El estudio, llevado a cabo en 2.200 propietarios del país, es el primero en cuantificar formalmente la prevalencia de opiniones negativas sobre vacunación en perros, que ha aumentado en el país tras la crisis del Covid-19
El problema de los antivacunas en Estados Unidos: Más de la mitad de los propietarios de perros tienen reticencias sobre vacunación
El estudio, llevado a cabo en 2.200 propietarios del país, es el primero en cuantificar formalmente la prevalencia de opiniones negativas sobre vacunación en perros, que ha aumentado en el país tras la crisis del Covid-19
Redacción - 01-09-2023 - 09:00 H - min.
Un nuevo estudio de la Universidad de Boston ha descubierto que los propietarios de perros estadounidenses que desconfían de la seguridad y eficacia de las vacunas para niños y adultos también son más propensos a tener opiniones negativas sobre la vacunación de los perros.
Y es que los autores admiten que la confianza del público en las vacunas para adultos y niños ha disminuido durante la pandemia en Estados Unidos, en gran medida impulsada por percepciones erróneas y desconfianza en la seguridad y eficacia de la vacuna Covid-19.
Ahora, un nuevo estudio dirigido por un investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (BUSPH) sugiere que esta vacilación hacia las vacunas Covid se extiende también a las vacunas de mascotas, y en niveles preocupantes.
Publicado en la revista Vaccine, el estudio analizó una muestra representativa a nivel nacional de adultos en los Estados Unidos y encontró que más de la mitad de las personas que poseen perros expresaron algún nivel de vacilación ante la vacunación canina. Es decir, escepticismo sobre la vacunación de sus mascotas contra la rabia y otras enfermedades.
Se estima que el 45% de los hogares estadounidenses tienen un perro. Según los resultados de la encuesta, casi el 40% de los propietarios de perros cree que las vacunas caninas no son seguras, más del 20% cree que estas vacunas son ineficaces y el 30% las considera médicamente innecesarias.
Además, alrededor del 37% de los titulares de perros también cree que la vacunación canina podría provocar que sus perros desarrollen autismo, aunque no existen datos científicos que validen este riesgo para los animales o los humanos.
El estudio es el primero en cuantificar formalmente la prevalencia, los orígenes y las consecuencias de las preocupaciones sobre la vacunación canina en las políticas de salud. La encuesta se realizó entre el 30 de marzo y el 10 de abril de 2023 entre 2.200 responsables de perros que respondieron preguntas a través de la firma de muestreo de investigación YouGov.
En particular, los hallazgos muestran indicios de un efecto de "desbordamiento" de la vacuna COVID en los EE.UU., pues las personas que tienen actitudes negativas hacia las vacunas humanas tienen más probabilidades de tener opiniones negativas sobre la vacunación de sus animales de compañía.
Estos propietarios de perros también son más propensos a oponerse a las políticas que fomentan la vacunación antirrábica generalizada y menos propensos a hacer el esfuerzo de vacunar a sus mascotas.
Estas actitudes contrastan con la mayoría de las políticas estatales de EE.UU., donde casi todos los estados exigen que los perros domésticos estén vacunados contra la rabia. La enfermedad todavía representa una amenaza potencial para la salud, ya que conlleva una tasa de mortalidad cercana al 100% y la vacuna contra la rabia canina es mucho menos accesible en los países en desarrollo que en Estados Unidos y otros países de altos ingresos. Más de 59.000 personas mueren cada año a causa de la rabia transmitida por perros en todo el mundo.
Por lo tanto, para los autores, "si los temores sobre la vacunación de mascotas persisten o aumentan, este escepticismo podría plantear graves implicaciones para la salud pública, tanto de los animales como de los humanos.
"Los efectos indirectos de la vacuna que documentamos en nuestra investigación subrayan la importancia de restaurar la confianza en la seguridad y eficacia de las vacunas humanas", apunta el líder del estudio y autor correspondiente, Matt Motta, profesor asistente de derecho, políticas y gestión de la salud en BUSPH, que estudia cómo las creencias y actitudes anticientíficas afectan la salud y las políticas sanitarias.
En este sentido, advierte que, si la no vacunación se volviera más común, nuestras mascotas, veterinarios e incluso nuestros amigos y familiares correrían el riesgo de entrar en contacto con enfermedades prevenibles con vacunas".
La Asociación Estadounidense de Hospitales de Animales (AAHA) considera que las vacunas son "la piedra angular de la atención médica preventiva canina" y recomienda que todos los perros (salvo razones médicas específicas) reciban un conjunto básico de vacunas contra la rabia, el moquillo, el adenovirus, el parvovirus y la parainfluenza, y advierte que muchos de los perros reciben vacunas adicionales "complementarias" contra la enfermedad de Lyme, Bordetella y otras patologías.
Trabajar con animales que no están al día con su vacuna contra la rabia plantea mayores riesgos para los veterinarios y todos los cuidadores de animales en un hospital, subraya la coautora del estudio, Gabriella Motta, veterinaria del Hospital Veterinario Glenolden en Glenolden, Pensilvania (y hermana de Dr. Matt Motta). Es más, recuerda que todos los días en su trabajo se encuentra con un animal no vacunado o con un propietario de animales de compañía que duda en vacunarse.
"Cuando un animal muerde a un miembro del personal, siempre existe la preocupación de que se produzca una infección o un traumatismo, pero la gravedad de la situación aumenta si el animal no está vacunado o tiene que recibir la vacuna contra la rabia con retraso", remarca Gabriella Motta.
Según las pautas del Departamento de Agricultura de Pensilvania, una vez que un miembro del personal veterinario es mordido por un animal no vacunado, el animal debe someterse a un período de observación y se recomienda que el miembro del personal reciba atención médica inmediata. Estas situaciones suponen una carga para la salud mental de la persona mordida, así como del resto del personal veterinario, en una industria que ya lucha contra el agotamiento generalizado, la falta de personal y la rotación laboral, incide y reitera que la vacuna contra la rabia es abrumadoramente segura y eficaz.
"Con cualquier medicamento, tratamiento o vacuna, siempre existe el riesgo de sufrir efectos adversos, pero el riesgo con la vacuna contra la rabia es bastante bajo, especialmente si se compara con el riesgo de infección por rabia, que es casi 100% letal", indica Gabriella Motta. Los titulares de animales de compañía que estén preocupados por el costo de las vacunas para mascotas pueden buscar opciones de bajo costo en las clínicas veterinarias de vacunación locales, agrega.
Los investigadores no creen que la vacilación sobre las vacunas caninas esté lo suficientemente extendida como para representar una amenaza actual para la salud pública en los EE.UU., pero eso podría cambiar si la desinformación y la desconfianza sobre las vacunas animales y humanas no se eliminan con datos científicos sólidos.
"Es importante recordar que parecía impensable que la vacunación obligatoria MMR [sarampión, paperas y rubéola] en las escuelas públicas pudieran ser atacada en las legislaturas estatales de todo el país. Y, sin embargo, investigaciones previas y en curso sugieren que este es, de hecho, el caso", concluye Motta.