Quimioterapia en pequeños animales: Inyectables vs Orales
Guillermo Hermo - 24-01-2023 - 20:30 H - min.
Director de Chemovet
El tratamiento del cáncer ha estado tradicionalmente dominado por la terapia con medicamentos intravenosos. Sin embargo, ha habido un aumento constante en la cantidad de agentes anticancerígenos orales disponibles durante los últimos años, que ofrecen beneficios obvios en términos de eficacia, seguridad y facilidad de administración, además de abordar la preferencia de los tutores por la terapia oral.
Se estima que una cuarta parte de todos los agentes anticancerígenos en desarrollo en medicina humana son agentes orales. La misma tendencia (o aun mayor), se observa en medicina veterinaria.
Varios medicamentos oncológicos de vía oral que ya están aprobados en una variedad de tipos de tumores en medicina veterinaria (p. ej., ciclofosfamida, lomustina, clorambucilo, toceranib, imatinib, masitinib) y muchos otros tales como procarbazina, metotrexato, melfalan, mitotano, satraplatino estarán disponibles próximamente como formulaciones orales.
Es muy probable que nuevos enfoques para la administración de fármacos, como el desarrollo de portadores de polímeros hidrofílicos para administrar fármacos en el intestino, aumenten aún más la cantidad de fármacos orales disponibles.
Hay encuestas que han demostrado que la mayoría de los tutores prefieren la terapia oral a la intravenosa. Sin embargo, hay algunas afecciones oncológicas en las que la terapia intravenosa sigue siendo relevante.
La terapia intravenosa tiene un impacto considerable en la vida de los pacientes y sus tutores. Los pacientes y sus tutores pasan una cantidad considerable de tiempo viajando, esperando en salas de espera veterinarias y recibiendo atención para el tratamiento del cáncer en sus mascotas. Esto supone una carga importante para pacientes y sus tutores, que puede reducirse con el tratamiento domiciliario. Este beneficio puede ser particularmente importante para los pacientes/tutores que viven en áreas remotas o lejos de una clínica de oncología.
La quimioterapia oral puede reducir la ansiedad y el dolor en pacientes que reciben inyecciones o están preocupados por el riesgo a la extravasación y posibles lesiones cáusticas graves que pueden producir medicamentos quimioterápicos tales como doxorrubicina, vincristina, vinblastina (imágen) y puede ser una vía de administración más apropiada si el acceso venoso es problemático. Incluso algunos pacientes a veces requieren protocolos de sedación y/o anestesia para efectuar las practica quimioterápica, incluyendo además estudios preanestesicos previos.
Lesión vesicante debido a la extravasación accidental de unos 0,5 ml de doxorrubicina
Tradicionalmente, los oncólogos veterinarios se han focalizado más en la terapia con medicamentos intravenosos. Las posibles razones de esta preferencia incluyen percepciones de eficacia, preocupaciones sobre la biodisponibilidad y dificultades en algunos aspectos especiales de pacientes.
Los médicos veterinarios quizás pueden tener a veces algún prejuicio de que los agentes anticancerígenos que se administran por vía intravenosa sean más eficaces y fiables que la administración oral. Sin embargo, la disponibilidad de muchos quimioterápicos orales que han demostrado la misma eficacia y la comodidad de administración oral está cambiando esta percepción.
Es importante remarcar la gran importancia de administrar medicamentos desarrollado específicamente para uso veterinario respecto a medicamentos de uso humano no aprobados para su uso en medicina veterinaria, ya que, por ejemplo, una variable como puede ser el PH del estómago de seres humanos y el de perros y gatos, puede hacer que medicamentos con el mismo principio activo se disgreguen y absorban de diferentes formas; esto finalmente impacta en la biodisponibilidad y en la eficacia/seguridad de dichos medicamentos en los animales.
Los perros y gatos con afecciones oncológicas ya cuentan con medicamentos veterinarios diseñados específicamente para ellos, tomando en cuenta parámetros fisiológicos, patológicos y límites de tolerancia de medicamentos quimioterápicos para pacientes oncológicos veterinarios.
Por último, en el pasado, quizás había una tendencia a interpretar las mejores opciones terapéuticas para sus pacientes centrándose únicamente en los requisitos médicos, sin tener en cuenta el impacto previo o posterior a lo que conlleva la terapia intravenosa. Había pocos medicamentos de quimioterapia oral disponibles de exclusivo uso veterinario y, por lo tanto, la falta de familiaridad era una barrera para la aceptación.
Muchos de los medicamentos de uso endovenoso, requieren ese tipo de formulación porque son moléculas de alto peso molecular que si se administraran vía oral podrían sufrir cambios estructurales en el aparato digestivo, que impedirían cumplir su función terapéutica. También esta naturaleza estructural de alto peso molecular es parte de uno de los mecanismos por el cual muchos medicamentos quimioterápicos sufren resistencia y pérdida de eficacia terapéutica.
Por ejemplo, la glicoproteína P, se expresa en gran medida en muchas neoplasias, e impide sustancialmente la introducción eficaz de varios fármacos de alto peso molecular dentro de la célula neoplásica, como pueden ser doxorrubicina, bleomicina, vincristina y vinblastina. Sin embargo, medicamentos quimioterápicos de bajo peso molecular tales como lomustina, clorambucilo o melfalán no son afectadas por la glicoproteína P, haciendo que por ello conserven una mayor eficacia clínica en diversas afecciones oncológicas.
Una gran ventaja de la terapia oral sobre la intravenosa es su flexibilidad y adaptabilidad. Con los quimioterápicos administrados en forma oral existen numerosas oportunidades para retirar o modificar la terapia dentro de los ciclos de tratamiento en caso de toxicidad o efectos colaterales graves, mientras que en el tratamiento intravenoso no puede retirarse una vez administrado.
También, los medicamentos oncológicos en medicina veterinaria suelen estar diseñados para proteger al tutor que administra la medicación, ya que las muchas presentaciones son en comprimidos recubiertos con una laca protectora de medicamos oncológicos, evitando el contacto de las sustancias quimioterápicas activas durante su manipulación por los tutores.
Por otro lado, está la quimioterapia metronómica, que solo aplica en comodidad de administración para medicamentos vía oral. Si bien, hay trabajos científicos en que medicamentos quimioterápicos inyectables podrían ser también eficaces y aptos para quimioterapia metronómica, son un gran problema por el stress, dolor e incomodidad que produce en los pacientes que llevaron esos regímenes terapéuticos.
Ciclofosfamida, clorambucilo y lomustina son los medicamentos que más se utilizan en quimioterapia metronómica en perros y gatos.
Otra gran ventaja de la quimioterapia oral desde el punto de vista de un profesional de la salud es el potencial para aliviar la escasez de personal. La escasez de personal plantea un problema importante en la atención del cáncer en varias clínicas/hospitales veterinarios. En medicina humana se ha visto que cambiar de quimioterapia intravenosa a oral permitiría un aumento de 7 veces en el número de pacientes tratados.
Hay que tener en cuenta que la adopción efectiva de la quimioterapia oral requiere un mayor compromiso con la educación de los tutores, especialmente en los tutores de pacientes que comienzan la quimioterapia oral.
No se debe descuidar el tiempo necesario para la educación y el apoyo continuos del paciente, como atender las llamadas telefónicas de pacientes que reciben quimioterapia oral. Sin embargo, es poco probable que estas demandas descompensen los ahorros obtenidos al reemplazar la terapia intravenosa por la oral.
Las características más importantes de un agente quimioterapéutico en medicina veterinaria son su eficacia y seguridad. Otras características de una terapia ideal incluyen un programa de administración simple, una biodisponibilidad buena y confiable, un perfil farmacocinético predecible, buena tolerabilidad y un perfil de interacción farmacológica bien caracterizado.
Siempre que la eficacia y la tolerabilidad no se vean comprometidas, la quimioterapia oral puede ser atractiva para los pacientes debido a los beneficios asociados en cuanto a comodidad, evitación de visitas a la clínica e impacto en las actividades diarias de los tutores. La dosificación diaria también brinda numerosas oportunidades para modificar la dosis y controlar de manera efectiva los efectos secundarios.
De los agentes anticancerígenos orales disponibles o bajo desarrollo clínico/regsitros, algunos superan claramente las preocupaciones de los oncólogos con respecto a la eficacia y la biodisponibilidad. Por ejemplo, lomustina tiene mayor tasa de respuesta global que doxorrubicina o vinblastina en mastocitomas, y tienen el potencial de ofrecer a los pacientes y tutores una mayor comodidad.
Ha habido un claro cambio hacia un uso más generalizado de agentes orales.
Según el perfil de eventos adversos, la terapia oral permite que los pacientes vuelvan a la normalidad lo antes posible o permite diferentes enfoques de la terapia (acortar la terapia intensiva y permitir la terapia de mantenimiento). Además de ofrecer numerosos beneficios a pacientes, tutores, veterinarios y personal administrativo de clínicas y hospitales veterinarios.
Es muy probable que en los próximos años continue el desarrollo y el perfeccionamiento de los tratamientos orales actualmente disponibles para el cáncer en perros, gatos y otras especies en medicina veterinaria.