JUEVES, 28 de marzo 2024

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MASCOTAS

La esterilización médica permite comprobar cómo afectará la castración al carácter del perro

La propietaria de un perro con problemas de marcaje y agresividad pudo comprobar el efecto que tendría la castración quirúrgica sobre la conducta del animal gracias a la castración médica reversible

Ana Cuevas, propietaria de Gru.
Ana Cuevas, propietaria de Gru.

La esterilización médica permite comprobar cómo afectará la castración al carácter del perro

La propietaria de un perro con problemas de marcaje y agresividad pudo comprobar el efecto que tendría la castración quirúrgica sobre la conducta del animal gracias a la castración médica reversible

Alfonso Neira de Urbina - 12-01-2022 - 00:00 H - min.

Un equipo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha realizado un estudio clínico sobre la castración médica en perros, con el objetivo de investigar la influencia de la esterilización en su conducta, mediante el análisis del efecto de un implante de deslorelina.

Las investigadoras directoras del estudio Susana Le Brech y Marta Amat explicaron en un vídeo cómo funciona este implante de deslorelina que suprime la testosterona actuando como una castración. Sin embargo, el efecto es reversible ya que dura 6 meses y, después, los valores de testosterona vuelven a ser los de siempre.

Esto permite, entre otras cosas, evaluar cómo afectará la castración definitiva al carácter del perro, antes de tomar una decisión al respecto. Algo que pudo comprobar Cristina González, propietaria de Flix, uno de los perros que ha formado parte del estudio clínico con conducta de marcaje con orina y que presentaba miedos. Tras su participación, González narraba su experiencia en un vídeo y recomendaba la castración médica debido precisamente a que es reversible y permite ver cómo va a afectar al perro luego otra médica o una quirúrgica.

Ahora, Ana Cuevas, la propietaria de Gru, un perro mestizo de border collie y perro pastor con problemas de agresividad que también ha participado en este estudio, describe su experiencia con la castración médica en un nuevo vídeo. 

La propietaria reconoce que no conocía la opción que brinda el implante de deslorelina antes de participar en el estudio, debido a que su veterinario solo le planteaba la opción quirúrgica, y asegura que no supo si su perro estaba en el grupo de tratamiento, que recibía el implante, o en el de control, que recibía placebo, hasta que concluyó el estudio para que su percepción no fuera influenciada.

Cuevas recuerda que su perro tenía “muchos” problemas de marcaje y, además, tenía un problema de agresividad. “De cachorrito era miedo, pero se fue incrementando hasta ser agresividad con otros perros y personas”, rememora la propietaria de Gru, quien ha relatado las modificaciones en la conducta de su perro tras la colocación del implante de deslorelina.

“A las dos primeras semanas noté como mi perro incrementaba mucho la agresividad. Después, a las ocho semanas más o menos, ya notamos como bajaba esta agresividad e incluso disminuía muchísimo los marcajes, llegando casi a no marcar durante el paseo”, señala Cuevas, y enfatiza que después de haber vistos los efectos de la castración médica ha podido tomar una decisión respecto a si es conveniente o no castrar a su ejemplar.

Así, la propietaria, después de haber comprobado como con la castración médica ha disminuido “mucho” el marcaje y la agresividad, ha decido castrar quirúrgicamente a Gru. Una decisión que hasta ahora no se había atrevido a tomar por el miedo a que el comportamiento de su perro empeorará o simplemente no se modificará.

“Después de participar en este estudio y ver que el implante ha hecho que mi perro mejorara en el tema de la agresividad y los marcajes, he podido tomar la decisión de castrarlo definitivamente de modo quirúrgico sin tener ningún riesgo a que el perro empeorara”, señala.

Por último, Ana Cuevas recomienda “a todo el mundo” la opción de la castración médica ya que le ha ayudado a tomar una decisión porque ha visto como los problemas de Gru mejoraban, y, por ello, lamenta que su veterinario no le hubiese hablado antes de la opción de los implantes de deslorelina.

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