Las claves para el buen uso de antibióticos en clínicas veterinarias

Desde el día 18 al 24 de noviembre se está celebrando la Semana Mundial de Concienciación sobre los Antimicrobianos durante la cual desde la Federación Europea de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (Fecava) han aprovechado para recordar los puntos clave en la lucha contra las resistencias antimicrobianas en veterinaria.

En primer lugar, desde la Fecava recuerdan que, “cualquier uso de antimicrobianos puede resultar en el desarrollo de resistencia”. Asimismo, subrayan que el riesgo de resistencia aumenta en caso de que los antimicrobianos se usan de manera inapropiada por ejemplo, en microorganismos no susceptibles; en dosis subterapéuticas; repetidamente; o por períodos de tiempo inapropiados.

Por otro lado, apuntan que el objetivo del veterinario debe ser prevenir la enfermedad, “en lugar de tratarla con antimicrobianos”. Así, aconsejan fomentar la prevención con vacunaciones regulares: con altos estándares de higiene en la manipulación de los animales; y utilizando técnicas asépticas en cirugía.

“Cuando sea necesario prescribir un antimicrobiano, la prescripción debe basarse en un diagnóstico realizado tras el examen clínico del animal”, afirman desde la Fecava desde donde señalan, además, que “siempre que sea posible, se deben realizar pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos para determinar la elección del antimicrobiano”.

También indican que un antimicrobiano de espectro reducido siempre debe ser la primera opción y se debe evitar el uso de combinaciones de antimicrobianos y antimicrobianos de amplio espectro.

“El uso de antimicrobianos de importancia crítica (AIC) para la medicina humana debe limitarse a los casos en los que no se dispone de otra alternativa. Esto incluye fluoroquinolonas (por ejemplo, enrofloxacina, marbofloxacina) y cefalosporinas de tercera y cuarta generación”, advierten.

En este sentido, apuntan que “los AIC que no tienen autorización de comercialización como medicamentos veterinarios pueden usarse off-label (cascada) en animales de compañía, pero estrictamente limitado a casos muy excepcionales, por ejemplo, cuando existan razones éticas para hacerlo, y solo cuando las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos de laboratorio hayan confirmado que ningún otro antimicrobiano sería eficaz”.

Por último, recuerdan que cuando se sospecha o detecta una infección clínica por Staphilococcus aureus (MRSA) o Staphylococcus pseudointermedius resistentes a la meticilina (MRSP), es “muy importante” que se minimice el riesgo de propagación de la infección en un hospital de animales y clínicas veterinarias. Se debe considerar la cuarentena.

Además de las recomendaciones que ofrecen instituciones como la Fecava, los veterinarios de pequeños animales disponen de herramientas como la Guía para el uso racional de los antimicrobianos (GRAM) editada por Ceva.

En este sentido la guía Gram, a la que pueden acceder los veterinarios, constituye el primer consenso europeo sobre el tratamiento de la mayoría de enfermedades infecciosas en perros y gatos, incluyendo todos los conocimientos básicos, teóricos y prácticos al respecto.

Asimismo, la guía tiene el objetivo de proporcionar a los veterinarios herramientas para una toma de decisión coherente y racional, ayuda para ahorrar tiempo en consultas, y proporcionarles información sobre los casos más frecuentes.