Un estudio revela los factores que condicionan la epilepsia en los perros

Expertos procedentes de la Royal Veterinary College (RVC) concluyen mediante un estudio que determinadas características genéticas condicionan a los perros a sufrir epilepsia.

Con el objetivo de fijar un patrón, los investigadores analizaron 3.731 casos de convulsiones en una población de más de 450.000 perros. Como resultado, hallaron que la probabilidad de sufrir ataques aumenta en las razas puras de Carlino, Basset Hounds, Boxers, Beagles y el Dogo de Burdeos, machos, de edades comprendidas entre los tres y los seis años y con un peso mayor de 40 kg.

Uno de los coautores del estudio, el Doctor Dan O'Neill señala que “este descubrimiento puede ayudar a los veterinarios, propietarios y criadores a mejorar el bienestar de los perros”, sin descartar que el estudio también sirva para beneficiar a otros pacientes de epilepsia, sean de otras especies animales o incluso humanos.

OTROS AVANCES

Una de las conclusiones a la que llegaron los expertos fue que la administración de una dieta rica en triglicéridos resulta eficaz para el tratamiento de la enfermedad.

Con todo, los investigadores de RVC lanzaron una aplicación llamada “Pet Epilepsy Tracker” que permite a los dueños de los perros monitorizar la epilepsia a través de un registro de los ataques que sufren y los requisitos de medicación.

LAS CRISIS EPILÉPTICAS

Según los profesionales de la clínica veterinaria Albacora, “la epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más frecuente en perros”, detallando que se trata de un “exceso de actividad eléctrica de neuronas en la corteza cerebral del animal”.

Las causas pueden ser diversas, enumerando el infarto cerebral, la inflamación que provocam enfermedades como el moquillo, traumatismos craneoencefálicos, la hidrocefalia, tumores o enfermedades generativas, entre otras.

En cualquiera de los casos, los expertos señalan que hay cuatro fases en las crisis epilépticas que comprenden la observación de cambios comportamentales días u horas antes de que se produzca el ataque, el vómito, la pérdida de consciencia seguida de movimientos involuntarios producidos por las convulsiones y finalmente, las posibles secuelas que haya el ataque epiléptico como la desorientación, la depresión o la ceguera.

De sufrir una de estas crisis, los profesionales recomiendan mantener despejadas las vías respiratorias del animal, no mojarlo y medir el tiempo que duran las convulsiones para informar al veterinario que elegirá el tratamiento adecuado según el caso.

Esta información es meramente orientativa, en Animal’s Health, le recordamos que, ante cualquier duda, lo mejor es que lleve a su mascota al veterinario.