La Comisión Europea publica la lista de medicamentos peligrosos usados en veterinaria

Los medicamentos peligrosos se utilizan para tratar una amplia variedad de enfermedades y afecciones, como el cáncer y las enfermedades reumatológicas, tanto en medicina humana como en veterinaria.

En este sentido, este tipo de fármacos pueden generar efectos no deseados en personas distintas a los propios pacientes, como los trabajadores que se exponen a estos medicamentos en el lugar del trabajo.

Por ello, la Comisión Europea ha publicado la Lista indicativa de medicamentos peligrosos relativa a la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición durante el trabajo a agentes carcinógenos, mutágenos o reprotóxicos.

La Comisión define los medicamentos peligrosos como medicamentos que contienen una o varias sustancias que cumplen los criterios para ser clasificadas como carcinógenas (de categoría 1A o 1B), mutágenas (de categoría 1A o 1B) o tóxicas para la reproducción (de 1A o 1B).

En este aspecto, “dado que los mismos medicamentos peligrosos se utilizan tanto para seres humanos como para animales (aunque son menos frecuentes en el sector de la salud animal), los medicamentos peligrosos comprendidos en la definición anterior también incluyen los utilizados en el sector veterinario”, explican desde la Comisión.

Para el establecimiento de la lista indicativa de medicamentos peligrosos han cruzado la información de las bases de datos existentes de dos agencias europeas. Por un lado, la base de datos de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) sobre sustancias peligrosas y, por otro, la base de datos de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

Tal y como señalan desde la Comisión, el objetivo principal de la “lista es seguir mejorando la seguridad de los trabajadores por su exposición a los medicamentos peligrosos y no sustituir los medicamentos peligrosos por medicamentos que no sean peligrosos o que sean menos peligrosos para la salud de los trabajadores”.

De hecho, según indican, la sustitución rara vez es una opción, porque las propiedades intrínsecas de los medicamentos peligrosos “suelen ser esenciales para el tratamiento del paciente y su salud no debe verse comprometida”.

Por último, cabe recordar que el documento solo puede considerarse un elemento indicativo, no vinculante y complementario de la evaluación de riesgos.

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