Bajo control el último caso de rabia en España

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) ha calificado de “suficientemente estable” la situación de la rabia en España, tras el último caso de la enfermedad ocurrido en la Ciudad Autónoma de Ceuta. Sin embargo, la OIE especifica que, aunque no han tenido lugar más casos de rabia desde el último informe de seguimiento, la situación no puede darse por resuelta, todavía.

La notificación sobre la situación de la enfermedad ha sido facilitada a la OIE por Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). En dicha notificación, además, se especifican algunas de las medidas que se han implementado por parte de las autoridades españolas. Entre dichas medidas se encuentra la vacunación de animales menores de 12 meses, incluidos los ya vacunados previamente; o la restricción de movimiento y zonificación de toda la ciudad de Ceuta.

El caso de rabia, fue registrado en un cachorro de 3 meses de edad, introducido en España ilegalmente desde Marruecos, y alojado en las instalaciones de la protectora de animales de Ceuta que, tras detectar posibles síntomas de la enfermedad en el animal, llevaron al can al veterinario Alfonso Morey, que en declaraciones para Animal’s Health explicó cómo detectó rápidamente la enfermedad en el animal y actuó en consecuencia.

Tras la confirmación del caso de rabia en Ceuta, por el Instituto de Salud Carlos III, las autoridades sanitarias declararon el nivel de alerta 1 del ‘Plan de contingencia para el control de la rabia en animales domésticos en España’. Las medidas incluidas en dicho plan, incluyen la delimitación de las áreas del brote, el refuerzo de la vigilancia y medidas de control en fronteras, así como de animales abandonados, y el establecimiento de la vacunación obligatoria, en caso de que no hubiera.

Posteriormente, tal y como está estipulado, las autoridades procedieron a eutanasiar a aquellos animales que habían estado en contacto con el cachorro infectado, para poder analizar muestras de tejido cerebral, ya que la única forma de diagnosticar la rabia es cuando se revela la enfermedad, que tiene una progresión rápida y fatal, o mediante un análisis postmorten de una muestra de cerebro.

Aunque los análisis de postmortem de los canes en contacto con el can positivo a rabia fueron negativos, no padeciendo estos la enfermedad, la Junta Directiva de la protectora donde se produjo el caso anunció recientemente su dimisión y la convocatoria de una asamblea general para la elección de una nueva dirección que tendrá lugar el próximo 31 de julio.