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MASCOTAS

El cambio climático vuelve a adelantar la aparición de la procesionaria

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental alerta de que la procesionaria se vuelve a adelantar por el cambio climático, y avisa de que “es peligrosa para el hombre y puede llegar a ser mortal para los animales domésticos”

Nido con orugas procesionaria del pino.
Nido con orugas procesionaria del pino.

El cambio climático vuelve a adelantar la aparición de la procesionaria

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental alerta de que la procesionaria se vuelve a adelantar por el cambio climático, y avisa de que “es peligrosa para el hombre y puede llegar a ser mortal para los animales domésticos”

Redacción - 13-02-2020 - 17:24 H - min.

El pasado otoño, uno de los más cálidos que se recuerdan en los últimos años, ha propiciado la aceleración del ciclo biológico y la expansión de un insecto que puede ser muy dañino para las personas y los animales. Este factor, sumado a las temperaturas primaverales, en pleno invierno, que están teniendo lugar en determinadas zonas de España han provocado que la conocida como oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) haya adelantado el final de su ciclo de desarrollo natural.

Es decir, según alerta la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), el cambio climático adelanta, un año más, la aparición de la oruga procesionaria en España.

“La presencia de procesionaria ha vuelto a adelantarse un año más debido al aumento de las temperaturas antes de lo que venía siendo habitual”, explica la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, quien recomienda estar alerta ante la posible presencia de este tipo de insectos que suponen un riesgo importante, especialmente para niños y perros.

Un mínimo contacto con esta especie puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas. Ni tan siquiera es preciso el contacto directo con las orugas, ya que cuando éstas se sienten amenazadas lanzan sus pelos al aire generando irritaciones y alergias.

Estos pelos, también denominados tricomas son pequeños dardos envenenados. Cada oruga dispone de unos 500.000 tricomas a lo largo de su cuerpo que, al contacto con la piel de la persona afectada, puede llegar a generar diversas reacciones alérgicas debido a la liberación de histamina.

Un tipo de reacciones alérgicas que, en el caso de los animales domésticos, pueden llegar incluso a ocasionar la muerte. Los síntomas del contacto con la oruga que los perros pueden manifestar son inflamación del hocico y cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación.

En caso de que lleguen a comérselas, la ingestión del tóxico que lleva el insecto puede provocar la necrosis de lengua y garganta y, a consecuencia de ello, la muerte del animal.

SISTEMATIZAR LOS TRATAMIENTO DE CONTROL

A fin de evitar los problemas que conlleva sufrir una plaga de procesionaria cada año, ANECPLA recomienda sistematizar los tratamientos de control y prevención de esta especie. Los métodos de control más habituales en este caso son la destrucción de bolsones, los tratamientos con insecticidas, el empleo de trampas de feromonas o la instalación de barreras físicas en aquellos lugares o zonas sensibles de ser infectadas.

La elección de un método u otro se realizará por parte de los expertos, tal y como afirma Fernández de Lezeta, “a partir de la toma en consideración de factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano”.

De ahí la importancia, insiste la directora general de ANECPLA, “de que sea una empresa de gestión de plagas quien realice este servicio de forma profesional”.

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