Un estudio ha analizado el efecto del uso de omeprazol durante 60 días en perros y ha detectado un aumento de los niveles de gastrina, por lo que instan a llevar a cabo una evaluación clínica integral de los animales en tratamiento
Veterinarios españoles estudian los efectos del uso continuado de omeprazol en perros
Un estudio ha analizado el efecto del uso de omeprazol durante 60 días en perros y ha detectado un aumento de los niveles de gastrina, por lo que instan a llevar a cabo una evaluación clínica integral de los animales en tratamiento
Francisco Ramón López - 15-04-2024 - 09:14 H - min.
El omeprazol se prescribe habitualmente en veterinaria para mitigar la lesión de la mucosa gastrointestinal asociada con la administración de esteroides o fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
Sin embargo, las pautas actuales no recomiendan su uso rutinario para el tratamiento de gastritis, pancreatitis, enfermedades hepáticas o renales en perros y gatos sin factores de riesgo adicionales de ulceración o hemorragia gastrointestinal y, en general, se desaconseja la administración preventiva de protectores gastrointestinales en perros sanos.
De hecho, el uso de omeprazol como tratamiento preventivo de úlceras gastrointestinales en veterinaria ha sido cuestionado en los últimos años. Por ello, un grupo de investigadores de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir ha llevado a cabo un estudio para evaluar el efecto a largo plazo del omeprazol sobre los niveles de cobalamina (vitamina B12) y gastrina sérica en perros sanos.
Y es que, en medicina humana, el uso prolongado de omeprazol se ha relacionado con efectos secundarios graves, como deficiencia de cobalamina y alteración de la homeostasis del calcio y magnesio, lo que provoca afecciones como osteoporosis y fracturas patológicas.
Asimismo, en humanos adultos, la hipocloridria (niveles bajos de ácido gástrico), debido a los medicamentos como el omeprazol utilizados a largo plazo, puede inducir hipergastrinemia.
“La producción de ácido gástrico está regulada principalmente por la gastrina, y la inhibición de la retroalimentación negativa se produce cuando se detecta hipocloridria y aumentan los niveles séricos de gastrina”, explican.
En el estudio se incluyeron 18 perros sanos: 10 en el grupo control y 8 en el grupo de omeprazol. Se recolectaron tres muestras: antes de iniciar el tratamiento (T0), a los 30 días de iniciado el tratamiento (T1) y a los 60 días (T2).
Además, se observaron efectos adversos en el 18% de los perros que recibieron omeprazol. Estos hallazgos se alinean con investigaciones anteriores que indican que el omeprazol puede alterar el microbioma gastrointestinal, lo que podría provocar trastornos digestivos.
“Estas complicaciones podrían estar asociadas al desarrollo de disbiosis gastrointestinal, como se ha descrito ampliamente en estudios previos tanto en medicina humana como veterinaria”, indican.
A lo largo del estudio, no se detectaron cambios estadísticamente significativos en los niveles de cobalamina entre los tres períodos en ambos grupos de estudio. “Estos resultados concuerdan con hallazgos previos en felinos, pero contrastan con estudios de medicina humana”, afirman.
Por otro lado, sí que se detectaron diferencias estadísticamente significativas en la gastrina, concretamente un aumento de sus niveles tras iniciar el tratamiento con omeprazol. “La gastrina es una hormona involucrada en la regulación de la producción de ácido gástrico y su elevación sugiere un riesgo potencial de hiperplasia gástrica o cáncer”, apuntan.
Por todo ello, consideran que la identificación de niveles elevados de gastrina en esta población enfatiza “la necesidad crítica de una evaluación clínica integral de posibles trastornos gastrointestinales relacionados, con especial atención al uso de omeprazol como tratamiento preventivo crónico en perros”.