Desarrollan pruebas para monitorear el declive cognitivo de los perros más mayores

Comprender cómo se puede lograr un envejecimiento activo y saludable es uno de los problemas más relevantes en la actualidad. Los perros pueden usarse como animales modelo para estudiar el envejecimiento y su bienestar también es una preocupación de la sociedad.

Ahora, los investigadores del Departamento de Etología de la Universidad Eötvös Loránd encontraron una forma sencilla de evaluar el rendimiento de la memoria relacionada con la edad y el miedo a los objetos nuevos en los perros.

La esperanza de vida de los perros ha aumentado en las últimas décadas. En consecuencia, los déficits conductuales y físicos en la vejez se han vuelto más frecuentes. Para comprender mejor las disminuciones relacionadas con la edad, los investigadores han desarrollado varias pruebas de comportamiento.

Sin embargo, estas pruebas tienen algunas deficiencias, y pueden requerir de un entrenamiento prolongado, lo que hace que no se puedan repetir con la suficiente asiduidad y que sea imposible usarlas para monitorear los cambios de comportamiento relacionados con la edad a lo largo del tiempo.

Otras se basan en la interacción social, que diferentes perros pueden percibir de manera diferente. Además, las pruebas cognitivas diseñadas para medir estados afectivos positivos tienen problemas de replicabilidad y pueden no ser confiables en perros que envejecen, debido al extenso aprendizaje requerido. Por lo tanto, los médicos aún necesitan pruebas estandarizadas de emociones positivas en animales mayores.

Los investigadores del Senior Family Dog Project de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) tenían como objetivo investigar la confiabilidad y validez de pruebas simples desarrolladas para la evaluación rápida de las diferencias de comportamiento relacionadas con la edad en los perros. El estudio fue publicado en Scientific Reports.

"Diseñamos una prueba de memoria para rastrear los primeros signos de declive mental. En la prueba, colocamos un conjunto de recipientes en el suelo. Una vez que los perros ven que el experimento consiste en una recompensa de comida en un recipiente, los sacan de la habitación y se les distrae durante unos segundos antes de volver a los contenedores y poder ir a buscar la comida", explica Patrizia Piotti, veterinaria de la Universidad de Milán, DIVAS.

En la prueba descubrieron que los perros mayores cometen más errores antes de llegar al recipiente correcto, lo que sugiere que les resulta más difícil recordar dónde está la comida. Cuando los investigadores repitieron la prueba después de dos semanas con un experimentador diferente, los resultados fueron los mismos, lo que sugiere una buena confiabilidad.

Otro aspecto importante que a menudo se pasa por alto en los perros que envejecen es la ansiedad, lo que podría indicar dolor y aumento del estrés. "En nuestra llamada prueba de objetos novedosos, les mostramos a los perros un juguete de peluche ruidoso y con movimiento mecánico, y les dejamos decidir cómo interactuar con él", continúa Eniko Kubinyi, investigadora principal del grupo de investigación.

"Descubrimos que, si bien la tendencia a moverse hacia el juguete no se vio significativamente afectada por la edad, la tendencia a evitarlo y alejarse de él aumentó con la edad", asegura. Evitar el objeto novedoso vino acompañado de un aumento de la ansiedad que se observa con frecuencia en la vida diaria de los perros mayores.

Estas pruebas, afirman, son simples y no se necesitan equipo especial. “Sin embargo, aún no se han probado en un entorno doméstico, por lo que no sabemos si los propietarios las encontrarán útiles", agrega Andrea Piseddu, otra de las participantes del estudio. Aun así, aseguran que las pruebas son prácticas para los investigadores.

Y es que a menudo es complicado separar clínicamente las condiciones médicas y de comportamiento en perros mayores. La presencia de patologías, como el deterioro cognitivo, suele estar relacionada, por ejemplo, con desorientación, interacciones alteradas y ansiedad y suele ser difícil de cuantificar tanto para los propietarios como para los clínicos.

Además, las diferencias de raza e individuales pueden confundir aún más la correlación entre las modificaciones de comportamiento y las condiciones clínicas específicas. Por estas razones, las pruebas de comportamiento estandarizadas son particularmente beneficiosas, ya que pueden ayudar al diagnóstico y seguimiento de los cambios relacionados con la edad en los perros, permitiéndo hacer una distinción más clara entre los procesos de envejecimiento sanos y patológicos.

Los autores defienden que las pruebas de memoria y objetos novedosos son consistentes a lo largo del tiempo. Por lo tanto, pueden usarse para monitorear cambios relacionados con la edad en perros en investigaciones longitudinales y la relación del desempeño con condiciones médicas, incluida la disfunción cognitiva canina.