Una investigación revela que estos propietarios eran más propensos a tocar zonas del cuerpo de los gatos que les resultaban incómodas
¿Qué pueden mejorar los propietarios más experimentados al relacionarse con sus gatos?
Una investigación revela que estos propietarios eran más propensos a tocar zonas del cuerpo de los gatos que les resultaban incómodas
Redacción - 09-08-2022 - 17:36 H - min.
Los propietarios de gatos, incluso los más experimentados, pueden no saber siempre lo que es mejor para sus mascotas cuando se trata de mostrarles afecto, según sugiere una nueva investigación, y esto podría afectar al comportamiento de sus gatos durante las interacciones.
Científicos especializados en el bienestar de los gatos de la Universidad de Nottingham Trent y de la Universidad de Nottingham analizaron cómo la personalidad, la demografía y la experiencia previa de las personas con los gatos afectaban a su forma de acercarse e interactuar con ellos.
Así, explican que el equipo quería ver hasta qué punto los participantes se relacionaban con los gatos de la forma que se sabe que prefieren, en términos de manipulación, caricias e interacción general.
Las investigaciones anteriores de los miembros del equipo sugerían que, durante las interacciones, dejar que los gatos elijan cuándo quieren ser acariciados, intentar generalmente tocarlos menos, prestar mucha atención a sus reacciones de comportamiento y a su lenguaje corporal y centrar los toques principalmente en la base de las orejas, las mejillas y debajo de la barbilla del gato, son las mejores formas de aumentar su afecto y reducir la agresividad.
En el nuevo estudio, en el que participó la Escuela de Ciencias Animales, Rurales y Ambientales de la Universidad de Nottingham Trent, los investigadores pidieron a 120 participantes que pasaran cinco minutos en el entorno de una gatera interactuando con tres gatos que no conocían.
Igualmente, sostienen que se pidió a los participantes que dejaran que el gato se acercara a ellos y que no lo siguieran, pero por lo demás se les animó a interactuar con los gatos como lo harían normalmente en casa, por ejemplo.
Sorprendentemente, los investigadores revelan que los participantes que se calificaban subjetivamente como más "conocedores y experimentados" con respecto a los gatos eran más propensos a tocar zonas del cuerpo del gato que normalmente les resultaban incómodas, como la base de la cola y la barriga.
Además, los participantes que declararon haber convivido con un mayor número de gatos y con gatos durante más años, eran menos propensos a dar a los gatos suficiente elección y control durante las interacciones, tocaban más a los gatos, y en zonas del cuerpo que normalmente no prefieren, como la cola, las patas y a lo largo de la espalda.
Los participantes también rellenaron un cuestionario muy utilizado para evaluar la personalidad y la medida en que los propietarios se ajustaban a uno de los cinco grandes rasgos de personalidad: amabilidad, conciencia, extroversión, neuroticismo y apertura.
Las personas mayores y las que puntuaban más alto en el rasgo de personalidad "Neuroticismo" tendían a intentar sujetar y contener más a los gatos, mientras que los extrovertidos eran más propensos a iniciar el contacto con los gatos y a tocar las zonas del cuerpo del gato que generalmente son menos preferidas.
Por el contrario, los participantes con una puntuación más alta en "Simpatía" eran menos propensos a tocar las zonas más sensibles del cuerpo del gato. Además, señalan que las personas que declararon tener alguna experiencia laboral formal con gatos u otros animales también resultaron ser más "amigables con los gatos" en sus enfoques de las interacciones, dejando que los gatos tomaran el control y siendo más sensibles a sus necesidades.
Los investigadores destacan que las experiencias previas de las personas, sus personalidades y la percepción de sus propias habilidades pueden tener un impacto importante en el comportamiento y el bienestar de los gatos y otros animales domésticos.
La investigadora principal, Lauren Finka, afirmó que “los resultados sugieren que ciertas características que podríamos suponer que harían que alguien fuera bueno para interactuar con los gatos -los conocimientos que dicen tener, sus experiencias como propietarios de gatos y el hecho de tener más edad- no deberían considerarse siempre como indicadores fiables de la idoneidad de una persona para adoptar ciertos gatos, en particular aquellos con necesidades específicas de manejo o comportamiento".
“La buena noticia es, sin embargo, que podemos utilizar esta información de forma realmente positiva para desarrollar intervenciones educativas dirigidas a garantizar que todo el mundo sea consciente de las mejores formas de interactuar con los gatos para maximizar su disfrute de las interacciones con nosotros”, explica.
Finka subraya que “cada gato es un individuo y muchos tendrán preferencias específicas sobre cómo prefieren que se interactúe con ellos. Sin embargo, también hay algunos principios generales que se deben seguir para garantizar que todos los gatos se sientan lo más cómodos posible y que se satisfagan sus necesidades específicas”.
Por último, la investigadora resalta que “es importante que, dentro de los refugios, también evitemos discriminar a los posibles adoptantes sin experiencia previa en la tenencia de gatos, ya que, con el apoyo adecuado, pueden ser fantásticos guardianes de gatos."