Este 26 de abril, se celebra el Día Mundial de la Veterinaria, una ocasión para recordar la importancia de la profesión en la sociedad y reivindicar su carácter sanitario
Día Mundial de la Veterinaria 2025: El año en el que la profesión se unió y salió a la calle para decir “basta”
Este 26 de abril, se celebra el Día Mundial de la Veterinaria, una ocasión para recordar la importancia de la profesión en la sociedad y reivindicar su carácter sanitario
Francisco Ramón López -
26-04-2025 - 07:30 H - min.
La profesión veterinaria se caracteriza por la vocación y el compromiso que demuestran sus profesionales día a día, y ocasiones como el Día Mundial de la Veterinaria, que se celebra este 26 de abril, son perfectas para demostrar el orgullo de este colectivo por su dedicación a la salud animal y a la salud pública.
Pero también es un día de reivindicación, porque a pesar de lo resiliente que esta profesión puede mostrarse, es muy común que todo lo que ella conlleva acabe pasando factura a la salud mental de los veterinarios, que se enfrentan a tareas de una alta responsabilidad que en ocasiones no son valoradas ni social ni económicamente.
Por todo ello, los veterinarios viven con una sensación constante de agravio por sus condiciones, que siguen empeorando con iniciativas como la apertura de nuevas facultades de Veterinaria. Y es que España cuenta con 15 facultades, varias implantadas en los últimos años, y hay dos proyectos en marcha para implantar el Grado en la Universidad de Salamanca y Valencia.
Otra de las medidas consideradas injustas por el sector fue el aumento del IVA de los servicios veterinarios que en 2012 pasó del 8 % al 21 %. A lo largo de los años, se han realizado numerosos intentos —hasta ahora sin éxito— para revertir esta decisión, pues consideran que representa una penalización al compromiso con el cuidado de la salud animal y, por extensión, de la salud pública.
A toda esta situación de hartazgo en la veterinaria española se ha sumado recientemente la entrada en vigor este 2 de enero del artículo 39.1 del Real Decreto 666/2023, que algunos definen como la “gota que colmó el vaso”.
Esto ha supuesto que los veterinarios de animales de compañía también tengan que notificar sus prescripciones de antibióticos a Presvet, el Sistema Informático Central de Control de Prescripciones Veterinarias de Antibióticos, como ya ocurría con sus compañeros dedicados a la ganadería.
Aunque sobre el papel esto parecía un trámite más de una ley ya lejana, ha generado una gran indignación en los profesionales del sector, que han salido a la calle y se han manifestado por toda España para que se ponga remedio a su situación.
En paralelo, se han registrado iniciativas parlamentarias en el Congreso de los Diputados, el Senado y numerosas cámaras autonómicas para abrir un debate sobre la situación de la profesión y la aplicación del Real Decreto.
Además, el pasado marzo se constituyó el Comité de Crisis Veterinario, una plataforma sin precedentes que une por primera vez a todo el sector —colegios profesionales, sindicatos, estudiantes, clínicos y especialistas— en una lucha común contra la ley del medicamento y la precariedad profesional.
El comité ya ha comenzado a redactar propuestas alternativas y a canalizar el malestar generalizado hacia acciones concretas. Y es que los veterinarios consideran que esta norma no solo impone una carga burocrática desproporcionada, sino que ignora la realidad clínica, socava la autonomía profesional y pone en riesgo la sostenibilidad de muchas clínicas pequeñas.
Según han denunciado ante el Ministerio de Agricultura, los costes y dificultades de aplicación superan con creces los beneficios esperados y exigen un rediseño del modelo basado en el consenso con los profesionales.
En el ámbito de los medicamentos veterinarios, llueve sobre mojado, ya que la imposibilidad de que los veterinarios puedan dispensar directamente los medicamentos que utilizan en su práctica sigue siendo uno de sus principales escollos, obligándolos a recurrir a mecanismos más complicados, como la cesión.
Y la situación no parece que vaya a cambiar a corto plazo, pues el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, confirmó recientemente en declaraciones a Animal’s Health que el anteproyecto de la nueva Ley del Medicamento no prevé cambiar el modelo de incompatibilidad entre prescripción y dispensación, pues es “un elemento fundamental para no generar posibles conflictos de interés”.
El único cambio contemplado permitiría, en ciertos casos y con limitaciones, la venta de medicamentos no sujetos a prescripción desde las clínicas, como refleja el borrador —que recogió Animal’s Health— actualmente en estudio: el conocido como cuarto canal.
Respecto al Real Decreto 666/2023, este 2025 ya se han hecho efectivas medidas, como la rebaja de las sanciones por no notificar a tiempo las prescripciones a Presvet, que pasan de 60.000 a 10.000 euros en los casos más graves, pero de momento solo se contemplan futuras notas interpretativas, sin cambios estructurales.
Así lo señaló el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, Valentín Almansa, quien en una carta se mostró abierto a analizar su impacto para plantear posibles modificaciones más adelante.
En este sentido, y precisamente con motivo del Día Mundial de la Veterinaria, el presidente de la Organización Colegial Veterinaria, Luis Alberto Calvo, ha subrayado que el RD 666/2023 debe debatirse a fondo, con diálogo real, antes de seguir avanzando en una línea que no cuenta con el respaldo de quienes están al pie del cañón.
Los siguientes pasos del movimiento veterinario incluyen una manifestación el 7 de mayo frente al Congreso de los Diputados en Madrid y otra en Barcelona el 10 de mayo, así como manifestaciones por provincias y la presentación de alegaciones formales al Anteproyecto de Ley del Medicamento por parte del Comité de Crisis.
Por todo ello, este Día Mundial de la Veterinaria de 2025 no solo será recordado como una celebración, sino como el año en el que una profesión históricamente maltratada decidió salir a la calle unida.