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OPINIÓN

Los veterinarios deben estar presentes en las intervenciones asistidas con animales

Los veterinarios deben estar presentes en las intervenciones asistidas con animales

Cristina Castillo - 11-02-2019 - 11:50 H - min.

Profesora titular del Departamento de Patología Animal en la Facultad de Veterinaria de Lugo, Universidad de Santiago de Compostela

El empleo de los animales con fines terapéuticos no es algo novedoso. Tal y como señala la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo-Conductual  (AEPCCC por sus siglas), los griegos ya utilizaban los paseos a caballo para incrementar la autoestima en pacientes con procesos incurables; de hecho Hipócrates lo consideraba como una actividad muy relajante para ellos.

Desde hace décadas han ido surgiendo múltiples estudios científicos publicados en revistas de ámbito internacional que avalaban la efectividad de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAAs) hasta llegar a nuestros días.

Pero al margen de lo anteriormente señalado, surgen desde el ámbito veterinario una serie de dudas o planteamientos que raramente se han considerado en este tipo de estudios que poseen un marcado carácter unidireccional: el beneficio del ser humano. ¿Qué hay del animal? ¿Valen todos los animales para ello? Porque, sea cual sea la especie elegida, ésta no es una mera herramienta de trabajo.

Antes de nada, las IAAs se dividen en tres modalidades: Educación Asistida con Animales (EAA); Terapia Asistida con Animales (TAA) y Actividades Asistidas con Animales (AAA). En todas ellas está presenta la figura del educador canino y el animal elegido, pero nunca un veterinario.

AUSENCIA DE LA FIGURA DEL VETERINARIO

Y este es un aspecto que queremos resaltar. Su ausencia en los planes de diseño hace que con frecuencia la multitud de cursos que se organizan se hagan sobre animales que no están preparados, bien por cuestiones de especie, raza, aptitud, estado sanitario y/o fisiológico o edad ¿Por qué? Por el desconocimiento básico de lo que es un animal.

Si bien en los cursos reglados para adquirir la categoría de educador canino consideran aspectos generales del perro, en la actualidad hay actividades programadas que incluyen otras especies como caballos, gatos, conejos o cobayas y cuyo conocimiento sólo ha sido adquirido a través de los estudios veterinarios.

¿Y qué podemos aportar? La respuesta es sencilla y se resume en los siguientes aspectos: garantizar el estado sanitario del animal en cada momento, más allá de las revisiones periódicas que el educador canino deberá realizar a su veterinario de referencia; participar en la intervención si se ha formado como educador canino, destacando qué especie es o no apta dependiendo de la población de destino y formar e informar al personal que participa en la intervención o incluso al paciente/niño acerca de sus características en caso de tratarse de otra especie que no sea el perro o caballo.

Para un veterinario (independientemente de que sea o no educador canino) el animal seleccionado para la IAA debe reunir una serie de requisitos imprescindibles:

  • Que tenga la edad apropiada (ni muy joven, ni muy mayor).

  • Que esté castrado. Y en caso contrario controlar los ciclos reproductivos.

  • Que esté sano, y no presente procesos dolorosos.

  • Que no esté estresado.

  • Que esté limpio. No vale sólo la vacunación y desparasitación reglamentarias

  • Emocionalmente preparado (no sólo en base a la educación recibida)

  • Que no suponga un riesgo para la Salud Publica. El riesgo de zoonosis puede echar por tierra cualquier proyecto al respecto, por muy bien elaborado que esté.

En definitiva, creemos para que el control y asesoramiento veterinario es una herramienta más en el complejo proceso de elaboración y diseño de las IAAs y debe formar parte de él. Pues su participación no implica sólo un rol clínico, sino también sanitario e incluso legislativo.

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