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MASCOTAS

Uno de los mayores estudios genéticos en perros determinará las claves de su longevidad

El Proyecto sobre Envejecimiento Canino tiene previsto durar al menos 10 años. Hasta la fecha, más de 32.000 perros se han unido a esta investigación

Kate Creevy, autora principal del estudio y jefa de veterinaria de la investigación DAP, junto al perro Poet.
Kate Creevy, autora principal del estudio y jefa de veterinaria de la investigación DAP, junto al perro Poet.

Uno de los mayores estudios genéticos en perros determinará las claves de su longevidad

El Proyecto sobre Envejecimiento Canino tiene previsto durar al menos 10 años. Hasta la fecha, más de 32.000 perros se han unido a esta investigación

Juan León G. - 03-02-2022 - 09:28 H - min.

Durante un periodo de diez años y con el material genético de miles de perros, el Proyecto sobre Envejecimiento Canino (DAP), fundado en 2018, es uno de los proyectos más ambiciosos que abordan la cuestión de la longevidad canina, inscribiendo y estudiando decenas de miles de perros de todos los tamaños, razas y orígenes para desarrollar una comprensión profunda de su envejecimiento.

Mientras en humanos se puede determinar con mucha precisión la edad de la persona, no ocurre así con perros. El tipo de raza o el tamaño son algunos de los factores que determinan cómo envejecen de rápido y realizar una estimación de cuál sería su edad en años humanos.

Generalmente, se ha aceptado que los ‘años del perro’ son aproximadamente los años humanos multiplicados por siete. Es decir, que un cachorro de un año es como un niño de 7 años y un perro anciano de 11 años es como una persona mayor de 77 años. Pero en realidad es mucho más complicado, aseguran los expertos.

Hasta ahora, se sabe poco sobre el "envejecimiento normal" de nuestros amigos de cuatro patas. Los perros grandes tienden a envejecer hasta 10 veces más rápido, mientras que las razas pequeñas pueden vivir hasta los 20 años. En el caso de estos últimos un año de perro equivaldría a cinco humanos, siguiendo la convención establecida.

El Proyecto sobre Envejecimiento Canino (DAP) tiene previsto durar al menos 10 años. Hasta la fecha, más de 32.000 perros se han unido a la ‘manada DAP’, como los investigadores llaman a los animales participantes.

"Seguimos reclutando perros de todas las edades, de todas las razas —de raza pura o mixta—, de todos los tamaños, en todo Estados Unidos. Especialmente cachorros y perros jóvenes de hasta 3 años", explica William Thistlethwaite, estudiante de posgrado que trabaja junto a Joshua Akey, profesor del Instituto Lewis-Sigler de Genómica Integrativa de Princeton y miembro del equipo de investigación del Proyecto sobre Envejecimiento Canino en el Instituto Lewis-Sigler.

Su conjunto de datos de código abierto proporcionará a veterinarios y científicos las herramientas necesarias para evaluar el grado de envejecimiento de un perro concreto y sentará las bases para nuevas investigaciones sobre el envejecimiento saludable, tanto de los perros como de las personas.

Los investigadores detallan su proyecto y sus posibles implicaciones para la medicina humana y veterinaria en un artículo publicado en el número actual de la revista Nature. Una de las vías de investigación más interesantes será el análisis del ADN de perros excepcionalmente longevos, los ‘supercentenarios’ del mundo canino.

Cuando un perro se une a la manada DAP, sus propietarios aceptan rellenar encuestas anuales y tomar medidas de sus perros mientras dure el proyecto; a algunos se les puede pedir que recojan hisopos bucales para tomar muestras de ADN. Además, el equipo de la DAP trabaja con veterinarios de todo el país que colaboran enviando muestras de piel, heces, orina y sangre de algunos miembros de la manada.

"Se trata de un proyecto muy amplio, ambicioso y tremendamente interdisciplinar que tiene el potencial de convertirse en un poderoso recurso para la comunidad científica en general", afirma Akey.

El investigador, amante de los perros, con una perra de rescate de 5 años llamada Abby y un labrador de raza pura de 1 año llamado Zoey, codirige los análisis genéticos con Elinor Karlsson en el Instituto Broad.

"Estamos secuenciando los genomas de 10.000 perros", apunta Akey. "Este será uno de los mayores conjuntos de datos genéticos jamás producidos para perros, y será un poderoso recurso no sólo para entender el papel de la genética en el envejecimiento, sino también para responder a preguntas más fundamentales sobre la historia evolutiva y la domesticación de los perros", añade.

HUMANOS Y PERROS ENVEJECEN DE MANERA SIMILAR

Los investigadores esperan identificar biomarcadores específicos del envejecimiento canino. Prevén que sus hallazgos se trasladen al envejecimiento humano, por varias razones: Los perros experimentan casi todos los deterioros funcionales y enfermedades del envejecimiento que padecen las personas; el alcance de los cuidados veterinarios es paralelo al de la atención sanitaria humana en muchos aspectos; y los perros comparten el entorno en el que viven, un factor determinante del envejecimiento que no puede reproducirse en ningún laboratorio.

"Dado que los perros comparten el entorno humano y cuentan con un sofisticado sistema de atención sanitaria, pero son mucho más longevos que las personas, ofrecen una oportunidad única para identificar los factores genéticos, ambientales y de estilo de vida asociados a una vida sana", afirma el doctor Daniel Promislow, investigador principal de la subvención del Instituto Nacional del Envejecimiento que financia el proyecto y profesor de biología en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Washington (UW) y de medicina de laboratorio y patología en la Facultad de Medicina de la UW.

En concreto, los investigadores quieren analizar a los 300 perros más viejos de la manada para ver si pueden identificar las claves de su longevidad. "Una parte del proyecto que me entusiasma es un estudio de 'supercentenarios', que compara el ADN de perros excepcionalmente longevos con el de perros que viven hasta la edad media de su raza", explica Akey, el genetista de Princeton. "Es el primer estudio de este tipo en perros (que yo sepa), y creo que es una forma inteligente de intentar encontrar las diferencias genéticas que contribuyen a una longevidad excepcional".

Dentro de unos meses, el equipo tiene previsto abrir su enorme conjunto de datos —totalmente anónimos— para compartirlos con científicos de todo el mundo. Investigadores de muchos campos diferentes tendrán la oportunidad de contribuir al estudio de innumerables maneras, según sus intereses.

"Es un honor compartir nuestro trabajo con la comunidad científica", señala Kate Creevy, autora principal del artículo y jefa de veterinaria de DAP. "El Proyecto de Envejecimiento Canino está creando un recurso con el poder de transformar la medicina veterinaria, la investigación sobre el envejecimiento y muchos campos de investigación científicos y no científicos", concluye.

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