SÁBADO, 20 de abril 2024

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MASCOTAS

Los perros saben cuándo su dueño está triste e intentan consolarlo

Un nuevo estudio de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU, señala que los perros, cuando notan que su dueño está llorando, son capaces de superar cualquier obstáculo para tratar de consolarlo

Fuente: Ehow.
Fuente: Ehow.

Los perros saben cuándo su dueño está triste e intentan consolarlo

Un nuevo estudio de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU, señala que los perros, cuando notan que su dueño está llorando, son capaces de superar cualquier obstáculo para tratar de consolarlo

Fernando Núñez Benítez - 27-07-2018 - 13:45 H - min.

En investigaciones anteriores se ha demostrado que los perros sienten angustia cuando los humanos lloran, sin embargo, ahora un nuevo estudio ha comprobado que, además, los perros intentan hacer algo por ayudar a sus dueños en esas situaciones, según explican los científicos de la Universidad Johns Hopkins, en los Estados Unidos.

Así, durante la investigación, la autora principal del estudio, Emily M. Sanford, y su equipo, dieron instrucciones a los propietarios de 34 perros de varias razas y tamaños para que soltaran gritos angustiados o tararearan mientras estaban sentados detrás de una puerta transparente cerrada.

Los investigadores observaron lo que hacían los perros y midieron la variabilidad de la frecuencia cardíaca para ver cómo reaccionaban ante la situación. Por otro lado, en otra parte del experimento, los investigadores examinaron cómo estos mismos perros observaban a sus dueños para medir la fuerza de la unión entre ambos.

De este modo, los investigadores demostraron que los perros que están fuertemente unidos a sus dueños son más rápidos a la hora de reunirse con sus amos después de oírles llorar. En concreto, observaron que eran capaces de empujar una puerta con más rapidez para llegar hasta ellos.

“Hemos descubierto no solo que los perros captan los sentimientos de sus amos, sino que, si conocen una forma de ayudarlos, atravesarán obstáculos y lo harán”, ha explicado Sanford. “Toda persona que tiene un perro puede contar una historia en la que llega a su casa después de un largo día, se sienta a llorar y su perro está justo ahí, lamiendo su cara”, apunta.

Por otra parte, los científicos no encontraron diferencias en la frecuencia con la que los perros abrían la puerta para reunirse con sus amos, pero sí observaron que los que lo hacían eran tres veces más rápidos cuando sus dueños estaban llorando.

Además, los investigadores midieron los niveles de estrés de los perros durante la prueba. Así ,descubrieron que los que no abrían la puerta no lo hacían porque no quisieran a sus amos, sino porque estaban altamente estresados y bloqueados por la situación.

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