorios aún conserven muestras del virus de la peste bovina, deben eliminarlas. La FAO, en colaboración con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) presentó un plan de acción, en el año 2011, precisamente, para mantener el panorama internacional libre de esa enfermedad, la primera de tipo animal en ser eliminada.

En un comunicado conjunto, ambas organizaciones explicaron que las capacidades actuales de diagnóstico y vacuna frente a la peste bovina son bajas porque la campaña de erradicación prohibió el uso del virus, excepto en experimentos muy controlados que estas organizaciones supervisan. No obstante, algunas instituciones siguen teniendo material con el virus de la peste bovina, incluidas vacunas antiguas; este material debería destruirse.

La alternativa que tienen los países sería la de mejorar sus instalaciones, cumpliendo con los protocolos de supervisión de la FAO y la OIE, que piden a los Estados que permanezcan alerta ante la posible reaparición del virus de la peste bovina. El proceso de eliminación de los residuos ha sido, por el momento, lento y solo se ha alcanzado un acuerdo regional en la Unión Africana para agrupar todas las muestras de virus en un único lugar de almacenamiento.

El nuevo plan de acción que han preparado entre las dos organizaciones contempla medidas de preparación, prevención, detección, respuesta y recuperación ante el riesgo de que resurja esa enfermedad, que durante siglos causó la muerte de millones de vacas, búfalos y otros animales.

Según ha comentado el director general adjunto de la FAO, Bukar Tijani, “tenemos que seguir vigilantes y asegurar que contamos con la capacidad de actuar rápidamente si, por alguna razón, vuelve a aparecer”. Por su parte, el responsable de la OIE, Matthew Stone, cree que la actual ausencia de la peste bovina sobre el terreno significa que “los rebaños de ganado serían muy vulnerables en caso de que reaparezca, causando un daño y un deterioro importante a la seguridad alimentaria en todo el mundo”.