Un análisis estadístico de más de millones de consultas en Reino Unido ha obtenido algunas conclusiones sobre los riesgos de presentar infestación por pulgas
Los gatos tienen más del doble de posibilidades de presentar pulgas que los perros
Un análisis estadístico de más de millones de consultas en Reino Unido ha obtenido algunas conclusiones sobre los riesgos de presentar infestación por pulgas
Francisco Ramón López - 17-01-2023 - 11:08 H - min.
Las pulgas del género Ctenocephalides son los artrópodos parásitos clínicamente más importantes de perros y gatos en todo el mundo, aunque los factores de riesgo que podrían aumentar la posibilidad de infestación en pequeños animales siguen sin estar claros.
Teniendo esto en cuenta, un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool ha llevado a cabo un estudio que analiza aspectos clave de la epidemiología de las pulgas utilizando registros de salud electrónicos de gatos y perros domésticos vistos en una red centinela de 191 clínicas veterinarias voluntarias en Gran Bretaña entre marzo de 2014 y julio de 2020.
Los resultados fueron que las pulgas estuvieron presentes en 22.276 de las 1.902.016 de consultas de gatos (1,17%) y 12.168 de 4.844.850 consultas de perros (0,25%). Para explicar esto, los investigadores recuerdan que los gatos, con frecuencia, tienen acceso ilimitado al aire libre y, por lo tanto, están expuestos continuamente a las pulgas cuando buscan alimento y cazan. Además, pueden entrar en contacto con animales salvajes y vida silvestre como zorros y erizos, que pueden actuar como hospedadores.
En el estudio, un modelo de regresión logística multivariable se encontró que los animales originarios de las áreas más favorecidas económicamente se asociaron con una reducción del 50% en las probabilidades de infestación por pulgas registrada por el veterinario en comparación con los animales de las regiones con menos recursos económicos.
“Esto sugiere que la capacidad de afrontar económicamente el control de pulgas tiene un impacto en las probabilidades de infestaciones por pulgas. Aunque el tratamiento contra las pulgas está disponible de manera fácil y comparativamente económica en la mayoría de los supermercados, los que generalmente recomiendan los profesionales veterinarios como más efectivos solo están disponibles con receta y es probable que estén asociados con mayores costes para el propietario”, consideran.
Por otro lado, la edad del animal se asoció significativamente con la posibilidad de presentación de pulgas tanto en gatos como en perros, con un pico de casos antes de que los animales alcanzaran los 12 meses.
Las posibles razones incluyen una mayor atracción de las pulgas hacia los animales más jóvenes, o que los animales más viejos posiblemente interactúan menos con el exterior. También es posible que se pase más tiempo examinando a los animales jóvenes, al ser sus primeras consultas en una clínica, o que su menor tamaño, debido a su edad, aumente la posibilidad de detectar pulgas.
Además, es más probable que los perros mayores que visitan las clínicas lo hagan para ser atendidos por una afección médica preexistente, lo que lleva al profesional veterinario que lo atiende a centrarse en este problema en lugar de buscar o registrar pulgas.
Otro de los hallazgos es que, tanto en gatos como en perros, los animales castrados se asociaron con un riesgo reducido en comparación con los que no estaban castrados (enteros). “Nuestro hallazgo aquí podría sugerir más diferencias en el compromiso del propietario con la atención veterinaria preventiva que una asociación biológica directa entre el estado de castración y el riesgo de infestación por pulgas”, señalan en este punto.
Asimismo, se observó una asociación con un mayor riesgo de pulgas teniendo en cuenta la raza. Concretamente, los terriers pequeños y los de raza ‘toy’ tenían un mayor riesgo en comparación con perros como los de la raza retriever, de mayor tamaño.
Asimismo, los animales mestizos tenían también mayores probabilidades de presentar pulgas, tanto en gatos como en perros, y se observó que los gatos en particular tenían siempre un riesgo mayor que los perros. “Las posibles razones de esta observación son que, tanto los perros pequeños como los gatos, están más cerca físicamente de la vegetación y las madrigueras de los animales o los lugares de descanso donde pueden estar presentes las pulgas recién emergidas”, apuntan.
Otra teoría es, como se comentaba en relación con la edad, que el tamaño más pequeño de estos animales pueda aumentar la capacidad de un veterinario de detectar la presencia de pulgas. Además, las diferencias de comportamiento observadas en diferentes razas o incluso el comportamiento en los propietarios que eligen tener diferentes razas pueden contribuir a aumentar o disminuir las probabilidades de infestación por pulgas.
“Estos factores recientemente identificados, como las variaciones en los tipos de raza, la edad y el estado de castración, entre otros, podrían formar la base de mensajes de salud más específicos para los veterinarios y los propietarios de animales de compañía, lo que permitiría el uso de tratamientos profilácticos y terapéuticos en los animales más afectados, con mayor riesgo, y en el momento adecuado”, concluyen.
La importancia de concienciar sobre la desparasitación para evitar problemas como las pulgas en animales de compañía es un ámbito en el que se trabaja día a día desde el sector de la veterinaria y la salud animal.
Un ejemplo es el debate de Animal’s Health ‘La importancia de la desparasitación de los gatos en la salud de las personas’, que se llevó a cabo recientemente con la colaboración de Vetoquinol y en el que se abordó la importancia de este hecho no solo para la salud de los animales de compañía, sino también para la de las personas.
En este caso, el debate se centró en los gatos, la segunda mascota preferida por los españoles y la que más está creciendo en número, pero que es menos probable que acuda al veterinario y sobre la que se han generado una serie de falsas creencias, como que si no sale de casa no es necesario que se desparasite.