Un nuevo estudio señala que los perros son mucho más mayores —en años humanos— de lo que se pensaba, y asegura que un ejemplar de un año de edad sería como un humano de 30
Crean nueva fórmula para calcular la edad de los perros en años humanos
Un nuevo estudio señala que los perros son mucho más mayores —en años humanos— de lo que se pensaba, y asegura que un ejemplar de un año de edad sería como un humano de 30
Redacción - 03-07-2020 - 09:41 H - min.
Un estudio publicado este miércoles 2 de julio, en la revista Cell Systems, afirma que los perros tienen mucha más edad de lo que se pensaba hasta ahora. En la investigación los científicos han creado una fórmula más precisa para calcular la edad de un perro en función de los cambios químicos en el ADN a medida que los organismos envejecen.
Los perros comparten el mismo ambiente que sus propietarios y reciben casi el mismo nivel de atención médica que los humanos, lo que brinda una oportunidad única para que los científicos entiendan el envejecimiento en todas las especies.
Al igual que los humanos, los perros siguen trayectorias de desarrollo similares que los llevan a envejecer y se vuelven más susceptibles a las enfermedades relacionadas con la edad con el tiempo. Sin embargo, la forma en que envejecen a nivel molecular es más compleja, según los investigadores. Y es que los canes envejecen más rápidamente al principio de su vida, y a medida que crecen lo hacen más lentamente.
“En términos de cómo fisiológicamente maduro es un perro de 1 año, un perro de 9 meses puede tener cachorros. De inmediato, sabes que si haces los cálculos, un año de vida de un perro equivale a algo más de 7 en humanos” —como comúnmente se creía—, señala Trey Ideker, autor senior del estudio. “Lo sorprendente es exactamente cuántos años tiene ese perro de un año: es como un humano de 30”, afirma.
El ADN humano y del perro, que codifica quiénes somos, no cambia mucho a lo largo de la vida, pero las marcas químicas en el ADN, llamadas marcas de metilación, sí. Ideker considera estas marcas como arrugas en el genoma. “Tiendo a pensar que es como cuando miras la cara de alguien y adivinas su edad en función de sus arrugas, cabello gris y otras características”, indica el científico que asegura que, “estas son características similares en el nivel molecular”.
Los investigadores estudiaron 104 labradores retrievers, desde cachorros de pocas semanas hasta perros de 16 años con la ayuda de dos expertos caninos, Danika Bannasch de la Universidad de California, Davis, y Elaine Ostrander del Instituto Nacionales de Salud de los Estados Unidos. Así, los expertos compararon los cambios en el patrón de metilación del ADN con los humanos.
La comparación reveló una nueva fórmula que se adapta mejor a las etapas de la vida canina-humana: edad humana = 16 ln(edad del perro) + 31. Según la nueva función, un perro de 8 semanas tiene aproximadamente la edad de 9 meses humanos, es decir, la etapa infantil donde los cachorros y los bebés desarrollan dientes.
La esperanza de vida promedio de 12 años de los perros labradores correspondería, según esta nueva fórmula, a la esperanza de vida mundial de los humanos, más o menos 70 años. “Me gusta llevar a mi perro a correr, pero ahora empatizo más un poco más con él, que tiene 6 años”, afirma Ideker, quien se dio cuenta de que su perro está cerca de los 60 años humanos según la nueva fórmula.
En ambas especies —perros y humanos—, los científicos descubrieron que la metilación impulsada por la edad ocurre en gran medida en genes del desarrollo que se activan para crear planes corporales en el útero y regular el desarrollo infantil. “Para cuando uno se convierte en adulto y deja de crecer, en gran medida ha apagado estos genes, pero todavía están latentes”, apunta Ideker.
Centrándose en los genes de desarrollo latentes, el equipo desarrolló un reloj que puede medir la edad y los estados fisiológicos en diferentes especies, mientras que otros métodos de predicción de la edad que cuantifican la metilación solo funcionan bien en una especie. Ideker también señaló que la investigación futura en diferentes razas de perros con varias vidas podría proporcionar más información sobre el nuevo reloj. El reloj puede no solo servir como una herramienta para comprender el envejecimiento entre especies, sino que también puede aplicarse como práctica clínica para que los veterinarios tomen medidas proactivas para tratar a los animales.