El Comité Internacional sobre Enfermedades Alérgicas de los Animales ha publicado una revisión de la evidencia actual sobre los defectos de la barrera cutánea y la disbiosis del microbioma cutáneo y su efecto en la dermatitis atópica canina
Nuevas conclusiones sobre el papel de la barrera cutánea y el microbioma de la piel en la dermatitis atópica canina
El Comité Internacional sobre Enfermedades Alérgicas de los Animales ha publicado una revisión de la evidencia actual sobre los defectos de la barrera cutánea y la disbiosis del microbioma cutáneo y su efecto en la dermatitis atópica canina
Francisco Ramón López - 23-11-2023 - 10:33 H - min.
La dermatitis atópica canina (DA) es una enfermedad inflamatoria compleja de la piel asociada con alteraciones del microbioma cutáneo, inmunológicas y de la barrera cutánea. De hecho, las alteraciones de la función de barrera cutánea están despertando un gran interés en la dermatología veterinaria y humana para hacer frente a esta enfermedad.
Teniendo esto en cuenta, el Comité Internacional sobre Enfermedades Alérgicas de los Animales (ICADA) ha llevado a cabo una revisión que resume la evidencia actual sobre los defectos de la barrera cutánea y la disfunción del microbioma cutáneo en la dermatitis atópica para actualizar el conocimiento existente que ya compartieron en la edición de 2015.
“Desde entonces, se han publicado muchos artículos sobre la estructura de la barrera cutánea, la inmunidad innata y las alteraciones del microbioma cutáneo y auditivo en perros atópicos. Estas publicaciones se revisan en este artículo junto con una breve revisión de la literatura previa sobre estos temas”, explican.
La ICADA recuerda que, en la edición anterior de esta serie de revisiones, ya se dejó claro que la disfunción de la barrera cutánea, junto con las alteraciones inmunológicas, representan el núcleo de la patogénesis de la DA canina.
“Estaba, y sigue estando, abierto a debate si la disfunción de la barrera cutánea es un defecto primario y/o aparece secundariamente a la inflamación cutánea. Desde esa publicación, se han publicado más investigaciones sobre las diferencias entre la piel canina atópica y la sana, lo que sugiere algunos defectos primarios de la barrera, al menos en algunos perros”, apuntan.
Desafortunadamente, admiten, muy pocos estudios han comparado la función de la barrera cutánea entre la DA y otras afecciones cutáneas inflamatorias no alérgicas para determinar si estas alteraciones son intrínsecas a la dermatitis canina o, por el contrario, el resultado de una respuesta inflamatoria cutánea no específica.
Las publicaciones de los últimos 7 años se han centrado no sólo en los cambios estructurales e inmunológicos en la barrera cutánea, sino también en las alteraciones que se producen en el microbioma cutáneo y auditivo de los perros atópicos.
“Los resultados de estos estudios confirman la naturaleza extremadamente compleja de la DA canina. Aunque los resultados no homogéneos entre los estudios dificultan su interpretación, también favorece el concepto de que la DA es un síndrome con más de una entidad”, sostienen.
En particular, consideran que existen varios subconjuntos de esta enfermedad y las alteraciones intrínsecas de la barrera cutánea pueden desempeñar un papel importante en algunos perros, mientras que el desequilibrio del sistema inmunológico puede desempeñar un papel más importante en otros.
“Este reconocimiento es esencial para diseñar un plan de tratamiento adecuado. De hecho, los perros con alteraciones intrínsecas de la barrera cutánea pueden beneficiarse más de terapias tópicas destinadas a restaurarla. Sin embargo, los perros con un desequilibrio predominante de la respuesta inmune pueden beneficiarse más de los medicamentos antiinflamatorios”, defienden.
Por último, respecto al microbioma, señalan que varios estudios han investigado el papel que desempeña tanto a nivel cutáneo como auditivo en el desarrollo y/o empeoramiento de la dermatitis atópica canina.
Eso sí, remarcan que estos estudios son principalmente descriptivos y aún no pueden dilucidar el papel patogénico de la disbiosis en la DA canina. “Sin embargo, esta información es esencial para avanzar en la comprensión de la patogénesis de esta compleja enfermedad y guiar mejor el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas”, concluyen.
En documentos anteriores, el ICADA destacaba el uso de tratamientos tópicos tanto para hacer frente a los episodios y recaídas de la dermatitis atópica aguda como para su manejo crónico. Así, en el tratamiento de las recaídas recomendaban la búsqueda de las causas para, después de su abordaje, bañar con champús suaves (Douxo, de Ceva) y controlar el prurito y las lesiones cutáneas con intervenciones que incluyen glucocorticoides tópicos (Cortavance, Virbac) y/o orales, así como oclacitinib (Apoquel, de Zoetis).
Para la dermatitis atópica canina crónica, los primeros pasos en el manejo son la identificación y evitación de factores de recaída, así como asegurar una adecuada higiene y cuidado de la piel y pelo; esto podría incluir baños más frecuentes y posiblemente incrementar el consumo de ácidos grasos esenciales.
Por otro lado, los medicamentos más efectivos actualmente para reducir el prurito crónico y las lesiones cutáneas son los glucocorticoides tópicos y orales, ciclosporina oral, oclacitinib oral, y cuando se encuentren disponibles, interferones recombinantes inyectables.
“La inmunoterapia alergeno-específica y las aplicaciones intermitentes de glucocorticoides tópicos son las únicas intervenciones capaces de prevenir o retrasar la recurrencia de las recaídas por DA”, añaden.
Además de estas opciones que proponen desde ICADA, existen también otras alternativas novedosas. Es el caso de Atopivet Collar, de Bioibérica, con un formato de aplicación más cómodo, para ayudar a los propietarios en el manejo de la dermatitis atópica.
El collar funciona liberando directamente sobre la piel del animal un ingrediente de origen natural para la salud cutánea desarrollado por Bioiberica que se distribuye por todo el cuerpo a través de los lípidos de la piel. Se trata de Biosfeen, un extracto lipídico que ha demostrado efectos beneficiosos para la piel tanto en ensayos in-vitro como in-vivo.
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