La diabetes es la segunda enfermedad endocrina más común en los gatos
Prevención y tratamiento de la diabetes en gatos, la segunda enfermedad endocrina más común en la especie
La diabetes es la segunda enfermedad endocrina más común en los gatos
Redacción - 24-11-2023 - 10:46 H - min.
La diabetes mellitus es una afección en la que el cuerpo no puede producir ni responder adecuadamente a la hormona insulina. La insulina regula la cantidad de glucosa (azúcar) en el torrente sanguíneo y entrega glucosa a los tejidos del cuerpo para utilizarla como energía.
La diabetes produce niveles elevados de glucosa en la sangre. La forma más común de diabetes en los gatos es la diabetes tipo 2. En este tipo de diabetes los niveles de glucosa son altos porque las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina.
Esta enfermedad es la segunda enfermedad endocrina más común en los gatos. El sistema endocrino del cuerpo consta de varias glándulas (en el caso de la diabetes, esa glándula es el páncreas) que producen hormonas, que son mensajeros químicos para controlar los órganos de todo el cuerpo.
En un artículo recientemente publicado, la experta Jeanette Barragan, doctora en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Illinois, explica que, por lo general, a los gatos se les diagnostica diabetes entre las edades de 10 y 13 años.
Cada vez más gatos desarrollan diabetes a medida que aumenta el número de estos animales con sobrepeso u obesidad. El gato promedio que pesa casi 6 kilos o más tiene aproximadamente cuatro veces más riesgo de desarrollar diabetes que un gato de menos peso. Los signos de diabetes pueden incluir aumento de la sed, aumento de la orina, pérdida de peso y aumento del apetito.
Cuando se sospecha que un gato tiene diabetes, un veterinario realizará análisis de sangre y orina. La diabetes se detecta si los análisis de sangre muestran un nivel elevado de glucosa (hiperglucemia) y los análisis de orina muestran evidencia de glucosa en la orina (glucosuria).
“Debido a que el estrés en los gatos puede provocar tanto hiperglucemia como glucosuria, generalmente se realiza otra prueba de confirmación llamada fructosamina. La concentración de fructosamina refleja la concentración promedio de glucosa de las últimas 1 o 2 semanas y no se ve afectada por el estrés. Si esta prueba resulta elevada, se confirma el diagnóstico de diabetes”, señala la experta.
En cuanto al tratamiento, Barragan explica que la insulina suele ser el tratamiento de elección para los gatos con diabetes. Por lo general, esto requiere una administración dos veces al día.
“Además, el control dietético puede ser un componente importante del control de la diabetes en los gatos. Se recomienda una dieta alta en proteínas y baja en carbohidratos. La pérdida de peso también es un componente importante del tratamiento de la diabetes en gatos con sobrepeso. La pérdida de peso, si se intenta, idealmente, debería ser gradual, entre 0,5% y 1% del peso corporal total perdido por semana”, apunta.
Asimismo, indica que los objetivos del tratamiento son mantener un nivel saludable de glucosa en sangre, detener o controlar la pérdida de peso no deseada, detener o controlar el aumento de la sed y la micción y evitar la hipoglucemia (nivel bajo de glucosa en sangre).
“A diferencia de los perros, los gatos pueden alcanzar la remisión diabética. Estos gatos tienen niveles de glucosa en sangre casi normales sin recibir insulina u otros medicamentos para reducir el azúcar en sangre. Sin embargo, los gatos en remisión diabética requieren una estrecha vigilancia para garantizar que no recaigan. No todos los gatos diabéticos pueden lograr la remisión”, explica la experta.
Las curvas de glucosa en sangre son test que se utilizan para controlar la respuesta a la dosificación de insulina. Si se calcula una curva de glucosa en sangre en casa, los dueños de mascotas miden la primera lectura de glucosa en sangre antes de la inyección de insulina.
Luego, se realizan pruebas cada 2 a 4 horas hasta la siguiente dosis de insulina, según el tipo de insulina utilizada. Medir curvas en casa elimina el estrés de acudir a la clínica, lo que puede afectar la precisión de las pruebas. Es posible que los propietarios necesiten realizar una curva de glucosa en sangre varias veces para encontrar la dosis adecuada para su gato.
Un método para medir la glucosa es utilizar un medidor de glucosa calibrado para sangre felina. Otra forma es mediante el uso de un monitor continuo de glucosa. Estos monitores pueden ser recogidos en una farmacia humana e instalados por un profesional veterinario. Otras pruebas de seguimiento importantes incluyen análisis de sangre y análisis de orina.
“Es importante controlar el nivel de sed y micción, el peso y el apetito del gato durante todo el tratamiento. Estas medidas pueden dar pistas sobre cómo se está controlando la diabetes. Desafortunadamente, monitorizar la respuesta al tratamiento en gatos diabéticos puede ser costoso”, apunta la experta.
Por otro lado, Barragan indica que una complicación de la diabetes es la cetoacidosis diabética (CAD). Este problema ocurre cuando no hay suficiente insulina en el cuerpo para controlar la cantidad de glucosa en la sangre.
La CAD ocurre en diabéticos no controlados. Sin la cantidad adecuada de insulina en el cuerpo, la glucosa no se puede utilizar como fuente de energía. En cambio, el cuerpo descompone la grasa, lo que produce cuerpos cetónicos.
Con niveles elevados de cetonas, el cuerpo se vuelve más ácido, lo que altera el equilibrio de líquidos y electrolitos. Si no se trata, el equilibrio anormal de electrolitos resultante puede provocar ritmos cardíacos y funciones musculares anormales y la muerte. Los signos de CAD pueden incluir aumento de la sed o de la micción, letargo, debilidad, vómitos, aumento de la frecuencia respiratoria, disminución del apetito y pérdida de peso.
La otra complicación es la hipoglucemia o nivel bajo de azúcar en sangre, que puede surgir cuando la terapia con insulina reduce significativamente el nivel de azúcar en sangre. Los signos de hipoglucemia incluyen debilidad, letargo, vómitos, falta de coordinación, convulsiones y coma. La hipoglucemia puede ser fatal si no se trata.
A un gato diabético que muestre cualquiera de estos signos se le debe ofrecer su comida habitual de inmediato. Si el gato no come voluntariamente, se le debe administrar glucosa oral en forma de miel, jarabe de maíz o geles de dextrosa y llevarlo inmediatamente al veterinario. Sin embargo, si un gato tiene convulsiones o está en coma, no se deben intentar los métodos de glucosa oral.
“Si se notan cambios en los hábitos alimentarios y de bebida de los gatos, así como en su peso, se debe acudir a un veterinario para que le realice pruebas adicionales lo antes posible”, concluye Barragan.
Tal y como señala Barragan a lo largo de su explicación, la diabetes es una enfermedad de relevancia en el sector veterinario, que no solo se puede dar en gatos, sino que afecta a otras especies, como perros.
Por ello, en el sector de la salud animal están concienciados con la diabetes y lo que conlleva para la salud de las mascotas. Por ello, laboratorios como Chemovet tratan de concienciar, poniendo el foco en la diabetes en el ámbito veterinario.
Desde Chemovet, siempre han recordado que una buena alimentación, ejercicio e insulina pueden brindar a los animales afectados una mejor calidad de vida, en caso de ser diagnosticados con esta enfermedad.
Además del uso de insulina y el manejo dietético, existen otras opciones para optimizar el tratamiento de la diabetes, como es el caso de los complementos dietéticos, que mejoran la dieta de los perros y gatos para hacer frente a la enfermedad.
Así, existen opciones como Endocrinopet, un complemento dietético de Chemovet pensado para pacientes con diabetes y para pacientes que requieren control de peso y/o prevención de la obesidad.
Endocrinopet presenta propiedades antioxidantes, es hepatoprotector y mejora la actividad y funcionalidad del sistema inmune. Además, está formulado con extractos naturales de diferentes plantas cuidadosamente seleccionadas en base a la mayor evidencia científica disponible por el contenido de activos que podrían complementar la dieta de perros y gatos con diabetes y/o obesidad.