Un equipo de investigadores ha estudiado las lenguas de seis especies de félidos y ha revelado por primera vez la existencia de una cavidad interna en cada papila que recoge la saliva de la boca y la distribuye en el pelaje a través de los lametazos
¿Cómo se asean en realidad los gatos?
Un equipo de investigadores ha estudiado las lenguas de seis especies de félidos y ha revelado por primera vez la existencia de una cavidad interna en cada papila que recoge la saliva de la boca y la distribuye en el pelaje a través de los lametazos
Fernando Núñez Benítez - 21-11-2018 - 11:50 H - min.
Los gatos domésticos dedican una gran cantidad de tiempo al día a lamerse con su lengua, cubierta de cientos de espinas puntiagudas curvadas en la misma dirección llamadas papilas, para eliminar las pulgas, los restos y refrescar el pelo que recubre su cuerpo.
Ahora, un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, ha revelado que la lengua de los gatos contienen una cavidad vacía en la punta que desempeña un papel clave en el aseo felino.
“Ya se había estudiado antes cómo aumenta la cantidad de pulgas si los gatos no se asean y ya había estudios microscópicos de las papilas. Pero nosotros hemos sido los primeros en descubrir que las papilas tienen un hueco que está involucrado en los lametones”, declara a la Agencia Sinc el investigador David Hu, coautor de este trabajo.
Cada cavidad en forma de “U” se encarga de recoger saliva de la boca para luego distribuirla por el pelo en los lengüetazos. En concreto, cada uno de los huecos puede almacenar hasta 4.1 microlitros de saliva, cantidad equivalente a una décima parte de una gota del típico colirio. Además, con cada lametón, la lengua deposita cerca del 50% del fluido en el pelaje para refrescarse y regular la temperatura corporal.
De esta forma, el alivio que experimentan los gatos tras el aseo depende de si las papilas pueden penetrar en el pelaje hasta llegar a la piel. Esto explica por qué a algunas especies de gatos domésticos, como los gatos persas de pelo largo, les cuesta mucho acicalarse.
“Las papilas tienen que llegar hasta la piel para disolver los aceites y el resto de materiales. Los gatos persas tienen un pelaje demasiado grueso como para que penetren las papilas. Como no pueden llegar a la piel, el gato no se puede asear por completo”, añade Hu.
ANÁLISIS DE LA LENGUA DE SEIS ESPECIES
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores Alexis Noel y David Hu grabaron imágenes de alta velocidad de gatos lamiéndose y emplearon una técnica de tomografía computarizada, así como medidas de la potencia del lamido, para entender el mecanismo que se esconde detrás de cada lengüetazo.
También, analizaron el órgano de seis especies diferentes de félidos, gato montés, puma, irbis, tigre y león, que recogieron después de su muerte.
A partir de los datos obtenidos, los autores del estudio diseñaron un cepillo inspirado en la lengua del gato. De acuerdo a los investigadores, esta herramienta puede ser útil para acabar con los alérgenos del pelaje de gato y para aplicar lociones y medicamentos en la piel del felino. Sus púas curvadas permiten, además, desprender el pelo sobrante con facilidad, lo que les diferencia de los cepillos tradicionales.