JUEVES, 12 de septiembre 2024

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MASCOTAS

Parásitos y bacterias: Los riesgos de que los perros utilicen bebederos compartidos con más animales

El agua estancada puede retener contaminantes ambientales, como material vegetal, parásitos, toxinas o moho, entre otros.

Los bebederos por la calle o en los parques para que los perros sacien su sed pueden entrañar peligros.
Los bebederos por la calle o en los parques para que los perros sacien su sed pueden entrañar peligros.

Parásitos y bacterias: Los riesgos de que los perros utilicen bebederos compartidos con más animales

El agua estancada puede retener contaminantes ambientales, como material vegetal, parásitos, toxinas o moho, entre otros.

Redacción - 09-08-2024 - 11:48 H - min.

Al sacar a pasear a un perro, en ocasiones se puede encontrar bebederos por la calle o en los parques, para que los animales sacien su sed. Sin embargo, estas fuentes de hidratación pueden tener efectos negativos para la salud de las mascotas.

En este sentido, Lori Teller, profesora clínica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de Texas A&M, ha tratado de resolver dudas sobre la seguridad y los posibles factores de riesgo asociados con los bebederos.

Teller recomienda que los propietarios consideren la calidad de la fuente de agua pública antes de permitir que una mascota beba, ya que un gesto bien intencionado por parte del propietario de un negocio local o un vecino puede, en última instancia, estar ocultando contaminantes debajo de la superficie.

“Esto es especialmente preocupante si el recipiente no se limpia con regularidad o si el agua se deja estancada durante largos períodos de tiempo”, afirma Teller, destacando que “el agua estancada puede retener contaminantes ambientales, como material vegetal, parásitos, toxinas, moho y más. Los perros que han pisado materia fecal y luego han jugado en el recipiente pueden dejar parásitos y bacterias en el agua”.

Teller indica que las enfermedades que pueden transmitirse a través de los bebederos públicos incluyen la tos de las perreras: una infección respiratoria que provoca tos nauseosa, falta de apetito y dificultad para respirar; papiloma canino: un virus que se transmite a través de la saliva y que causa verrugas en la boca y sus alrededores; y Salmonella: una infección que causa diarrea con sangre, fiebre y vómitos.

Asimismo, pueden darse Giardia: un parásito que provoca pérdida de peso, diarrea y vómitos; E. coli: una bacteria que causa deshidratación, diarrea y falta de apetito; y leptospirosis: una enfermedad bacteriana que se transmite comúnmente a través de la orina de roedores y que puede provocar enfermedades renales y hepáticas, o incluso la muerte, en los perros.

“La conciencia de la hidratación puede ayudar a eliminar el riesgo de contaminación del agua, especialmente si el propietario considera las necesidades de agua de su mascota antes de salir de casa”, remarca.

En este sentido, la experta señala que “lo ideal sería que los titulares llevaran consigo un recipiente plegable y portátil y un poco de agua fresca para dársela a su perro”, “O bien, podrían pasar por un restaurante o una tienda de conveniencia y pedir un vaso de agua para su perro”, apunta.

LAS MASCOTAS QUE VIVAN JUNTAS PUEDEN COMPARTIR BEBEDEROS

Además de considerar las preocupaciones de seguridad asociadas con los cuencos de agua compartidos en público, Teller recomienda que los propietarios también consideren los riesgos de que varias mascotas compartan un cuenco de comida en la misma casa.

“A menudo, los perros pueden necesitar diferentes raciones de comida y, en muchos casos, un perro puede necesitar un cambio de dieta debido a una condición médica; eso puede ser mucho más difícil de manejar si los perros comparten un plato”, destaca Teller. "O un perro puede impedir que otro coma del plato”, puntualiza.

No obstante, la experta subraya que tener el mismo cuenco de agua en un hogar con varias mascotas no genera los mismos problemas que compartir el cuenco de comida.

“En la mayoría de los casos, los perros que viven en la misma casa estarán expuestos a agentes infecciosos similares, por lo que compartir un cuenco de agua no tendrá un gran impacto en eso”, explica Teller. “Es importante que los cuencos de agua (y de comida) se laven con agua caliente y jabón con regularidad”, advierte.

Decidir si un bebedero público es seguro para un perro jadeante es una decisión que debe tomar cada caso en particular. Teller insiste en que, si el agua está sucia, el perro no debe beber de ella. En caso de duda, apunta que siempre es mejor tener en cuenta la posibilidad de que el agua esté contaminada, ya que los propietarios no deben arriesgarse con la salud de su mascota.

Si bien siempre habrá un riesgo potencial en los bebederos de agua disponibles al público, Teller cree que hay ciertas situaciones en las que vale la pena correr estos riesgos. “Si el perro tiene calor y sed y corre riesgo de deshidratarse, entonces eso puede tener prioridad sobre evitar el agua del recipiente”, reflexiona Teller.

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