Destacan el papel del eje intestino-riñón en el manejo y tratamiento de la enfermedad renal crónica en perros y gatos

La enfermedad renal crónica (ERC) en gatos y perros presenta desafíos clínicos significativos, y las investigaciones emergentes destacan el papel fundamental del eje intestino-riñón en su patogénesis y manejo.

En este sentido, la disbiosis intestinal, caracterizada por alteraciones en la composición y función del microbioma intestinal, contribuye al dismetabolismo microbiano de nutrientes clave que causa acumulación de toxinas urémicas y alteraciones en los perfiles de aminoácidos, ácidos biliares y ácidos grasos. Estas alteraciones a su vez exacerban la disfunción renal y la inflamación sistémica.

Investigaciones recientes en medicina veterinaria, particularmente en gatos, respaldan el microbioma intestinal y los metabolitos derivados de microbios como nuevos objetivos terapéuticos.

Las posibles estrategias terapéuticas dirigidas al microbioma intestinal y al dismetabolismo microbiano, incluido el manejo dietético, los probióticos, los adsorbentes y el tratamiento del estreñimiento, ofrecen vías prometedoras de intervención para restablecer el equilibrio metabólico y preservar la función renal.

A este respecto, una revisión científica, publicada por investigadores de las universidades de Ohio y Oregón, remarca la influencia microbiana en la salud renal y se centra en las posibles estrategias terapéuticas disponibles para los veterinarios para optimizar el manejo de la ERC en gatos y perros.

Entre las conclusiones de la revisión, se señala que, a través de intrincadas interacciones entre el microbioma intestinal, los metabolitos microbianos y la función renal, las alteraciones del eje intestino-riñón contribuyen a la morbilidad y la progresión de la enfermedad renal crónica.

“Si bien nuestra comprensión del eje intestino-riñón en medicina veterinaria está evolucionando, investigaciones recientes destacan paralelismos con hallazgos en pacientes humanos con ERC, lo que subraya su relevancia clínica”, indican.

Así, subrayan que, en el futuro, apuntar al intestino como una vía terapéutica es prometedor para mitigar la carga de toxinas urémicas y mejorar los resultados del paciente. “Estrategias como el manejo dietético, los probióticos, los adsorbentes y el tratamiento del estreñimiento presentan vías prometedoras para la intervención”, aseguran.

“Al aprovechar los conocimientos del eje intestino-riñón, los veterinarios pueden optimizar las estrategias de manejo y mejorar la atención al paciente para mejorar la calidad de vida de los gatos y perros afectados por ERC. La investigación continua en este campo dilucidará aún más las complejidades de este eje y allanará el camino para enfoques innovadores en el manejo de la ERC”, concluyen los investigadores en la revisión.

Teniendo todo esto en cuenta, la suplementación con bacterias vivas puede ayudar a reequilibrar la disbiosis. En este sentido, los veterinarios tienen a su disposición herramientas como Procanicare Plus de Ecuphar, un refuerzo gastrointestinal desarrollado a partir de las bacterias intestinales de perros sanos, que contiene 3 cepas de bacterias vivas Lactobacillus de origen canino, por lo que es el refuerzo gastrointestinal bacteriano de elección lógica para perros.

Procanicare Plus apoya la microbiota del perro reduciendo las bacterias nocivas y ayudando a que proliferen las propias bacterias beneficiosas del intestino del animal. Desde Ecuphar siguen desarrollando su línea de productos propios basados en el microbioma, enfocados en el cuidado integral y el apoyo al equilibrio bacteriano saludable y brindando soluciones innovadoras a largo plazo.

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