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MASCOTAS

La diabetes influye en el desarrollo de las cataratas en los perros

Los expertos advierten que si el color de los ojos de un perro se vuelve blanco y éste muestra dificultades para moverse por diferente espacios, hay que acudir de forma urgente a un veterinario ya que puede que el animal esté sufriendo una pérdida progresiva de su visión, algo que puede llegar a dejarle ciego si no se trata a tiempo

La diabetes influye en el desarrollo de las cataratas en los perros

La diabetes influye en el desarrollo de las cataratas en los perros

Los expertos advierten que si el color de los ojos de un perro se vuelve blanco y éste muestra dificultades para moverse por diferente espacios, hay que acudir de forma urgente a un veterinario ya que puede que el animal esté sufriendo una pérdida progresiva de su visión, algo que puede llegar a dejarle ciego si no se trata a tiempo

Javier López Villajos - 27-11-2018 - 13:55 H - min.

Numerosos expertos coinciden en que la visión de los perros es distinta a la de los humanos. Además de la posibilidad de que sean miopes y que no vean bien de lejos, los perros no perciben todos los colores como las personas. Y es que si el animal sufre algún tipo de problema de visión, se observará a través de una serie de comportamientos anómalos, considerando que manifiesta ceguera si llega a perder el 80% de su capacidad visual. De ahí la importancia de detectar y tratar a tiempo estos síntomas antes de que sigan progresando con el tiempo, además de cuidar su alimentación ya que la diabetes y la obesidad predispone al animal a sufrir cataratas.

Los profesionales de la clínica veterinaria La Asunción explican que la causa más habitual de la ceguera en perros son las cataratas, una enfermedad de carácter progresivo si no se trata. Éstas surgen cuando el cristalino que forma parte del ojo experimenta cambios en su transparencia, volviéndose de un color blanquecino, algo que impide que la luz y las imágenes puedan llegar hasta el interior del ojo.

POSIBLES CAUSAS Y FORMAS DE PREVENIRLAS

Los veterinarios hacen hincapié en que esta enfermedad no sólo afecta a perros pequeños o mayores, como se cree popularmente, ya que existe la posibilidad de que las cataratas sean de tipo congénito o que incluso afecten a perros jóvenes. Precisamente las llamadas “cataratas juveniles” son las más comunes, apareciendo en edades tan tempranas como los 5 o los 7 años. Algunas razas de perro como el Golden Retriever, el Labrador, el Husky Siberiano, el Caniche, el Cocker Spaniel, el Fox Terrier y el Shih Tzu, entre otros, tienen una mayor predisposición a sufrirlas.

Volviendo a las causas, éstas pueden ser efecto de problemas metabólicos del animal, traumatismos o simplemente estar relacionado con el proceso natural de envejecimiento. Con todo, los expertos subrayan la influencia de la diabetes y la obesidad en el desarrollo de las cataratas, razón por la que desaconsejan alimentar a los perros con comida de consumo humano, especialmente si contiene azúcar.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Independientemente de la causa, los veterinarios alertan que, de no tratar el avance de las cataratas, el ojo del perro afectado será cada vez más blanco y por tanto perderá más y más visión, complicando así la cirugía que necesitará.

Y es que la única solución para eliminar las cataratas es la cirugía ya que de presentar un estado avanzado, las cataratas pueden ocasionar la inflamación del globo ocular e incluso un glaucoma, por el que el animal puede llegar a perder el ojo.

La cirugía que proponen los expertos se basa en una técnica de ultrasonidos llamada “facoemulsificación”, que extrae el cristalino dañado con el objetivo de eliminar definitivamente y sin posibilidad de regenerarse la especie de tela blanca que lo recubre e impide que pase la luz al interior del ojo.

El éxito de dicha cirugía ronda el 90 y el 95%, estiman, considerándose verdaderamente satisfactoria si el animal recupera un grado aceptable de visión que le permite hacer una vida normal.

Esta información es meramente orientativa. En Animal’s Health, le recordamos que, ante cualquier duda, lo mejor es que lleve a su mascota al veterinario. 

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