SÁBADO, 12 de octubre 2024

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MASCOTAS

La mortalidad en la esterilización de mascotas no llega ni al 0,1%

La auditoría anual del Royal College of Veterinary Surgery sobre esterilización en perros, gatos y conejos ha analizado más de 60.000 procedimientos

Los conejos sufrieron más complicaciones con la esterilización que los perros y gatos.
Los conejos sufrieron más complicaciones con la esterilización que los perros y gatos.

La mortalidad en la esterilización de mascotas no llega ni al 0,1%

La auditoría anual del Royal College of Veterinary Surgery sobre esterilización en perros, gatos y conejos ha analizado más de 60.000 procedimientos

Alfonso Neira de Urbina - 01-05-2024 - 10:00 H - min.

El Royal College of Veterinary Surgeons (RCVS) ha publicado los últimos resultados de su Auditoría Nacional sobre la Esterilización de Pequeños Animales (NASAN por las siglas en inglés), referente al año 2023. En el informe han analizado 63.276 procedimientos en perros, gatos y conejos realizados en el Reino Unido entre 2005 y 2023.

Los resultados de la Auditoria se han dividido en 6 grupos principales: pérdida de seguimiento; cicatrización normal; cicatrización anormal que se resolvió sin ningún tratamiento; cicatrización anormal que requiere tratamiento adicional; cicatrización anormal que requiere intervención quirúrgica; y fallecimiento.

En rasgos generales, combinando las tres especies, los animales que murieron representaron el 0,09% del total. En cambio, cuando se analizan excluyendo los que no tuvieron seguimiento, la mortalidad se eleva al 0,1%.

En el caso de la castración de los perros macho, el porcentaje se situó en el 0,04%, y en el de las hembras en el 0,16%. Eso sí, en las hembras intervenidas con laparoscopia no murió ninguna (0,00%).

En gatos machos, la letalidad fue del 0,08% y en hembras del 0,04%. Por su parte, las muertes en conejos fueron más frecuentes. De esta forma el 0,84% de los machos murieron y en las hembras el porcentaje se dispara hasta el 2,44%.

Eso sí, hay que destacar que en el 70,84% de todos los animales no se presentaron complicaciones ni anomalías en la cicratización. En lo referente a las anomalías, se produjeron en un 8,79% las que no necesitaron tratamiento, un 6,80% las que requirieron tratamiento médico y en 0,84% las que requirieron intervención quirúrgica.

La Auditoria también encontró diferencias entre la castración de machos y la esterilización de las hembras en los casos en los que hubo anomalías. En perros macho, el 12,42% no necesitó tratamiento, el 10,27% necesitó tratamiento médico y el 0,58% cirugía. En hembras, los porcentajes fueron, 13,25%, 11,20% y 1,01%, respectivamente.

Entre los felinos, el 2,27% de los gatos macho no necesitó tratamiento, el 1,44% necesitó tratamiento médico y el 0,50% cirugía. En hembras, los porcentajes fueron, 7,71%, 4,31% y 1,57%, respectivamente.

Por último, en los conejos se observó una pronunciada diferencia entre machos y hembras. Así, en los machos, el 11,26% no necesitó tratamiento, el 9,41% necesitó tratamiento médico y el 1,51% cirugía. En las hembras, los datos fueron peores: 5,78% no necesitó tratamiento, 6,22% necesitó tratamiento médico y 2,22% cirugía.

LA CASTRACIÓN REVERSIBLE, ALTERNATIVA A LA CIRUGÍA

Aunque en perros y gatos la castración no registre una alta mortalidad, ni unas complicaciones especialmente reseñables, este procedimiento quirúrgico es irreversible, por lo que es necesario valorarlo de una forma adecuada y analizándolo caso por caso de forma individualizada.

En este punto, existe una alternativa a la esterilización quirúrgica de perros y gatos, suprelorin, un implante subcutáneo para la castración sin cirugía de Virbac. Este implante elimina los riesgos quirúrgicos, es completamente reversible y evita algunos de los problemas relacionados con los animales no castrados, como evitar camadas no deseadas.

Asimismo, Suprelorin es mínimamente invasivo, al evitar el proceso quirúrgico y la anestesia. De esta forma, el veterinario lo aplica como si se tratase de un microchip y su efecto dura un mínimo de 6 meses. Después, el implante es reabsorbido por sí solo y el propietario puede decidir que su mascota recupere la fertilidad.

Además, esta opción permite comprobar si los comportamientos no deseados (hipersexualidad, competitividad con otros machos, escapadas, marcaje con orina) van a desaparecer tras la cirugía o si, como ocurre en algunos casos, la castración no es efectiva.

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