SÁBADO, 12 de octubre 2024

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PROFESIONALES

"Luces y sombras" en la negociación del convenio colectivo veterinario

El informe llevado a cabo por un grupo de trabajo compuesto por veterinarios de distintas provincias desgrana los últimos avances en la negociación del futuro convenio estatal veterinario

"Luces y sombras" en la negociación del convenio colectivo veterinario

"Luces y sombras" en la negociación del convenio colectivo veterinario

El informe llevado a cabo por un grupo de trabajo compuesto por veterinarios de distintas provincias desgrana los últimos avances en la negociación del futuro convenio estatal veterinario

Francisco Ramón López - 03-05-2019 - 13:32 H - min.

El 24 de julio de 2018, la Confederación Empresarial Veterinaria Española CEVE, como representante de la patronal, y los sindicatos mayoritarios nacionales y autonómicos UGT, CCOO y CIG, como representantes de los trabajadores, constituían la mesa de negociación del Convenio colectivo nacional veterinario.

Llama la atención que en la mesa de trabajo no había ningún sindicato veterinario. Esto se debe, según señala el informe, a que el sector está compuesto en su gran mayoría por centros de trabajo pequeños, de menos de 6 trabajadores, lo que imposibilita, por tanto, que se pueda concurrir a elecciones sindicales, de tal forma que los citados sindicatos nacionales que participan en la negociación apenas cuentan con afiliación del sector veterinario, desconociendo la dinámica del trabajo del sector de la Veterinaria en España.

Sin embargo, veterinarios de los grupos autonómicos que han ido apareciendo a partir de enero de 2018 decidieron establecer contacto con estos sindicatos para ofrecer información y asesoramiento en cuestiones específicas del trabajo en el sector y para hacerles llegar las peticiones que el colectivo veterinario consideraba como prioritarias y más urgentes de resolver, así como aquellos límites que no se deberían rebasar si se pretendía cerrar un acuerdo justo.

Nacía entonces así el Grupo Nacional de Líneas Rojas, compuesto por representantes de varias de las autonomías y de los sindicatos USVEMA, Sindicat Veterinàri-COS y Veterinaria Digna Madrid, así como por veterinarios de las provincias de Galicia, Asturias, Castilla-La Mancha, La Rioja, Valencia, Canarias, Cantabria, Andalucía, Extremadura y Aragón.

Este grupo ha ultimado un texto titulado 'Informe sobre la negociación de Convenio Colectivo Nacional del Sector Veterinario', al que ha tenido acceso Animal’s Health, que desgrana el estado del documento a estas alturas de la negociación a partir de la información que han venido recogiendo de sus contactos con los sindicatos con asiento en la mesa de negociación. El resultado de las reuniones "no ha sido tan satisfactorio como cabría esperar" por parte del grupo de trabajo, y tiene "luces y sombras" dependiendo de los sindicatos con los que han tenido contacto.

A partir de estas conversaciones, los miembros del Grupo Nacional han podido conocer que el documento de partida, basado en el documento del Convenio Colectivo de Alicante registrado en 2014, tendrá un ámbito de actuación en todas las empresas que se dediquen a dar asistencia a los animales, tanto mascotas como grandes animales, bien sea en clínica o fuera de ésta.

Además, el convenio, que en un principio se pretendía mantener vigente hasta el 2020, será ampliado hasta 2021 a petición de la patronal, que aduce que la negociación “se está alargando en el tiempo”. Asimismo, el grupo de trabajo confirma que la negociación salarial está siendo la más compleja y aún no tienen información que aportar en ese sentido.

DE 1.750 A 1.780 HORAS ANUALES

Haciendo referencia a otros temas, como el número de horas ordinarias de trabajo, el grupo apunta que las últimas cifras sobre las que se está trabajando son de 1.750 y 1.780 horas anuales. Esas serían, por tanto las horas de trabajo ordinario sin contar con las horas extraordinarias, que serán de 80 horas anuales voluntarias.

Sin embargo, el principal punto de crítica de todo lo negociado hasta ahora es que el documento incluye la figura de las horas complementarias, que es el número de horas que el veterinario tiene que estar disponible para la empresa por encima de las horas de trabajo ordinario, cubriendo guardias y atendiendo el teléfono de urgencias fuera de la jornada laboral.

“Manifestamos nuestro rechazo hacía las denominadas horas complementarias para cubrir horarios a mayores del ordinario”, defiende el grupo de trabajo, que asegura que rechazaron desde el principio aceptar el concepto de horas complementarias aplicado a contratos a tiempo completo. “Sólo reconocemos dicha denominación en los contratos a tiempo parcial, en cuyo caso solicitamos medidas de regulación y control para evitar fraude de contrato”, manifiestan.

De hecho, los veterinarios sostienen que la atención las 24 horas se podría conseguir sin recurrir a las horas complementarias mediante la implementación de turnos y la aplicación de las horas extraordinarias como en otros convenios provinciales de clínicas privadas en humana negociados por estos mismos sindicatos.

De momento, lo conseguido por los sindicatos negociadores ha sido reducir estas horas, pues en un principio se partía de una propuesta similar a la aprobada en el Convenio de Alicante de 2014, donde las horas anuales de disponibilidad se situaban por encima de las 2.000. Ahora, ha variado en una cantidad que ha ido bajando de 800 hasta 600 y 400, siendo 120 horas anuales la última cifra conocida.

Otro punto en el que no ha habido acuerdo entre los sindicatos negociadores y el grupo de trabajo de veterinarios ha sido el tiempo transcurrido entre jornadas, que para los redactores del informe tendría que ser de mínimo 12 horas, pero que, de momento, no es así, por lo que seguirán produciéndose casos en los que habrá que entrar al turno de mañana tras haber realizado una guardia nocturna.

SIN PLUS DE PELIGROSIDAD

Otra petición del Grupo Nacional de Líneas Rojas que no ha sido atendida por los sindicatos es la de aplicar un plus de peligrosidad para los profesionales veterinarios. El argumento esgrimido es que los riesgos no deben pagarse sino que la empresa debe evitarlos. UGT ha solicitado la redacción por parte de un médico especialista en salud laboral de un informe sobre riesgos laborales para que se tenga en cuenta.

El grupo de veterinarios critica que “curiosamente”, en numerosos convenios de clínicas privadas de humana, negociados por los mismos sindicatos, se recoge un complemento salarial denominado plus de especialidad en el que suele retribuirse un 15% más sobre el salario base.

Asimismo, el grupo de trabajo solicita que se incluya un artículo en el convenio para que los centros veterinarios se acojan a la futura ley sobre medicamentos peligrosos que se redactará a partir de una Proposición no de Ley impulsada por PSOE, UGT y SATSE y que no incluía a los profesionales veterinarios.

Otras reclamaciones han tenido más acogida por parte de los sindicatos sentados a la mesa, como es la de limitar todo lo posible los contratos en prácticas. Así, los sindicatos han afirmado que están en contra de utilizar los contratos de formación pero no han concretado más sobre este aspecto.

En este sentido, el grupo ha comunicado que su idea de que se cree la categoría laboral de Veterinario Base 1 y Veterinario Base 2 para referirse a las personas graduadas hasta su primer año de experiencia laboral y desde ese primer año hasta el segundo, respectivamente, ha sido tenida en cuenta.

No han obtenido respuesta, sin embargo, sobre su  propuesta de clasificación profesional y ascensos en función a criterios objetivos de preparación y competencia, limitando lo más posible los criterios subjetivos.

El grupo tampoco ha visto plasmado en el convenio, de momento, un articulado exhaustivo referente a un sistema de formación continuada que no suponga una carga económica más para el personal contratado. Tan sólo se apunta a una cuestión de obligatoriedad del empresario de fomentar la formación en su plantilla si se acomete una mejora tecnológica en el centro de trabajo.

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