Un estudio ha analizado los dilemas a los que se enfrentan las personas de bajos recursos cuando tienen que hacer frente a un problema de salud o una emergencia con una mascota
No poder proporcionar atención veterinaria a sus mascotas afecta a la salud mental de los propietarios con problemas económicos
Un estudio ha analizado los dilemas a los que se enfrentan las personas de bajos recursos cuando tienen que hacer frente a un problema de salud o una emergencia con una mascota
Redacción - 20-08-2024 - 09:00 H - min.
Los propietarios de mascotas con dificultades financieras pueden enfrentar dilemas sobre cómo ayudar a los animales que necesitan atención veterinaria inesperada, sugiere un estudio. Y es que no poder cuidar ni salvar a las mascotas crea presiones e incertidumbres que pueden comprometer la salud mental de las personas, afirman los investigadores.
Teniendo esto en cuenta, para los autores, los proveedores de salud pública, los servicios sociales y los sistemas de apoyo financiero necesitan reconocer sistemáticamente la importancia de las mascotas en la vida de las personas.
“Los costes inesperados del cuidado de mascotas pueden afectar a cualquiera”, dice la investigadora principal, Janine Muldoon, de la Facultad de Salud en Ciencias Sociales de la Universidad de Edimburgo. “Cuando las personas se encuentran bajo presión financiera causada por cambios en las circunstancias o bajos ingresos a largo plazo, los desafíos pueden volverse increíblemente estresantes”, añade.
El estudio se basó en datos de un proyecto que examinó las experiencias de las personas al acceder al apoyo para mascotas de la organización benéfica de bienestar animal del Reino Unido Blue Cross.
Veinte usuarios del servicio participaron en entrevistas en línea. Dieciséis recibían atención veterinaria gratuita o a precio reducido. Todos los participantes, incluso los que se encontraban en una situación económica relativamente segura, mencionaron el gasto que supone tener una mascota y el creciente coste de su atención.
La búsqueda de ayuda era a menudo el resultado de un problema de salud o una emergencia con una mascota, cuando los costes veterinarios imprevistos (como exploraciones, tratamiento y transporte) eran simplemente inasequibles.
“La gente se enfrentaba al desgarrador dilema de qué hacer para ayudar a su mascota”, explica la investigadora Joanne Williams. “Describieron estos momentos como los más estresantes de sus vidas y la mayoría solo se enteró de la existencia de organizaciones benéficas para mascotas a través del boca a boca”, indica
En este sentido, el estudio destaca toda la gama de problemas que se experimentan como resultado de la vulnerabilidad económica. En este sentido, los investigadores consideraron las implicaciones para las organizaciones que brindan apoyo a estas personas, que a menudo luchan simultáneamente con sus finanzas y su salud mental.
Un estudio separado, utilizando la misma muestra de investigación, buscó explicar por qué las personas que son elegibles para recibir atención veterinaria gratuita o de coste reducido podrían no buscar apoyo cuando lo necesitan.
Los hallazgos destacan el miedo a ser juzgado, la revelación de la realidad y el estigma. “La culpa, la vergüenza, la falta de concienciación, las preocupaciones económicas y el deseo de valerse por sí mismos son factores importantes”, indican.
Estos factores, para los investigadores, deberían tener implicaciones en la forma en que se publicitan y prestan los servicios de apoyo, para garantizar que los animales reciban la atención necesaria. Para los autores, una única fuente de información que muestre a los propietarios de mascotas todas las fuentes de apoyo disponibles alentaría a las personas a presentarse.
“El apoyo debe publicitarse y brindarse discretamente –y quizás promoverse de otra manera– para disminuir cualquier asociación e implicancia negativa”, concluye Muldoon.