MARTES, 19 de marzo 2024

MAR, 19/3/2024

OPINIÓN

Mejor callado, Sr. Garzón

Mejor callado, Sr. Garzón

Mejor callado, Sr. Garzón

José-Marín Sánchez Murillo - 11-07-2021 - 11:30 H - min.

Presidente del Colegio de Veterinarios de Badajoz

Soy veterinario y me preocupa la salud animal, la salud de las personas y la salud del medio ambiente. La profesión veterinaria siempre ha tenido un vínculo especial con los agricultores y ganaderos que, a pesar de ciertos ministros, se afanan en poner a nuestra disposición alimentos de alta calidad. Tal vez, no seamos conscientes de lo que supuso en el Neolítico la domesticación de los animales y el nacimiento de la agricultura. Seguramente tampoco lo somos, en estos tiempos de pandemia, de lo que fue el hallazgo de la primera vacuna en 1796 de la mano de Edward Jenner, quien descubrió que la infección con el virus de las vacas inmunizaba a los humanos y, con ello, la vacuna contra la viruela, "el más terrible de todos los ministros de la muerte", según el historiador británico Thomas Macaulay.

Hay otros ministros distintos a los de Macaulay que, posiblemente no hayan trabajado en su vida, pero se atreven a hacer comentarios sobre lo que es bueno o malo para nuestra salud. En su momento, lanzaron un dardo importante sobre el aceite de oliva y el jamón ibérico, siendo penalizados por el semáforo nutricional. Detrás de estas “majaderías” siempre subyace el mensaje final que es atacar las producciones intensivas, lo que el ministro califica como macrogranjas. Sería tanto como decir que la energía eléctrica solo la podemos obtener a través de la energía eólica y fotovoltaica, olvidando las centrales nucleares. Sería tanto como pretender también que todos los jamones fueran de cerdo ibérico de bellota cuando la limitación la impone la propia bellota, el número de encinas y la dehesa con arbolado. La ganadería extensiva es un plus, pero no todo puede ser ganadería extensiva. Tiene que coexistir con la intensiva, con las macrogranjas, eso sí, ajustadas a la legislación de bienestar animal. Utilizando el término anglosajón, debe haber un “mix”, una mezcla, un poco de todo, es lo que decía antes de que no toda la energía eléctrica puede ser a base de renovables, al menos hoy por hoy no.

El consumidor es consciente de que el bienestar animal forma parte intrínseca del concepto “de la granja a la mesa” y espera que los alimentos se produzcan respetando los principios éticos, de sostenibilidad, bioseguridad y de seguridad alimentaria. Y en eso estamos los veterinarios, ejerciendo nuestra labor de Salud Pública para que tengamos alimentos seguros. Por tanto Sr. Garzón, no se preocupe por la producción intensiva siempre y cuando se respete escrupulosamente con lo establecido por la ley en temas de bienestar animal, cuya vigilancia es una de las muchas tareas que tenemos encomendadas. Y yo me pregunto ¿por qué el Sr. Garzón sale ahora diciendo que el consumo excesivo de carne es malo para la salud? ¿Por qué no dice que el consumo excesivo de azúcares, de grasas, etc. también es malo para la salud? Incluso el consumo excesivo de fibra también lo es. Todos los excesos son malos. Si estuviera aquí ahora a mi amigo Cecilio (Presidente de los Farmacéuticos) ya me estaría diciendo que según Paracelso, en el siglo XVI, "todo es veneno y nada es veneno, sólo la dosis hace el veneno". Es decir, cualquier sustancia podía ser un remedio (medicamento diríamos hoy día) o un veneno, sólo la dosis determina una u otra cosa.

Permítame Sr. Garzón que ponga en duda su interés por la salud de las personas y del planeta. Ya puestos, se podría haber acordado de la salud de los animales o mejor aún, de lo que ahora denominamos “One Health – Una sola Salud”. Si tanto le preocupa el cambio climático, por qué no se preocupa de los vectores y las enfermedades que transmiten. Eso si es un problema que está adquiriendo dimensiones importantes.

En fin Sr. Garzón, viva y deje vivir y, sobre todo, no olvide nunca nuestra condición de omnívoro.

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