Los protocolos de consultas y curvas de crecimiento son herramientas importantes para que los veterinarios puedan realizar un seguimiento adecuado de gatitos y cachorros
Consejos para el seguimiento veterinario de los gatitos y cachorros en la fase de crecimiento
Los protocolos de consultas y curvas de crecimiento son herramientas importantes para que los veterinarios puedan realizar un seguimiento adecuado de gatitos y cachorros
Redacción - 28-07-2022 - 10:35 H - min.
La fase de crecimiento de los gatitos y cachorros requiere un estrecho seguimiento veterinario para poder proporcionar todos los cuidados necesarios para un correcto desarrollo. Teniendo esto en cuenta, además de los programas de vacunación y desparasitación, hay que ofrecer recomendaciones nutricionales concretas y adaptadas a cada momento y comprobar que el crecimiento es el adecuado.
Para facilitar este seguimiento, Gemma Baciero, DVM acreditada por el grupo de Nutrición Clínica de Avepa y miembro del Departamento de Comunicación Científica de Royal Canin, da una serie de consejos, como aplicar protocolos de consultas y curvas de crecimiento.
Respecto a los protocolos, indica que a lo largo de todo el periodo de crecimiento van a ser varias las citas que se sabe que habrá que realizar con cada nuevo gatito y cachorro que llega a la clínica. Asimismo, serán necesarias otras visitas adicionales para hacer seguimiento de su peso y su condición corporal.
Por todo ello, aboga por aplicar un protocolo para gatitos y un protocolo para cachorros que establezcan un conjunto de procedimientos claros y bien estructurados, lo que será esencial para unificar los procedimientos de todo el equipo de la clínica.
Este procedimiento aporta varios beneficios, como la mejora de la coordinación entre los veterinarios y los asistentes veterinarios o garantizar una mayor consistencia entre las consultas, especialmente cuando el animal es atendido por diferentes veterinarios.
Además, un protocolo adecuado puede ayudar a los nuevos miembros del equipo a conocer los pasos a seguir en cada cita en función de la edad del animal o estandarizar el nivel de atención y la calidad del servicio prestado a cada animal y cada propietario.
Dicho esto, Baciero sostiene que los protocolos no deben verse solo como un apoyo para los más inexpertos o algo que limite la independencia del profesional con más experiencia o impida ser flexibles para adaptarse al tipo de cliente.
Por el contrario, defiende que terminarán ayudando en procedimientos frecuentes que se realizan en equipo, como lo son las consultas y el seguimiento de gatitos y cachorros en las que veterinarios y asistentes deben estar bien coordinados.
La veterinaria explica que en los protocolos de las consultas de gatitos y cachorros se pueden tener en cuenta distintos aspectos en función del papel de veterinario y del asistente. Así, para el veterinario se podrían considerar esenciales tres bloques, siendo el primero el de la prevención; en la cual se incluirían los programas de vacunación y desparasitación, control de peso y seguimiento del crecimiento.
Los veterinarios también deben tener muy en cuenta el bloque de la nutrición, aportando una recomendación nutricional adecuada con el detalle del alimento concreto y de la ración diaria, así como toda la información sobre las necesidades nutricionales del gatito y cachorro y cómo pueden variar a lo largo de los meses.
También, los veterinarios han de centrarse en el comportamiento, dando consejos básicos para facilitar la adaptación y la convivencia del gatito o cachorro a su nuevo hogar, defiende la experta.
Por otro lado, respecto a los asistentes, Baciero apunta que deben tener un papel importante tanto antes como después de la consulta. Así, a la llegada a la clínica, pueden recibir al animal y a su propietario, recogiendo y ofreciendo gran cantidad de información muy valiosa. En este mismo sentido, después de la visita, pueden reforzar las indicaciones del veterinario y resolver dudas, entre otras funciones.
Las curvas de crecimiento son la otra herramienta ideal, según la veterinaria, para que el equipo de la clínica mejore el seguimiento de los cachorros y gatitos, pues permite valorar si el crecimiento es el adecuado a su edad.
Actualmente, explica, se dispone de curvas de crecimiento para gatitos y para cachorros, diferenciando si son machos o hembras, ya que se pueden presentar variaciones en los patrones de crecimiento según el sexo.
Además, para cachorros, por las diferencias en el tipo de crecimiento en función del tamaño, se han desarrollado diferentes curvas para distintos rangos de peso adulto. Todas ellas han sido desarrolladas por el Waltham Petcare Institute, a partir de datos de decenas de miles de gatos y perros sanos.
Cada gráfico incluye curvas, llamadas líneas de percentiles que, detalla Baciero, representan la progresión esperada en el crecimiento que se considera normal para los gatos y perros de ese género (y en el caso de los cachorros también dentro de esa categoría de tamaño adulto).
En total se muestran nueve líneas de percentil, que representan los percentiles 0,4; 2; 9; 25; 50; 75; 91; 98 y 99,6. El número de la línea de percentil refleja el porcentaje de la población cuyo peso está por debajo de esa línea; por ejemplo, si un perro está en el percentil 75, significa que el 75% de los perros de ese grupo de población pesará menos (y el 25% pesará más).
“En otras palabras, las líneas dan una estimación del porcentaje de animales de ese sexo y de la misma edad, además del mismo tamaño en los perros, que muestran un crecimiento similar”, aclara.
Eso sí, señala que cuando se usan curvas de crecimiento hay que tener en cuenta que, aunque los pesos registrados entre los percentiles 0,4 y 99,6 se consideran "normales", es importante tener presente que el crecimiento de un gato o perro individual depende de una serie de variables y que los patrones de crecimiento pueden ser muy diferentes.
Antes de usar las curvas de crecimiento, Baciero recomienda tener en cuenta algunos factores a nivel práctico. Así, recuerda que las curvas se pueden empezar a utilizar a partir de las 9 semanas de edad en los gatitos y de las 12 semanas en los cachorros.
“Los registros deben hacerse mensualmente hasta los 6 meses de edad y luego cada 3 meses hasta la edad adulta”, añade, registrando el punto de intersección de la edad del animal (en el eje horizontal) con el peso que da la báscula electrónica (en el eje vertical).
Por otra parte, señala que, si el animal es esterilizado durante la etapa de crecimiento, es recomendable marcar los puntos con un bolígrafo de otro color y controlar el peso mensualmente en una fase inicial y luego cada 3 meses hasta que llegue a la edad adulta.
Una vez determinada la curva del percentil en el que está creciendo el gatito o cachorro, se obtiene gracias a ella una predicción bastante precisa del ritmo de crecimiento esperado. “En un estudio reciente se compararon los datos de la curva de crecimiento de perros sanos y de perros con una condición corporal anormal y se observó que en los perros sanos las desviaciones del percentil fueron muy poco frecuentes, mientras que en los perros que a los tres años tenían obesidad su ritmo de crecimiento fue más rápido, pasando por encima de dos o más curvas de percentil durante el periodo de crecimiento”, asegura.
Por tanto, sostiene que la curva de crecimiento se debe utilizar para comprobar que el gatito o cachorro sigue la misma curva de percentil desde el inicio y se debe evitar el cambio a otro percentil.
Baciero señala que los gatitos y cachorros no crecen todos al mismo ritmo, aunque lo más probable es que el peso de un animal en particular evolucione a lo largo de una determinada línea de percentil (o dentro de un rango entre líneas de percentil).
“Algunos gatitos y cachorros pueden cruzar una línea de percentil hacia arriba o hacia abajo a medida que crecen y esto no significa necesariamente que haya un problema, sobre todo si están bien en todos los demás aspectos”, afirma.
No obstante, indica que cualquier caída o subida brusca a través de dos o más espacios percentiles (cruce de dos líneas percentiles) es inusual y debe evaluarse cuidadosamente, ya que puede indicar una posible alteración del crecimiento.
Por ejemplo, si la curva cruza las líneas en dirección ascendente, esto debe hacer sonar la alarma para que el veterinario compruebe el estado de salud del cachorro, revise su plan nutricional y considere la posibilidad de investigar más a fondo las razones de este hecho.
La evaluación de la puntuación de la condición corporal (PCC) del gatito o cachorro puede orientar la decisión. “Un crecimiento demasiado rápido también puede estar asociado a anomalías esqueléticas como la osteocondritis y la displasia de cadera”, advierte.
A la hora de interpretar estos cambios, apunta que hay que tener en cuenta también el peso y la PCC de los padres, las tasas de crecimiento de los hermanos, la evaluación de la ingesta nutricional cuando sea posible o si el cachorro ha sido esterilizado recientemente.
En estos casos, puede ser necesario realizar ajustes en la alimentación junto con un control periódico (mensual) del peso para rectificar el problema.
Por otro lado, subraya que, si la curva cruza las líneas en dirección descendente o es plana, puede ser un signo de nutrición inadecuada o una enfermedad asociada al retraso del crecimiento (por ejemplo, hipoparatiroidismo nutricional, shunt portosistémico o enanismo hipofisario).
“Hay que tener en cuenta si ha habido alguna enfermedad aguda reciente que puede provocar un cese temporal del crecimiento, por ejemplo, una gastroenteritis aguda. Sin embargo, el crecimiento debería recuperarse y volver a su percentil original en pocas semanas”, explica.
En este caso, indica que también hay que tener en cuenta el peso de los padres, las tasas de crecimiento de los hermanos y la ingesta nutricional, siempre que sea posible. “Si no hay una causa evidente, considerar la posibilidad de investigar el estado de salud general, y/o los ajustes en la alimentación y la actividad”, añade.
Por último, respecto a sus consejos para interpretar adecuadamente las curvas de crecimiento, Baciero aclara que aunque seguir las líneas de percentil sin cruzarlas es una característica de los gatos y perros con crecimiento, peso y la puntuación de la condición corporal considerados sanos, hay que tener en cuenta que algunos perros con enfermedades que afectan al crecimiento, como el shunt portosistémico o el enanismo hipofisario, pueden empezar en un percentil bajo y no cruzar las líneas de percentil en absoluto.
“Por lo tanto, la falta de cruce de las líneas percentiles no debe utilizarse para descartar una posible enfermedad del desarrollo, especialmente si el gatito o cachorro muestra signos clínicos sospechosos”, afirma.
Baciero concluye que siempre hay que tener en cuenta el estado de salud del animal, su historial clínico y su plan nutricional antes de decidir si es necesario realizar más investigaciones.