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MASCOTAS

Problemas de los gatos con el uso de la bandeja

La veterinaria y experta en etología Níobe Bratos ha publicado un artículo en el que desentraña la eliminación inadecuada en el gato y los problemas con el uso de la bandeja

La veterinaria da pautas para corregir la conducta de eliminación de los gatos.
La veterinaria da pautas para corregir la conducta de eliminación de los gatos.

Problemas de los gatos con el uso de la bandeja

La veterinaria y experta en etología Níobe Bratos ha publicado un artículo en el que desentraña la eliminación inadecuada en el gato y los problemas con el uso de la bandeja

Redacción - 05-10-2021 - 09:17 H - min.

Cuando un gato orina o defeca en lugares diferentes a los elegidos por su tutor, se está dando un problema de eliminación inadecuada. También se puede referir a estas conductas con el término médico “periuria” en el caso de la orina.

Este es uno de los problemas de comportamiento más frecuentes en el gato y ha sido asociado a factores ambientales, sociales, conductuales y alteraciones físicas. Además, más allá de lo desagradable y frustrante que puede llegar a ser para los tutores, el bienestar del felino puede estar seriamente comprometido.

Por ello, el Grupo de Especialidad de Etología Clínica (GrETCA) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) ha publicado un artículo de la veterinaria y experta en etología Níobe Bratos en el que desentraña esta problemática.

Comprender la conducta normal y las necesidades de la especie nos ayudará a abordar el problema, mejorando la convivencia y protección de la salud de nuestro gato, ya que este tipo de comportamientos pueden ser la primera señal de que algo no va bien”, explica la veterinaria.

LA CONDUCTA DE ELIMINACIÓN DE LOS GATOS

El gatito aproximadamente a las 4 semanas de edad comienza a manifestar la secuencia normal de eliminación: escarbar, orinar o defecar en el hueco y cubrir las deposiciones. Desarrolla una preferencia por un sustrato y localización determinados, que de forma innata suele ser lejos de la zona de alimentación y descanso, en material suave, fácil de rascar, blando y absorbente. Si las condiciones adecuadas no se dan, el gato puede desarrollar preferencias alternativas y se pueden observar alteraciones en la secuencia.

El marcaje con orina y heces (éste último menos frecuente), al igual que el marcaje con las uñas y marcaje facial, es una conducta normal de la especie usada para comunicarse y dar un olor propio y familiar al territorio. Es una conducta que se ve facilitada por hormonas sexuales y cambios hormonales asociados al estrés: los machos no castrados y hembras en celo, debido a su estatus hormonal, tienen con más frecuencia esta conducta.

También los que viven en hogares multigato, por la mayor probabilidad de conflictos y necesidad de comunicación. En el caso del marcaje, la orina se emite sobre superficies verticales, en pequeñas cantidades, en postura erguida y cola levantada, principalmente rociando en spray, aunque también pueden adoptar una postura normal de micción.

Los gatos marcan el territorio para evitar conflictos e informar de su estatus reproductivo, o durante un conflicto con otros gatos o miembros de la familia. Se cree que podría ser una conducta de seguridad en sí mismo, reconfortante, para disuadir o amenazar a los rivales, así como una conducta de desplazamiento por estrés, conflicto motivacional o frustración. La conducta de marcaje se puede producir en lugares concretos de la casa, cerca de ventanas y puertas, objetos personales de los miembros de la familia o de otros animales, además de objetos que portan olores del exterior de la casa (como bolsas o bicicletas).

FACTORES IMPLICADOS EN LA ELIMINACIÓN DE LOS GATOS

Se dan diversos factores implicados en el problema. En cuanto a los factores ambientales y sociales, la presencia de otros animales, la época de celo, la disponibilidad y localización de los diferentes recursos (arenero, comedero, bebedero, lugares de descanso) pueden desencadenar una conducta de eliminación inadecuada.

“Se sabe que el estrés aumenta la conducta de marcaje, altera la respuesta inmune y puede desencadenar inflamación intestinal y la enfermedad del tracto urinario más frecuente en los gatos: la cistitis idiopática”, enfatiza la veterinaria.

Algunas causas de estrés en gatos son cambios en el entorno (el ambiente, los miembros de la familia, los elementos del mobiliario doméstico, la restricción alimentaria o incluso cambios fuera del domicilio como obras o presencia de otros animales); conflictos sociales, que se pueden producir en hogares multigato o con problemas en la relación con el tutor por falta de socialización del gato, o por insuficiente conocimiento sobre el manejo y el comportamiento normal de la especie y uso del castigo en la educación; o falta de control y predictibilidad sobre lo que sucede en el entorno y poca capacidad para poder realizar las conductas propias de la especie (cazar, explorar, esconderse y acechar, rascar…).

Por otro lado, están los factores relacionados con la bandeja (aversión y preferencia alternativa). Al gato podría disgustarle el tipo de arena, el tamaño, forma o la localización de la bandeja, el grado de higiene de la misma, o incluso haber desarrollado una aversión por asociar una emoción negativa (miedo, dolor) a la bandeja. Además, puede desarrollar una preferencia alternativa a los sustratos y la bandeja, como pueden ser superficies lisas, suaves y porosas, como por ejemplo textiles o la bañera.

CAUSAS MÉDICAS EN GATOS

Cualquier condición que produzca dolor durante la secuencia de eliminación puede afectar a la conducta de eliminación. Además, el dolor (agudo o crónico) produce estrés, y éste se asocia a una mayor frecuencia de marcaje.

Las causas médicas más frecuentes en gatos jóvenes son la cistitis idiopática y los cálculos urinarios; en gatos mayores, las neoplasias e infecciones bacterianas. Otras enfermedades que produzcan aumento en la frecuencia y cantidad de orina o heces, o que dificulten el movimiento del gato (osteoartrosis) pueden provocar que el gato elimine fuera de la bandeja.

La cistitis idiopática es la enfermedad del tracto urinario más frecuente en gatos menores de 10 años. Se produce en gatos que tienen un fallo en su respuesta al estrés. Cuando el felino sufre estrés, se desencadenan alteraciones en la pared de la vejiga y la uretra mediadas por mecanismos neurogénicos. Además, se vuelve más sensible a sustancias presentes en la orina, y se produce una respuesta de dolor e inflamación que puede manifestarse con signos como periuria, hematuria (sangre en la orina), lamido excesivo de la zona genital y abdomen, viajes frecuentes a la bandeja, disminución del apetito y otros cambios de comportamiento.

En ocasiones se puede producir una obstrucción de la uretra, lo cual pone en peligro la vida del animal y requiere atención veterinaria urgente. Los gatos con sobrepeso, vida sedentaria, que viven en hogares multigato y sin acceso al exterior, son los que presentan mayor predisposición a padecer esta enfermedad.

Los cálculos urinarios mas frecuentes están formados por cristales de estruvita y de oxalato. Los dos tipos de cálculos se asocian a la obesidad y bajo consumo de agua, además de factores relacionados con la dieta y la raza. Tanto los cálculos como la cistitis bacteriana pueden manifestar similares síntomas a la cistitis idiopática, aunque también pueden diagnosticarse en gatos aparentemente sanos.

CORREGIR EL PROBLEMA

En primer lugar, hay que descartar causas médicas. “El veterinario hará una exploración exhaustiva y podrán ser necesarias pruebas complementarias como analítica de orina, heces y sangre, ecografía y radiografías”, señala la experta en etología.

Las enfermedades pueden coexistir con factores ambientales, sociales o relacionados con la bandeja. Por tanto, éstas deben descartarse siempre y tratarse de forma adecuada. Si se detecta un proceso doloroso o que altere la movilidad, además del tratamiento específico, se debe adaptar el entorno para facilitar el acceso a la bandeja.

En el caso de la cistitis idiopática, el tratamiento consiste en minimizar el estrés interviniendo en los factores ambientales y sociales implicados, uso de feromonas, nutracéuticos o fármacos para mejorar el estado de ánimo, además de tratar el dolor.

Los cálculos de estruvita se pueden disolver con dieta específica, mientras que los de oxalato deberán ser extraídos. El control del sobrepeso, el enriquecimiento ambiental, la dieta y el aumento del consumo de agua son fundamentales para prevenir recidivas de los problemas del tracto urinario.

Asimismo, hay que proporcionar un entorno saludable para reducir el estrés. Es decir, lugares seguros en los que pueda esconderse y no ser molestado. Esto permite al gato evadirse de las situaciones u olores que le causan malestar.

Además, se deben proporcionar múltiples recursos repartidos por la casa y separados entre ellos (comida, agua, lugares de descanso, zonas de rascado, zonas de juego y areneros), y hay que permitir y fomentar tanto el juego como la conducta de caza, simulando con juguetes manejados por el tutor, escondiendo pequeñas cantidades de comida suculenta o con comederos y juguetes interactivos.

También, es necesario proporcionar una interacción con las personas positiva, consistente y predecible, evitando el castigo y el juego brusco o con las manos. No forzar las interacciones y evitar el contacto si está irritado (pupilas dilatadas, orejas ladeadas o hacia atrás, dando golpes o sacudidas con la cola, cuerpo rígido…).

Por último, es necesario proporcionar un entorno que respete el sentido del olfato del gato. Respetar sus marcas de olor facial refuerza la sensación de seguridad y confort en su territorio. El uso de feromonas sintéticas puede ayudar en este propósito.

El siguiente punto que la veterinaria experta señala para corregir el problema es detectar, y tratar si fuese necesario, causas ambientales y sociales. “El especialista en comportamiento puede necesitar información sobre diferentes aspectos del entorno del gato, lugares de marcaje, relación con los miembros de la familia, y solicitar un plano de la vivienda con la localización de los diferentes recursos. En ocasiones es necesario limitar el acceso del gato a los lugares de eliminación”, explica la veterinaria.

Además, deben establecerse unas pautas de manejo y un protocolo de modificación de conducta de forma individualizada para eliminar las causas de estrés o desensibilizar al gato frente a ellas. En algunos casos es necesario añadir psicofármacos al tratamiento. La esterilización suele considerarse como tratamiento en el caso del marcaje sexual, ya que reduce la conducta en el 90% de los machos y 95% de hembras. En el caso del marcaje territorial se debe intervenir en el entorno, facilitar otras formas de marcaje y eliminar las marcas de orina. El uso de feromona facial sintética también es de utilidad para reducir este problema.

“Favorecer la preferencia de eliminación en la bandeja, eliminando la suciedad de las zonas manchadas con detergente enzimático y mejorando las características de las bandejas y el sustrato. Situarlas en lugares tranquilos, o en función de los territorios de los diferentes miembros en hogares multigato. Teniendo en cuenta que las preferencias de cada individuo pueden variar, una buena idea sería dejar que el gato elija entre distintas opciones de sustrato”, remarca la veterinaria.

La bandeja ideal debe tener las siguientes características: el tamaño debe permitir dar la vuelta al gato y entrar con facilidad. Se recomiendan las bandejas de bordes bajos (al menos en la zona de entrada), sin tapa ni marco, de una longitud 1,5 veces la del gato (medido de la nariz a la base de la cola).

También hay que tener en cuenta que el sustrato preferido suele ser la arena fina aglomerante sin perfumes. Un espesor de 5 cm permite realizar cómodamente la secuencia de eliminación.

El número de bandejas debe ser igual al número de gatos o grupos de gatos que se lleven bien, más una adicional. En casas con varios pisos se recomienda colocar al menos una por piso. La ubicación ideal es en lugares tranquilos, de fácil acceso, no en zonas de paso o cerca de fuentes de ruido (electrodomésticos, etc.). Deben colocarse lejos de las zonas de descanso, juego, comida y bebida.

“La limpieza de la arena debe hacerse diariamente, extrayendo los restos de heces y orina. Se debe lavar la bandeja con agua y jabón, y sustituir la arena periódicamente, según su capacidad para aglomerar y neutralizar los olores, así como la frecuencia de uso y el umbral de tolerancia del gato. La frecuencia de cambio oscila habitualmente entre 1 y 4 semanas, en función de estos factores”, concluye la veterinaria.

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