Las garrapatas son foco de diferentes enfermedades desde bacterianas y virales hasta protozoarias y parasitarias que pueden poner en peligro la vida de gatos y perros
¿Qué enfermedades transmiten las garrapatas a los perros y gatos?
Las garrapatas son foco de diferentes enfermedades desde bacterianas y virales hasta protozoarias y parasitarias que pueden poner en peligro la vida de gatos y perros
Redacción -
31-03-2022 - 10:25 H - min.
Las garrapatas no solo son parásitos que se alimentan de la sangre de una mascota, sino que, además, son transmisoras de peligrosas enfermedades tanto a animales como a seres humanos y por ello, desde la compañía veterinaria Calier han querido explicar en un artículo recientemente publicado cómo actúan estos parásitos.
Calier aclara que, a diferencia de los mosquitos, pulgas, sanguijuelas y tábanos, la garrapata, al igual que la araña, no es un insecto, sino un ácaro. La garrapata puede transmitir una gran variedad de enfermedades, desde bacterianas y virales hasta protozoarias y parasitarias.
La garrapata experimenta cuatro fases vitales, según la compañía, el huevo, la larva, la ninfa y el adulto. En todas ellas, salvo en la primera, necesitan alimentarse de sangre. Para ello, una vez se fijan sobre su víctima, inoculan un anestésico con su saliva, haciendo indolora su picadura.
De este modo, pueden pasar muchos días hospedada mientras se alimentan. Calier explica cómo una vez saciado su apetito, se desprenden de su víctima y mudan a la siguiente fase. En el caso de los adultos, tanto macho como hembra se reproducen después de alimentarse; en muchas especies, esto ocurre sobre el hospedador. Tras aparearse, las garrapatas abandonan a su víctima y regresan al ambiente. Los machos mueren poco después, y las hembras, tras poner los huevos.
Asimismo, la compañía señala por qué las infestaciones de garrapatas pueden ser tan severas: una sola hembra puede poner de 1500 a 5000 huevos a lo largo de su vida; en algunas especies, esta cifra puede ser mucho mayor.
A diferencia de otros ectoparásitos, como las pulgas —que mueren a las pocas semanas o escasos meses si no logran alimentarse—, las garrapatas pueden aguantar hasta año y medio si no encuentran una víctima. Por este motivo, una vez infestado un lugar, Calier advierte que permanecerá infestado de garrapatas durante mucho tiempo.
En cuanto a la forma en la que este vector transmite enfermedades, indican que, al alimentarse de su hospedador, regurgita sus contenidos intestinales y así es como inyecta los patógenos que habitan en su interior.
Bacterias, virus, protozoos y hasta larvas de nemátodos pasan al torrente sanguíneo la víctima. Así, Calier apunta que para que una picadura de garrapata pueda transmitir enfermedades, debe permanecer adherida al menos 20 horas.
Un adulto de la garrapata común (Ixodes ricinus).
Las responsables de la transmisión de enfermedades pueden ser las ninfas y las adultas, aunque cada vez hay más evidencia de que las larvas también pueden serlo.
A su vez, desde la compañía aclaran que las víctimas pueden ser tanto animales como seres humanos. En este sentido, Calier remarca que es importante tener claro que una mascota no puede contagiar al humano directamente, ya que la gran mayoría de las enfermedades con origen en las garrapatas se transmiten solo a través de una picadura de este parásito.
No obstante, alerta que, si la mascota contrae alguna de estas afecciones, eso significa que hay ninfas o adultas cerca que podrían infectar.
Calier sostiene que la babesiosis es una severa afección causada por protozoos del género Babesia, que invaden los glóbulos rojos. Con su presencia, el organismo activa una respuesta inmune que, por desgracia, ocasiona la destrucción de los hematíes.
Este proceso se conoce como crisis hemolítica (‘destrucción de la sangre’) y su cuadro clínico se caracteriza por debilidad, anemia, orina de color marrón y palidez en las mucosas. Si no se trata a tiempo, es potencialmente mortal.
En cuanto a las especies de garrapatas transmisoras de babesiosis, desde Calier aseguran que son bastantes, y, geográficamente, a enfermedad es muy prevalente en Europa central, y dentro de España, resulta más frecuente en el norte.
También conocida como borreliosis, los causantes de la enfermedad de Lyme son bacterias del género Borrelia. En el caso de los perros, la compañía explica que esta peligrosa enfermedad suele presentarse como una cojera intermitente y las articulaciones se perciben inflamadas.
Otros síntomas comunes son, según Calier, debilidad, anorexia y pérdida del apetito. En algunos casos graves, puede provocar insuficiencia renal o afecciones cardiacas, que pueden ser mortales. La especie Ixodes ricinus —garrapata común— es la principal encargada de diseminarla.
Por otro lado, la compañía señala que la Ehrlichia canis, una diminuta bacteria intracelular, es la responsable de la erliquiosis canina que afecta, sobre todo, a los leucocitos. Por eso, si un perro la padece, muestra signos de debilidad, fiebre, pérdida de peso y sangrados, sobre todo nasales.
Su vector es la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus), una de las más comunes en España y que, a diferencia de otras especies, puede infestar espacios interiores. Dentro del hogar, su ciclo vital se desarrolla más rápido y puede completarse en tan solo dos meses, sostiene Calier.
Además de las patologías que ha descrito la compañía, las garrapatas pueden transmitir otras a las mascotas, como la hepatozoonosis, la anaplasmosis y la tularemia. Esta última, emergente en España, es muy peligrosa para la salud pública, alerta.
Una hembra de I. ricinus repleta.
En general, desde Calier apuntan que los gatos son menos susceptibles a los ataques por garrapatas, lo cual no quiere decir que no estén expuestos a peligrosos patógenos. De hecho, la enfermedad de Lyme, la erliquiosis y la babesiosis también pueden afectarles, aunque no es muy frecuente; la tularemia es todavía más rara en felinos. En cambio, la micoplasmosis hemotrópica felina destaca por ser una grave afección específica de los gatos.
La compañía asegura que esta inusual afección es potencialmente mortal. Aunque su transmisión suele proceder de las pulgas, las garrapatas también pueden hacerlo. El microorganismo causante es una bacteria llamada Mycoplasma haemofelis, esta se adhiere a la superficie de los glóbulos rojos, provoca una reacción inmunitaria que conlleva su destrucción y, por ende, una anemia severa.
Partiendo de que, para transmitir enfermedades, tienen que adherirse a su hospedador al menos durante unas 20 horas, Calier aconseja que cuando se esté en una zona infestada, se deben realizar inspecciones diarias.
De este modo, si se localiza alguna garrapata, hay que desprenderla de la mascota antes de que pueda causarle un mayor daño. Para ello, hay que proceder con mucho cuidado y no aplastarla, pues así solo se logra que el parásito regurgite y, potencialmente, libere su cargamento de patógenos.
Para localizarlas, la compañía destaca cuáles son sus localizaciones favoritas. En perros y gatos, son debajo de las orejas, en las axilas, en las patas (en especial, en los espacios interdigitales), en el cuello (sobre todo, bajo el collar), en la entrepierna, la ingle y bajo la cola; algunas garrapatas llegan incluso hasta los párpados y el hocico. Por eso recomienda revisar a la mascota siempre que se pasee por el bosque o se atraviese vegetación densa.
Asimismo, asegura que una manera de mantener a una mascota protegida pasa por el uso de repelentes y de collares antiparasitarios. Los tratamientos en pipeta, como Dynacan, son muy efectivos para repeler y eliminar larvas, ninfas y los adultos de las garrapatas.