Un estudio llevado a cabo en granjas de cerdos ibéricos en extensivo y jabalíes en Extremadura y Andalucía muestra que estos suidos domésticos son susceptibles al virus de la fiebre hemorrágica, aunque con un papel limitado
Detectan anticuerpos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en cerdos ibéricos de España
Un estudio llevado a cabo en granjas de cerdos ibéricos en extensivo y jabalíes en Extremadura y Andalucía muestra que estos suidos domésticos son susceptibles al virus de la fiebre hemorrágica, aunque con un papel limitado
Francisco Ramón López - 16-04-2024 - 18:14 H - min.
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHFV) es un patógeno emergente transmitido principalmente por garrapatas del género Hyalomma. Este arbovirus es el agente causante de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FCHF), una enfermedad zoonósica y hemorrágica grave y letal en humanos.
En Europa, los casos humanos de FCHF se han notificado tradicionalmente sólo en los países del sudeste. Sin embargo, poco después de que se detectara el virus en España en garrapatas Hyalomma lusitanicum recolectadas en ciervos (Cervus elaphus) en 2010, se han confirmado casos clínicos humanos en el oeste y suroeste del país desde 2013.
Pocos estudios han evaluado la circulación del CCHFV en ciervos y jabalíes. Además, estas dos especies de ungulados salvajes suelen convivir con cerdos ibéricos domésticos criados de forma extensiva, por lo que el contacto directo e indirecto entre esas especies simpátricas es frecuente.
La mayoría de las explotaciones de cerdo ibérico (80%) se encuentran en el suroeste de España, donde la circulación del CCHFV es elevada. Por ello, un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba, el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Castilla-La Mancha, entre otras, ha llevado a cabo un estudio para analizar la circulación del CCHFV en jabalíes y cerdos domésticos ibéricos en esta área.
El estudio se llevó a cabo en cotos de caza y granjas de cerdos ibéricos extensivas repartidas entre las provincias de Cáceres y Badajoz (Extremadura) y Sevilla, Córdoba y Jaen (Andalucía), un área que califican como “crítica” para este virus, ya que se han detectado en el pasado garrapatas positivas, así como una alta prevalencia de huéspedes animales.
Para llevar a cabo su investigación, realizaron pruebas de anticuerpos contra CCHFV utilizando dos ELISA en paralelo. Igualmente, se evaluó la presencia de ARN del VCHFV mediante un protocolo de PCR cuantitativa con transcripción inversa, que detecta todos los genotipos.
Un total de 113 (21,8%) de 518 animales muestreados mostraron anticuerpos contra CCHFV mediante ELISA. Por especies, 106 (39,7%) de 267 jabalíes y 7 (2,8%) de 251 cerdos ibéricos analizados fueron seropositivos. De los 231 cerdos ibéricos y 231 jabalíes analizados, ninguno dio positivo en ARN de CCHFV.
Estos hallazgos, apuntan, indican una alta exposición al CCHFV en poblaciones de jabalíes en áreas endémicas y confirman la susceptibilidad de los cerdos criados extensivamente al CCHFV, aunque, teniendo en cuenta la baja seroprevalencia (2,8%) es posible que solo desempeñen un papel limitado en el ciclo enzoótico. También, afirman que difiere significativamente de la seroprevalencia determinada en jabalíes.
“Es de destacar que el período de manejo extensivo del cerdo ibérico (octubre-febrero) no coincide con el período de actividad principal de Hyalomma spp. (abril-junio)”, remarcan.
De esta manera, señalan que “los cerdos están expuestos a los vectores durante unos meses, a diferencia de los jabalíes durante toda su vida, lo que podría explicar las diferencias en la seroprevalencia entre estas especies”. Además, este hallazgo podría estar relacionado con posibles diferencias en la susceptibilidad a la infección viral entre cerdos y jabalíes.
En conclusión, “los resultados obtenidos en este estudio sugieren una circulación endémica y generalizada del virus en el suroeste de España. Específicamente, estos hallazgos indican una alta exposición al CCHFV en poblaciones de jabalíes en áreas endémicas”. Asimismo, insisten en que, aunque se confirma la susceptibilidad de los cerdos domésticos al virus, la baja seroprevalencia indica un papel limitado en su ciclo enzoótico.
“Por lo tanto, recomendamos el uso de medidas de bioseguridad en actividades de alto riesgo con esta especie para limitar la exposición a este patógeno. Este estudio destaca la necesidad de desarrollar programas de vigilancia en suidos para evaluar los cambios espaciotemporales en la circulación del CCHFV para prevenir la infección en humanos”, concluyen