SÁBADO, 20 de abril 2024

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OPINIÓN

Spain should not be different

Spain should not be different

Paco Vázquez - 27-03-2019 - 16:00 H - min.

Representante de la Asociación de Veterinarios Especialistas en Équidos de España (AVEE) en la Comisión Nacional de Especialidades Veterinarias del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (CGCVE)

Hace unas semanas nuestro compañero Guillermo González publicó en la columna de opinión del diario Animal’s Health un artículo titulado Spain is different. En los primeros párrafos se apuntaban algunos de los principales problemas de nuestra profesión en España, señalando el exceso de facultades y graduados como una de las amenazas más preocupantes del sector. El artículo lo plasma con la crudeza que requiere una realidad tan preocupante y nefasta para los profesionales veterinarios, especialmente para los más jóvenes, pero inevitablemente también para los veteranos.

Ojalá pudiéramos decir que Guillermo es demasiado catastrofista, pero desgraciadamente tiene razón y es realmente inexplicable que en esto España sea tan diferente a la mayoría de países europeos a los que nos gustaría parecernos (al menos en algunas cosas). No solo es inexplicable, me atrevo a decir que es incluso vergonzoso ya que cuesta entender e indigna ver que se malgastan tantos recursos económicos (la mayor parte de ellos públicos), los esfuerzos de tantas familias y, sobre todo, tantas ilusiones y aspiraciones personales y profesionales, por no disponer de un mecanismo estatal que trate de ajustar con un mínimo sentido común la oferta a la demanda.

Definitivamente en esto España no debería ser tan diferente y por eso es muy buena la denuncia constante de esta situación, con claridad, como se hace en el artículo de opinión anteriormente citado, y como lo viene haciendo gran parte de la profesión (y también AVEE) cuando tiene la oportunidad.

En la última parte de dicho artículo de opinión, además de mostrar rechazo a la posibilidad de que se sigan abriendo más facultades y ahondando más en el problema, se critica la apuesta del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (GCVE) por “impulsar la especialización de la profesión veterinaria en España”. Se hace especial referencia al proceso de Certificación Intermedia en Équidos (Certificado Español en Clínica Equina para veterinarios senior y Certificado Europeo en Clínica Equina para los junior) que se está implantando con el apoyo y la colaboración de AVEE.

CÓMO ABORDAR LOS FRENTES DEL SECTOR

Podemos entender que partiendo de un panorama tan preocupante como el que se muestra al inicio de este artículo esta pueda parecer una iniciativa insignificante pero estamos plenamente convencidos de que, incluso en una coyuntura tan desafortunada (o tal vez precisamente por eso), cada una de las parcelas y niveles de influencia de la profesión han de esforzarse al máximo para dotar de más calidad y profesionalidad a nuestro trabajo.

El hecho que haya muchas facultades (que desde luego se escapa al ámbito de actuación de AVEE e incluso del CGCVE) no puede hacer que nos rindamos y que renunciemos a mejorar otros aspectos esenciales de la actividad veterinaria.

Uno de esos puntos clave es, sin lugar a dudas, la formación continuada, la adquisición de competencias avanzadas, más allá de las básicas que obtuvimos en la carrera y, en definitiva, el camino de la “especialización” que otras profesiones sanitarias hace tiempo que tienen bien regulado y adecuadamente reconocido en España. Una iniciativa como esa no puede calificarse de ocurrencia.

Al contrario; si hay algo que criticar es que debería haberse hecho antes. De hecho es algo que viene haciéndose hace mucho tiempo (y con éxito) en otros ámbitos y lugares, tanto en el máximo nivel de especialización (Especialistas Diplomados de Colegios Europeos y Americanos, que generalmente se centran en materias o disciplinas), como en niveles que se denominan “intermedios” y que reciben diferentes nombres en diferentes países (Certificates in Advanced Veterinary Practice -Cert AVP- en Reino Unido, Diplôme de Spécialisation Vétérinaire -DESV- en Francia, Diplomates of the American Board Veterinary Practitioners -Dipl ABVP- en EEUU…) y que en muchas ocasiones se focalizan sobre todo en un nivel más generalista, de especie.

Tan importante considera la Federación de Veterinarios Europea (FVE) este “nivel intermedio” y la formación continuada a lo largo de la vida del veterinario que hace apenas unos años ha creado VetCEE (Veterinary Continous Education in Europe) para regular, armonizar y reconocer este tipo de vías de formación y acreditaciones profesionales.

APOYO DE PROPUESTAS

Por lo tanto, en esto España era (también) diferente hasta antes de ayer, pero con esta iniciativa se está dando el primer paso para que, al menos en esto, dejemos de ser tan diferentes a otros países de nuestro entorno. España no debería de seguir siendo diferente en esto y desde AVEE consideramos que se deben apoyar estas iniciativas y arrimar todos el hombro para hacer juntos las cosas lo mejor posible.

Sin duda es solo un comienzo y queda mucho por hacer: los caballos son un sector muy minoritario en la profesión y habrá que extenderlo a otras especies, habrá que aprovechar para reconocer oficialmente en España y con más decisión a los especialistas europeos y americanos (Diplomados EBVS/ABVS), tendremos que trabajar duro por conseguir que estos certificados tengan detrás un proceso riguroso y de calidad y que no se conviertan en un titulito más, habrá que dar a conocer y saber explicar adecuadamente los distintos niveles a nuestros clientes y a la sociedad y un larguísimo etcétera de cosas por hacer.

En esa larga lista de cosas por hacer han de involucrarse los grandes profesionales como Guillermo González, que se preocupan de mantenerse bien actualizados, que buscan el rigor en su trabajo y que además están comprometidos con la defensa y dignificación de la profesión.

Todos ellos han de saber que en AVEE estamos siempre abiertos al debate y a escuchar la crítica constructiva y que pueden contar con la asociación (en la medida de nuestras posibilidades) para intentar mejorar las muchas cosas que hay que cambiar, pero tienen que saber también que necesitamos que trabajen con nosotros en estas iniciativas, involucrándonos todos juntos en estos procesos que han de ser colectivos.

Sigamos pues denunciando las cosas que se hacen mal (rematadamente mal a veces), pero demos apoyo a aquellas propuestas que, sin aspirar a ser el remedio para todos los males de la veterinaria, pueden ayudarnos a ser mejores profesionales y mejor reconocidos, para que la veterinaria española cada vez sea menos diferente.

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