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OPINIÓN

Mañana puede ser tarde: One Health para atajar el calentamiento global

Mañana puede ser tarde: One Health para atajar el calentamiento global

Santiago Vega - 12-12-2019 - 12:03 H - min.

Catedrático del Área de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Diplomado en Sanidad, y Académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana, de la Academia de Farmacia de la Comunitat Valenciana y de la Academia de Veterinaria de la Región de Murcia

Entre los días 2 y el 13 de diciembre está teniendo lugar en Madrid la reunión de la Conferencia de las Partes (COP), es esta su número 25, y nace con la sensación de urgencia, con el sentimiento de que cada vez hay menos tiempo para actuar, en palabras de la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, “para movilizar a toda la sociedad civil”, de tal manera que la acción climática sea una prioridad para todos.

La cumbre de Madrid es la segunda conferencia de las partes adscritas al Acuerdo de París, en vigor desde 2016. El principal objetivo de la cumbre será establecer los detalles finales sobre la implementación del Acuerdo de París, es decir, definir los cauces concretos que conducirán, o deberían conducir, a limitar el crecimiento de la temperatura a entre 1,5 y 2 grados centígrados.

Los próximos meses son críticos en nuestra respuesta global colectiva al cambio climático, y las implicaciones para la salud humana son inmensas. El acuerdo de París consagró el «derecho a la salud» como un principio fundamental que guía la acción sobre el cambio climático, formalizando por primera vez la salud como un enfoque en los procesos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho de los «impactos en la salud del cambio climático y ambiental» una de sus cinco prioridades principales.

No se trata de “crecimiento” —tener más—, sino de desarrollo —ser más—. El cambio climático es ya una realidad que puede detenerse y regularse, aunque no revertirse, por lo que consideramos una responsabilidad impostergable procurar que se adopten las medidas a escala global, regional, nacional, local y personal que han sido aprobadas en la reunión de París.

En este sentido, la tecnología digital ha facilitado la información y, lo que es más importante, la capacidad de expresarse. Todos los seres humanos ya pueden «contar», como miembros de una comunidad, cuáles son los riesgos y las amenazas y disponen de los conocimientos adecuados para hacerles frente.

Aunque el desafío es grande, las respuestas políticas al cambio climático presentan una oportunidad sin precedentes para la salud pública, como la reducción de la contaminación del aire, que es responsable de 7 millones de muertes prematuras anualmente.

Los efectos directos de la contaminación atmosférica en la salud están bien cuantificados, pero el cambio climático tiene una serie de efectos indirectos que no están tan estudiados a pesar de su incidencia sobre la salud.

Se espera que entre el 2030 y el 2050 el cambio climático sea la causa directa de 250.000 muertes al año, y que pueda aumentar la malnutrición por la pérdida de terrenos de cultivo, las enfermedades cardiovasculares y las infecciosas, y un empeoramiento de la salud mental.

OPTIMISMO Y ENFOQUE ONE HEALTH

Aunque los riesgos de la contaminación para la salud son elevados y los datos algo alarmantes, también hay espacio para el optimismo.

En este sentido, el concepto «Una Sola Salud» (One Health, en su expresión inglesa), tiene como uno de sus objetivos concienciar a la población de las posibles amenazas de índole biológica y química que tienen incidencia directa en la salud, ante el aumento de la temperatura producido por la contaminación ambiental.

A este respecto, debemos alertar y señalar que existen algo más de 300 enfermedades que comparten animales y humanos. Luchar contra ellas de una forma metódica y científica supone enmarcar el problema de una manera eficaz ante la amenaza que supone para todos los seres que habitamos el planeta.

El concepto de «Una Sola Salud» debe integrar las relaciones siempre cambiantes entre los animales, las personas y el planeta que comparten la «casa común que debemos preservar». Todo ello muestra la interrelación existente entre diversos factores y la necesidad de que todas las profesiones implicadas en el ámbito de la salud trabajen conjuntamente.

La colaboración cercana entre médicos y veterinarios, y la interacción con los estudiantes de las facultades correspondientes, junto con el desarrollo de planes de estudio que integren el saber de ambas profesiones, junto con otras del ámbito de la salud en sus diferentes vertientes, ayudarán a que se atiendan los requerimientos de medios de trabajo, investigación e infraestructuras sanitarias.

Estamos en una Nueva Era. Esta nueva etapa en la historia de la humanidad, este «nuevo comienzo» al que urge la Carta de la Tierra (2000) de las Naciones Unidas, requiere un cambio en la mente y en el corazón, un nuevo sentido de la interdependencia global y de la responsabilidad universal.

Nuestra diversidad cultural es una herencia maravillosa y debemos encontrar los caminos para armonizar diversidad con unidad mediante la participación de todos. Cada persona, familia, organización y comunidad tiene un papel esencial que desempeñar para construir una comunidad sostenible a escala global; las naciones del mundo deben renovar su compromiso con las Naciones Unidas.

MAÑANA PUEDE SER TARDE

Y «Mañana puede ser tarde», advirtió el papa Francisco en su encíclica ecológica Laudato si (2015). Y el expresidente Obama añadió: «Es la primera generación que hace frente a problemas de esta naturaleza, y la última que puede resolverlos».

En la consecución de estos objetivos, los ayuntamientos pueden ser uno de los grandes promotores de una cultura de Paz con el entorno ecológico. En el nuevo Gran Acuerdo Verde Global (Global New Deal) de los alcaldes de capitales y grandes ciudades (Copenhague, 2019), liderado por el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo se dice: «El cambio climático es global, pero las soluciones son ante todo locales. Por esta razón, nosotras, las capitales y grandes ciudades europeas, hemos decidido unir nuestros esfuerzos y fortalecer los instrumentos que nos conducirán hacia la transición energética y medioambiental que se requiere».

El Manifiesto establece que es imperativa una progresiva sustitución del transporte urbano actual por otro que comporte una disminución progresiva de carburantes («coches eléctricos, teleféricos, suburbanos…») y sistemas de calefacción y refrigeración mediante fuentes renovables de energía.

Uno de los instrumentos más poderosos para garantizar el derecho de todos nosotros y el de generaciones futuras a disfrutar y convivir en un entorno sostenible es la educación. La educación para todos durante toda la vida.

MISIÓN DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA

No solo en la escuela, ni en las familias, sino en la sociedad entera y para la sociedad entera, empezando por los gobernantes y parlamentarios. La comunidad científica, especialmente, tiene que cumplir una misión que normalmente no se lleva a efecto: la de asesorar a los parlamentos, consejos municipales, etc., en temas muy especializados y, sobre todo, la de ayudar a anticiparse.

También es necesaria y urgente la articulación de técnicas y mecanismos jurídicos en favor del respeto de la biodiversidad, de la lucha contra el cambio climático y el efecto invernadero, así como el uso racional de fuentes energéticas no renovables y de bienes comunes naturales tan esenciales como el agua.

Es preciso educar a escala global para construir sin destruir e inculcar a todos los ciudadanos una responsabilidad compartida, pero diferenciada, ante los recursos que nos brinda la naturaleza. La responsabilidad del «mundo desarrollado» es obviamente superior a la de los países pobres, por lo que su implicación en la consecución de los objetivos tiene que ser más comprometida.

Como científico, insisto en que es preciso conocer la realidad en profundidad, ya que solo así será posible modificarla, en su caso, en profundidad. De otro modo, las informaciones y apreciaciones superficiales y sesgadas seguirán proporcionando al público una visión deformada de los hechos y, en consecuencia, de las medidas a adoptar.

Lo último que yo desearía es que alguno de nuestros descendientes volviera la vista atrás y —como escribió Albert Camus— nos despreciara, porque: «pudiendo tanto, nos atrevimos a tan poco».

URGENTE E INAPLAZABLE

En consecuencia, es urgente e inaplazable la puesta en práctica los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, para ello, es indispensable la movilización popular —«Nosotros, los pueblos…», según comienza la Carta de las Naciones Unidas—. La Tierra que recibimos pertenece a los que vendrán. No podemos fracasar en la urgente adopción de medidas para salvaguardar la habitabilidad de la Tierra.

Desde este que les escribe se propone la «refundación» de las Naciones Unidas para afrontar estos retos, no solo para ordenar las medidas pertinentes a escala planetaria, sino también para coordinar las acciones adecuadas frente a las catástrofes naturales.

Un ministerio único en España que bajo la denominación One Health (Environmental Health, Human Health, Animal Health) aborde la interface entre los animales, las personas y el planeta que comparten.

En conclusión, les propongo proceder como en el espléndido cuento leonardiano: «De pronto, ya no hay a bordo ricos o pobres, jóvenes o ancianos, blancos o negros…, sino solo pasajeros afanados, trabajando en común para sobrevivir, para evitar el naufragio».

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