Los antioxidantes, claves en la dieta para los perros con artrosis

Numerosos expertos coinciden en que los perros mayores son un grupo de riesgo para diferentes enfermedades según la época que sea. En el caso del otoño, la drástica bajada de temperaturas y la humedad que dejan las lluvias en el ambiente tras su paso pueden mermar aún más la movilidad de aquellos perros que sufren artrosis.

Los profesionales de la clínica veterinaria Naturia explican que, a diferencia de la artritis, que consiste en una inflamación de las articulaciones que puede ser tratada eficazmente, la artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones, asociada a la vejez o al efecto de algún otro tipo de patología, que puede afectar al perro antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Según los expertos de la clínica veterinaria La Asunción, la artrosis puede desgastar el cartílago que recubre dichas articulaciones, llegando en ocasiones hasta el hueso y provocando dolor e inflamación además de reducir la movilidad del animal. Y es que, este proceso degenerativo afecta, aproximadamente, a un 95% de los perros que tienen ocho años o más, tal y como estiman los profesionales de la clínica veterinaria Parque de los Estados.

Entre los factores que favorecen que el animal llegue a sufrir artrosis, los veterinarios destacan la predisposición genética que tienen algunas razas de perro de gran tamaño como el Labrador, el Pastor Alemán o el Gran Danés; y el hecho de que padezcan sobrepeso debido a una sobrealimentación, ya que esto sobrecarga aún más las articulaciones del animal.

SINTOMATOLOGÍA

En primer lugar, los veterinarios consideran que es importante observar el comportamiento del perro para detectar, de forma precoz, algún tipo de anomalía en la manera que tiene de moverse.

El síntoma más común de la artrosis es una cojera persistente, según los expertos, quienes matizan que es frecuente que el animal experimente rigidez en las articulaciones cuando se despierta y por tanto, que encuentre dificultades a la hora de levantarse.

TRATAMIENTO, ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO

El tratamiento veterinario más común es el uso de antiinflamatorios no esteroideos, que son eficaces para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

Además de los fármacos, los expertos también recomiendan una dieta rica en ácidos grasos esenciales como el Omega 3 y los suplementos con antioxidantes, además de la administración de  piensos especializados que contienen protectores articulares nutricionales, que básicamente son vitaminas. Todo ello ayuda a mantener el peso acorde a la raza, tamaño y edad del animal, evitando que los efectos de la artrosis se agraven por una sobrealimentación y un consecuente sobrepeso.

Otra medida que contemplan los profesionales es la práctica diaria de ejercicio, a un ritmo suave, para mantener sanas las articulaciones del animal. 

Con todo, los expertos aconsejan visitar al veterinario una vez al año para realizar un examen físico al perro antes de que cumpla los ocho años, para más adelante pasar a dos chequeos anuales con el objetivo de detectar y tratar de manera precoz la artrosis. 

Esta información es meramente orientativa. En Animal’s Health le recordamos que, ante cualquier duda, lo mejor es que lleve a su mascota al veterinario.