Los perros de trabajo tardan un día en adaptarse al horario de verano, pero las mascotas son más flexibles

Los perros de trabajo tardan un día en adaptarse al cambio de rutina provocado por el horario de verano, mientras que los perros de compañía y sus propietarios parecen no verse afectados, según un estudio publicado en PLOS One por Lavania Nagendran, Ming Fei Li y colegas de la Universidad de Toronto, Canadá.

Los investigadores destacan que muchos países utilizan el horario de verano para mantener la sincronización entre las horas de luz y los patrones de actividad humana, adelantando los relojes una hora en primavera y atrasándolos una hora en otoño.

En este sentido, apuntan que investigaciones anteriores han demostrado que el horario de verano puede alterar el sueño y el comportamiento humanos, pero no se había estudiado su impacto en los animales domésticos con los que vivimos y trabajamos.

Para investigar cómo afecta el horario de verano a los perros domésticos (Canis familiaris), los investigadores utilizaron relojes sensibles al movimiento para monitorear los patrones de actividad de 25 perros de trineo de trabajo, 29 perros de compañía y sus cuidadores humanos que viven en Canadá, durante las semanas cercanas al cambio de horario de otoño.

Para los perros de trineo, el horario de verano representó un cambio en su estricta rutina diaria. Antes del cambio de horario, los adiestradores de perros de trineo llegaban a la reserva al amanecer, pero después de que entró en vigor el horario de verano, el amanecer se producía una hora antes de su llegada.

Como resultado de este desajuste, después del cambio de horario, los perros de trineo eran menos activos en la hora posterior al amanecer que antes del cambio. Sin embargo, no se adaptaron inmediatamente al cambio en su rutina. El día en que entró en vigor el horario de verano, los perros de trineo eran más activos de lo habitual en la hora anterior a la llegada de su adiestrador.

En cambio, los perros de compañía y sus propietarios no mostraron cambios en sus patrones de actividad matutina el domingo en que entró en vigor el cambio de horario. Después del cambio de horario, aunque los titulares de las mascotas se despertaron más temprano los días laborables, sus perros no cambiaron su comportamiento matutino.

Sin embargo, la edad tuvo una influencia significativa en la respuesta de los perros al cambio de horario, y los perros domésticos mayores fueron menos activos la primera mañana después del cambio de horario.

El estudio es el primero en investigar el impacto del cambio de horario en la actividad de los perros domésticos. Los cambios en los horarios humanos pueden tener un efecto dominó en la vida diaria de los perros, lo que puede afectar a su bienestar.

“Los hallazgos resaltan la importancia de la flexibilidad y los cambios graduales para ayudar a los perros a adaptarse a las modificaciones en su rutina diaria, dicen los autores”, apuntan los investigadores.

Asimismo, añaden que el estudio ha descubierto que las rutinas flexibles pueden ayudar a los perros a adaptarse mejor a cambios de horario abruptos, como el horario de verano.