Una nueva investigación ha identificado experiencias en la vida temprana de un cachorro que aumentan el riesgo de que desarrolle conductas relacionadas con la separación
Los cachorros con propietarios jóvenes tienen más probabilidades de tener conductas problemáticas al quedarse solos en casa
Una nueva investigación ha identificado experiencias en la vida temprana de un cachorro que aumentan el riesgo de que desarrolle conductas relacionadas con la separación
Redacción - 16-12-2024 - 10:43 H - min.
Una nueva investigación realizada por el Royal Veterinary College (RVC), en colaboración con Dogs Trust, ha identificado experiencias en la vida temprana de un cachorro que los ponen en mayor riesgo de desarrollar conductas relacionadas con la separación (SRB, por sus siglas en inglés) cuando se los deja solos en casa.
Entre ellas se incluyen la cantidad de horas de sueño que recibe un cachorro y si duerme en un espacio cerrado, el uso de técnicas de entrenamiento aversivo y de recompensa, la eficacia del entrenamiento en casa, la edad de los titulares y cuánto mimaron estos a su perro cuando se reencontraron, en el primer estudio de este tipo.
Los SRB caninos son motivo de preocupación porque pueden estar asociados con un bienestar animal deficiente. Los SRB suelen manifestarse cuando el propietario está ausente e incluyen conductas destructivas como morder y arañar; conductas vocales como ladridos, aullidos y gemidos; defecación u orina en el hogar; y conductas repetitivas como dar vueltas o caminar de un lado a otro.
A pesar de que estos comportamientos se han identificado en aproximadamente el 50% de los perros, los factores que conducen a las SRB en los cachorros son poco conocidos, lo que dificulta su prevención. Por lo tanto, este estudio se propuso explorar los factores de riesgo en la vida temprana para el desarrollo de SRB con el objetivo de hacer recomendaciones para futuras investigaciones y estrategias de prevención para mejorar el bienestar de los perros.
El estudio fue dirigido por Fiona Dale, cuando era estudiante de doctorado en el RVC, junto con Charlotte Burn, profesora asociada de Bienestar Animal y Ciencias del Comportamiento en el RVC, Rachel Casey, directora de Estrategia y Transformación de Dogs Trust, y Jane Murray, directora adjunta de Investigación (Generation Pup & Welfare Research).
Además, se utilizaron datos de 145 propietarios que vivían en el Reino Unido y la República de Irlanda con cachorros de hasta seis meses de edad que participaban en el estudio longitudinal financiado por Dogs Trust 'Generation Pup'.
Los investigadores llevaron a cabo un análisis exploratorio de factores de riesgo para investigar y cuantificar las asociaciones entre los factores del perro y del propietario y las experiencias ambientales específicas en los primeros años de vida, y su efecto en la aparición de SRB informada por el titular en cachorros de seis meses.
Entre las principales conclusiones destacan que el 46,9% de los cachorros en este estudio mostraron SRB a los seis meses de edad; el SRB más comúnmente reportado y expresado solo cuando se lo dejaba solo era caminar de un lado a otro (14,5%), seguido de quejarse (7,6%) y dar vueltas (6,9%).
Por otro lado, indican que los cachorros cuyos responsables utilizaron más técnicas de castigo/aversión, como regañar, pegar o ignorar al perro, al responder a un comportamiento "malo" a las 16 semanas de edad, tuvieron un mayor riesgo de sufrir SRB a los seis meses.
Asimismo, los perros tenían menos probabilidades de desarrollar SRB si los propietarios informaban que, cuando tenían menos de 16 semanas de edad, los cachorros estaban restringidos a jaulas o habitaciones durante la noche, en comparación con los cachorros que no estaban restringidos de esta manera (durante el día o la noche).
También, los perros cuyos responsables informaron que dormían 9 o más horas por noche (cuando tenían 16 semanas o menos) tenían menos probabilidades de desarrollar SRB que los perros cuyos propietarios informaron que dormían entre 6 y 8 horas por noche.
Otra de las conclusiones del estudio es que los cachorros con un entrenamiento deficiente para hacer sus necesidades en casa antes de las 16 semanas tenían más probabilidades de presentar SRB a los seis meses de edad.
Los investigadores destacan también que los perros pertenecientes a titulares más jóvenes (de 16 a 34 años) tenían un mayor riesgo de desarrollar SRB en comparación con los propietarios de 35 años o más.
Otros factores que se exploraron, incluida la raza y el sexo del perro, no mostraron una asociación significativa con la aparición de SRB.
“El estudio concluyó que el desarrollo de SRB en perros podría prevenirse potencialmente absteniéndose de entrenar a los cachorros de forma aversiva, permitiéndoles dormir durante 9 horas o más por noche en una jaula o restringidos a una habitación y evitando regañarlos en respuesta a un comportamiento no deseado después de la separación”, concluyen los investigadores.