El contrabando ilegal de cachorros se ha convertido en Europa en un negocio más lucrativo que el tráfico de drogas. Esta práctica ilícita podría ayudar a expandir enfermedades como la leishmaniosis por países no endémicos
El contrabando ilegal de cachorros ayuda a expandir la leishmaniosis
El contrabando ilegal de cachorros se ha convertido en Europa en un negocio más lucrativo que el tráfico de drogas. Esta práctica ilícita podría ayudar a expandir enfermedades como la leishmaniosis por países no endémicos
Jorge Jiménez - 14-06-2019 - 13:15 H - min.
El Parlamento británico ha debatido recientemente sobre la problemática del contrabando ilegal de cachorros, que está afectando a muchos países de Europa, entre los que se encuentra el Reino Unido. En este sentido, el parlamentario del Partido Conservador británico, Neil Parish, expuso frente a la Cámara de los Comunes la necesidad de aumentar la pena máxima de prisión para aquellos que cometan delitos de maltrato animal hasta 5 años de reclusión, y mejorar las prácticas de cría de cachorros.
Según explicó Parish, algunos grupos criminales “prefieren realizar contrabanado con cachorros antes que con drogas”, ya que es un negocio “más rentable” porque los procesamientos judiciales son “menos probables” y los castigos “menos severos” para los condenados.
Asimismo, ante el elevado número de cachorros que se demandan anualmente en el Reino Unido (750.000), el parlamentario conservador defendió una cría ética y responsable de cachorros, para que, aquellas personas que decidan comprar o adoptar, recurran a criadores o centros especializados “de renombre”, evitando caer en manos de grupos organizados de contrabando.
EXPANSIÓN DE LA LEISHMANIOSIS
El contrabando de cachorros supone un riesgo para el bienestar de los animales, puesto que no se garantiza su correcta cría, su vacunación, ni el cumplimiento de los requisitos mínimos sobre bienestar, pero además, esta práctica ilegal puede llegar a suponer un riesgo sanitario.
Los cachorros podrían llegar de países de la cuenca mediterránea, donde la leishmaniosis es endémica, infectados de Leishmania, suponiendo un riesgo sanitario para países no endémicos como el Reino Unido, según señalan desde Dogs Trust, asociación de defensa canina británica, ya que estos animales se introducen en multitud de Estados sin ningún tipo de control veterinario que certifique si son portadores del parásito de la Leishmania.
Y es que a diferencia de los países no endémicos, los países de la cuenca mediterránea, como España y Portugal, conscientes de la gravedad de esta enfermedad zoonótica, ya cuentan con importantes campañas de prevención por parte de los colegios de veterinarios y médicos para concienciar a la población de la importancia de proteger a los canes de esta enfermedad mediante la combinación de medidas preventivas como la vacunación y los collares repelentes, herramientas que hoy en día ofrecen una protección durante todo el año con una alta tasa de efectividad.
Precisamente, algunos expertos en leishmaniosis como la catedrática del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, Guadalupe Miró, ya ha señalado en algunas ocasiones el comercio y el desplazamiento de perros infectados con Leishmania como un riesgo de expansión de este parásito hacia zonas no endémicas.
Porque, una vez que llega a países como el Reino Unido, que no cuentan con la presencia del flebotomo vector de la enfermedad, la transmisión puede llegar a tener lugar de perro a perro, por transmisión sexual o incluso por agresión. Y, además, las hembras infectadas pueden transmitir la enfermedad a su descendencia.
Por ello, instituciones como la Asociación Británica de Veterinarios recomiendan que, antes de introducir un animal procedente de países endémicos de enfermedades como la leishmaniosis, se realicen las pruebas y análisis pertinentes, para comprobar si estos están infectados, con el fin de evitar, en la medida de lo posible, que la enfermedad llegue a afectar a las poblaciones de animales de las zonas no endémicas.
DIAGNOSTICO LEISHMANIOSIS
Conviene recordar en este sentido, que el pleomorfismo de los signos clínicos de la leishmaniosis y su desarrollo lento y progresivo, hace que el diagnóstico de esta enfermedad sea muy difícil.
Por ello, para su diagnóstico se requiere de un abordaje integral que incluya una valoración detenida de la historia clínica, un examen físico riguroso y diversos test diagnósticos tales como el hemograma, el perfil bioquímico sérico, el análisis de orina, la relación proteína/creatinina en orina, proteinograma y pruebas de coagulación.
Finalmente, las pruebas de detección de infección (serología o PCR) son necesarias para alcanzar un diagnóstico.
Por todo ello, el diagnóstico de la leishmaniosis canina solo puede llevarse a cabo por veterinarios.