Investigadores destacan la amenaza para la salud pública que representa el resurgimiento de la difteria tras un caso clínico en el que un hombre se infectó a partir de animales domésticos
Describen en España un caso de transmisión zoonósica de difteria por animales domésticos
Investigadores destacan la amenaza para la salud pública que representa el resurgimiento de la difteria tras un caso clínico en el que un hombre se infectó a partir de animales domésticos
Redacción - 17-05-2022 - 10:00 H - min.
La difteria ha ido aumentando en relevancia debido al incremento de los viajes y al aumento de eventos como la reubicación masiva de refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes de países donde la difteria sigue siendo endémica. Estos eventos de importación, en combinación con la creciente renuencia a vacunarse en países no endémicos, dan a la difteria un alto potencial de resurgimiento.
Corynebacterium ulcerans toxigénico, un agente de la difteria se ha identificado con frecuencia en animales domésticos como gatos, perros y cerdos, en los que se ha demostrado transmisión zoonósica.
También se ha identificado C. ulcerans toxigénico en animales salvajes como hurones, jabalíes y ciervos. Este reservorio natural de C. ulcerans, tanto en animales salvajes como domésticos, constituye, según los investigadores, una importante amenaza para la salud pública.
Teniendo esto en cuenta, un equipo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III, la Universidad Complutense de Madrid, de la Dirección General de Salud Pública de Madrid y del Hospital Universitario del Sureste presentan un caso clínico.
En él, indican que el pasado 23 de febrero de 2019, un hombre de 60 años visitó el servicio de urgencias del Hospital Universitario del Sureste en Madrid. Los cultivos de laboratorio confirmaron que el hisopo faríngeo contenía C. ulcerans y era positivo para el gen tox en PCR.
El hospital se puso entonces en contacto con el paciente, que se recuperaba en su casa, y solicitó su hospitalización inmediata para tratamiento y aislamiento. El paciente cumplió y comenzó un curso de claritromicina intravenosa de 12 horas.
Los Servicios Epidemiológicos Regionales de Madrid (RESM) realizaron una encuesta, que confirmó que no se había producido exposición a fuentes de infección convencionales ni viajes recientes al extranjero. De hecho, el paciente y su pareja vivían en relativo aislamiento a 8 km de un pequeño centro urbano y no estaban asociados con ninguna actividad agrícola.
No se encontró registro de una dosis de refuerzo de difteria reciente para el paciente o su pareja. Eso sí, los investigadores destacan que el paciente tenía 2 gatos y 3 perros, y se sabe que alimentaba regularmente a los gatos callejeros que frecuentan su propiedad.
En cumplimiento de los protocolos nacionales y de la Organización Mundial de la Salud, la RESM solicitó a los Servicios de Salud Animal de Madrid que investigaran a los animales en contacto con el caso humano.
Esta investigación fue realizada por el Centro de Vigilancia Sanitaria Visavet. El 18 y 19 de marzo, se recolectaron hisopos nasales, faríngeos y conjuntivales de 2 gatos (CAT1 y CAT2) y 3 perros (DOG1, DOG2 y DOG3) que vivían con el paciente humano.
Asimismo, señalan que se obtuvieron tres aislamientos positivos de muestras de hisopos nasales durante el cultivo selectivo, 1 de CAT1, 1 de CAT2 y 1 de DOG1 (números de acceso del European Nucleotide Archive ERR6177889, ERR6177890 y ERR6177890, respectivamente); los otros 2 perros dieron negativo.
Todos los aislamientos se identificaron como portadores del gen tox C. ulcerans por PCR y secuenciación del genoma completo. Los 3 animales que dieron positivo fueron puestos en aislamiento por el Centro de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid y tratados con amoxicilina durante 15 días.
Los animales se volvieron a analizar y todas las muestras de hisopos recolectadas dieron negativo, momento en el que los animales se devolvieron a su propietario. En este sentido, afirman que se informó a los trabajadores del refugio de animales sobre las medidas de bioseguridad y el manejo de los animales infectados.
Se realizó también el rastreo de contactos de los gatos y se capturaron y analizaron 4 gatos callejeros; todos fueron negativos para C. ulcerans. Además, confirman que todos los animales domésticos y callejeros evaluados estaban asintomáticos.
De este modo, concluyen que el número de casos de difteria causados por C. ulcerans toxígeno con vínculo epidemiológico con los animales domésticos es pequeño, pero va en aumento. “En el marco de la iniciativa ‘One Health’, la colaboración entre las autoridades de salud pública humana y animal fue fundamental para identificar el origen de este caso”, defienden.
El informe de caso destaca el riesgo sostenido que representan los reservorios zoonósicos toxigénicos de C. ulcerans en animales peridomésticos y domésticos. “Dado el alto grado de conservación entre las cepas humana y animal, en este caso ciertamente se ha producido una transmisión zoonósica”, aseguran.
Aunque los gatos callejeros capturados dieron negativo para C. ulcerans, solo una pequeña parte de los gatos callejeros en contacto con los animales domésticos pudieron ser analizados. En consecuencia, indican que se desconoce el número real de gatos que estuvieron en contacto directo con los animales domésticos.
Actualmente, C. ulcerans no es un organismo notificable si se detecta en animales. No obstante, señalan que para mitigar la futura carga para la salud pública de C. ulcerans toxigénico de reservorios animales, su declaración debe considerarse como parte de las pautas nacionales de vigilancia.